Justin Trudeau: el fin de una década 

La popularidad del político liberal disminuyó debido a escándalos de corte ético y al creciente descontento por la inflación


Ante la posibilidad de enfrentar y perder una moción de censura en el Parlamento, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, renunció al liderazgo de su partido, el Liberal. En el sistema político del país norteño, esto también conlleva a la dimisión como jefe de Gobierno, aunque seguirá en el cargo hasta que elijan un nuevo dirigente.

Durante casi una década en el poder, Trudeau enfrentó escándalos de corte ético. / pagina12.com.ar

El Titular del Ejecutivo enfrentaba, desde hace meses, intensas presiones internas para que renunciara y diera paso a otro líder con mejores perspectivas para los próximos comicios, en los cuales los conservadores se presentan como favoritos.

Su popularidad quedó deteriorada hace tiempo; desde 2020 se vio obligado a gobernar en alianza con otras fuerzas políticas mediante frágiles acuerdos que resultaron insostenibles.

Durante casi una década en el poder, enfrentó escándalos de tipo ético, como la entrega de la gestión de un programa gubernamental a una organización vinculada con su familia y la violación de las normas federales sobre conflictos de interés. A esto se sumó el descontento popular ocasionado por la inflación y la incapacidad de cumplir con promesas de campaña.

Por último, no puede desestimarse el desatino protagonizado cuando voló para reunirse en su mansión con Donald Trump, a pesar de que este aún no ejercía como mandatario de Estados Unidos; es decir, otorgó a un individuo, aun sin jerarquía alguna, la misma dignidad que le confiere su investidura y de esa forma mostró un gesto de sumisión de Ottawa hacia el próximo Gobierno republicano.

Es poco probable que el sucesor de Trudeau cambie esta alineación: desde que el magnate amenazó a sus socios del tratado norteamericano con imponerles aranceles desorbitados si no se someten a sus exigencias en materia migratoria y de combate al narcotráfico, la clase política canadiense adoptó la estrategia de respaldar incondicionalmente a Trump y culpar a México por los problemas que Washington se niega a resolver en su propio territorio.

La clase política canadiense adoptó la estrategia de respaldar incondicionalmente a Trump. / actualidad.rt.com

De hecho, la plataforma electoral conservadora canadiense tiene como ejes centrales la xenofobia, sustentada en la habitual falacia sobre la supuesta existencia de un flujo migratorio sin precedentes cuando en realidad ya cerraron las puertas a los solicitantes de asilo, y la reversión de medidas para mitigar el cambio climático, a las que considera que inciden en el aumento del costo de la vida. En resumen, se observa una coincidencia ideológica con el trumpismo y la ultraderecha mundial.

Este rumbo difícilmente abordará los verdaderos problemas de los ciudadanos comunes, pero sí alineará a Canadá más estrechamente con Estados Unidos, convertida en un instrumento dócil de su vecino.

Muchos analistas comentan que el líder conservador Pierre Poilievre formará el próximo Gobierno. A sus 45 años, este político de carrera responsabilizó a Trudeau de la crisis que ha provocado el aumento del costo de vida y atrajo multitudes durante su campaña por el liderazgo de su partido.

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