Lo ejecutado en cuatro panaderías espirituanas sería en vano si no se asegura en todas partes la calidad que sigue pidiendo la población
Trabajos que permitieron revertir totalmente el estado en que se encontraba la panadería El Fénix, de Sancti Spíritus, evidencian cómo, a pesar de la tensa situación económica que atraviesa el país, se pueden emprender y concretar acciones para mejorar servicios básicos, muy sensibles para la población cubana.
Con un deterioro acumulado durante décadas, a fuerza de intensa actividad y oportunas labores de mantenimiento o reparación, la mencionada unidad registró en los dos últimos años una transformación muy favorable, al integrarse allí la voluntad del Estado con el concurso de nuevos actores económicos, trabajadores por cuenta propia, miembros del colectivo y vecinos.
De acuerdo con declaraciones ofrecidas para los lectores de BOHEMIA por Víctor Díaz Acosta, director provincial de la industria alimentaria en Sancti Spíritus, es la cuarta panadería que el territorio logra reparar, a partir de un cuidadoso empleo de los recursos disponibles y aprovechamiento del factor tiempo.
Llama la atención cómo durante el período en que transcurrieron las labores, los panaderos de El Fénix continuaron garantizando el producto para más de 6 700 consumidores, gracias a la cooperación de la panadería La Diana, donde diariamente realizaban la rutina productiva, entre las siete de la noche y primeras horas de la madrugada.
En diálogo con trabajadores del establecimiento y vecinos que habían acudido a comprar el pan, Deivy Pérez Martín, primera secretaria del Partido en la provincia, subrayó que lo más importante ahora es garantizar que el pan sea elaborado con la calidad que merece la población, objetivo en función del cual hay que poner todos los mecanismos de control, exigencia y motivación dentro del colectivo.
Conocidas son todas las insatisfacciones que giran en torno ese vital servicio, asociadas a la mala calidad del producto en no pocas unidades, entre otras razones por falta de control que abre fácil brecha a la sustracción y desvío de recursos, reventa a precios estrangulantes, negocios turbios y otras ilegalidades, por lo general con marcada impunidad.