Lesbia Vent Dumois, aporta valores expresivos, conceptuales e identitarios que cultiva desde la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en estrecha relación dialógica con la sociedad
Su historia de vida es un relato de permanente inspiración en la obra que construye hace 60 años al recrear una visualidad donde mediante el arte emerge la evolución de la sociedad cubana. Lesbia Vent Dumois (Cruces, Santa Clara, 1932) se reencuentra consigo misma, cultiva afectos, las culturas cubana y universal en cada muestra expositiva.
En particular, impresionan el cúmulo de ideas, pensamientos, sugerencias, que la pintora, dibujante y grabadora revela al desplegar lo aprehendido durante la labor creativa, crítica y curatorial que ejerce dedicada a la búsqueda de hallazgos, al redescubrimiento de lo propio y de lo más valioso allende los mares. En sus muestras es preciso interpretar con detenimiento xilografías, pinturas, piezas que rinden tributos al quehacer de artistas vinculados a su vida profesional y afectiva.
Sensible, culta, valiente, profundiza en la construcción del sentido de los diversos registros del quehacer xilográfico. Tuvo que investigar y desandar el camino recorrido sin distracciones. Ella sabe traer al presente particulares universos circundantes y las transformaciones de los cambios sociales en el año 1959.
De ningún modo escapa a la percepción de Vent Dumois el aquí y ahora. Lo patentiza al realizar Virgen de la Caridad del Cobre y Honrar honra. Deja testimonios de legados imprescindibles, entre ellos, la xilografía de 2014, West indies LTD, en homenaje al Poeta Nacional Nicolás Guillén.
Dimensiones variables en soportes y técnicas dan fe de la perspectiva de esta mujer infatigable. Libra batallas en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, aporta ideas, discute, analiza, debate. Ella misma ha renovado en las artes plásticas los lenguajes figurativos en contextos de América Latina contra la violencia, la miseria, en apoyo a la insurgencia revolucionaria.
La sabiduría ancestral de Lesbia deviene una inspiración constante. Disfruta dialogar, mantenerse cerca de los públicos al dejar constancia de lo que siente y cómo lo siente. Su accionar denota ansias y presupuestos estéticos por establecer una mayor participación de los creadores en la elaboración de estrategias y toma de decisiones vinculadas a la dinámica de promover los actos creativos. De acuerdo con Marx: “El arte es la más alta alegría que el hombre se ofrece a sí mismo”. La protagonista de esta historia lo asume con rigor intelectual y desarrolla la capacidad de resistencia contrahegemónica. Insiste, una, otra vez, en la temática histórica y en los valores simbólicos sin abandonar la perspectiva expresionista. Invita a compartir espacios de goce y reflexión. Habla en códigos, rasgos, colores, evocaciones sin abandonar la imaginación artística y alerta a los más jóvenes: hay que decir, mostrar, proponer una visualidad irrepetible, el estilo, lo más difícil de conseguir, incluso tras un arduo bregar.
Quizás nunca piensa que ha llegado. En su actitud suma motivaciones y análisis propios de una pensadora activa, intensa.
Al expresarse sobre sí misma transmite vivencias, enseña, comparte, muestra el alma de la pedagoga fiel a la honestidad personal, a la patria, al quehacer revolucionario pleno de amor y transgresiones en una narrativa construida mediante un estilo irrepetible, a lo Lesbia Vent Dumois.