Foto. / Yasset Llerena
Foto. / Yasset Llerena

Los dueños de la Plaza

La Plaza de la Revolución José Martí volvió a ser escenario de reafirmación revolucionaria de los millones de cubanos que acuden a ella por ser símbolo de patriotismo, resistencia y combate a las agresiones imperialistas de todo tipo


Lo que más admiro de mi Cuba es ese don de su gente de estar en el lugar adecuado cuando se le precisa. Este Primero de Mayo volvieron a ser los dueños de la Plaza de todos, que les pertenece desde 1959. Con el Héroe Nacional cubano como testigo de las más importantes decisiones de la Patria, en especial, para responder a las pretensiones injerencistas del enemigo imperial.

El General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder histórico de la Revolución, y Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, presidieron el acto por el Primero de Mayo. / Yasset Llerena

Un Día del Proletariado Mundial en una situación particularmente compleja a nivel global. Las miles y miles de personas, que hicieron vibrar el emblemático lugar, dispuestos a “lo que sea” por mantener la Bandera enhiesta, son los mismos que no se ocultan para manifestar sus inconformidades cuando -en la cotidianidad- algo falta o no funciona adecuadamente. Son los vecinos del barrio con los que muchas veces tenemos divergencias -o concordamos- por las formas de valorar los problemas.

Más de 40 000 trabajadores del sector de la Salud encabezaron la marcha. / Yasset Llerena

Y es que “la situación está dura”, como diría el amigo Hugo Tamayo, cuando el pan, además de no tener el gramaje establecido, llega tarde y mal preparado. O el momento en que va de compras a un kiosco de cuentapropistas y tropieza con precios en los productos -arroz, frijoles, hígado de pollo y otros-, de una elevación fuera de cualquier cálculo en la economía doméstica. No dejar de lado la situación del transporte, que a cualquiera le quita los deseos de ir al trabajo; igual sucede con la higiene, entre otras.  

Masiva manifestación. / Yasset Llerena

Pese a ello, y conocedor de quién es el responsable -en gran medida, no totalmente- de tantos males, el pueblo acudió a las plazas del país para demandar, una vez más, el cese del empecinado e inhumano bloqueo, con el propósito de erradicar el asfixiante cerco económico.

Basados en los daños que está causando esa situación, e instigando permanentemente a la desobediencia, los interesados en derrocar a la Revolución sufrieron la mañana de este Primero de mayo, un gran desengaño. A la voz siempre alta de Cuba en cualquier tribuna, se unieron las de 900 amigos solidarios, pertenecientes a 269 organizaciones de 39 países.

 En presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder histórico de la Revolución, y Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento, dijo:

“Nuestro compromiso es con un futuro de paz, próspero y justo, capaz de superar los desafíos actuales; un futuro de optimismo y progreso para las nuevas generaciones, que descanse en el trabajo digno y la solidaridad. Ese futuro, es socialista”.

Un rasgo distintivo: la alegría de los participantes. / Yasset Llerena

Luego de destacar todo lo que aún queda por hacer en organización, la erradicación de las distorsiones, la consolidación del trabajo en el plano económico y en la producción de alimentos, ratificó la solidaridad con el pueblo palestino y denunció la campaña orquestada por Estados Unidos contra los médicos cubanos que brindan su ayuda humanitaria en más de un centenar de países. 

“Por mucho que se esfuerce el enemigo -recalcó- no le será posible ocultar que esta celebración del Día Internacional de los Trabajadores es una nueva e inequívoca demostración del respaldo mayoritario del heroico pueblo cubano a su Revolución”.

Este Día del Proletariado Mundial marca un nuevo capítulo en la historia de la Plaza de la Revolución: el de aquel jueves en que los cubanos volvieron a ella, en un contundente acto de defensa de su soberanía.

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Un comentario

  1. Excelente retrato de esa colosal demostración de unidad patriótica y revolucionaria frente a la despiadada agresión del monstruo del norte, y de confianza en que sí podremos resolver nuestros propios errores y deficiencias. Allí estuvimos con el corazón colmado de felicidad en medio de una mayoritaria presencia juvenil que mostraba conscientemente entusiamo y alegría a pesar de todos los pesares. Eso somos, dignos continuadores del legado heroico de Martí, del concepto de Revolución. Fidel estuvo en nosotrps y con nosotros en las plazas y calles de Cuba. Gracias Irene, Yasset, Bohemia.

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