Foto. / lavisionweb.com
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¿Realmente es peligrosa la fruta prohibida?

Obras de Shakespeare han sido censuradas en la Florida. Causa estupor, sobre todo, el veto a Romeo y Julieta. Dentro y fuera de los Estados Unidos se han alzado voces no solo en defensa del escritor y su legado, sino contra la razia que está teniendo lugar en bibliotecas de buena parte del país para “limpiar” de lecturas “nocivas” sus anaqueles. Las opiniones de profesores, bibliotecarios, funcionarios fueron ampliamente divulgadas, pero ¿qué opinan los cibernautas?


Un clásico de la literatura universal y paradigma del amor eterno./ longseller.com.ar

ROMEO (tomando la mano de Julieta): Si con mi mano indigna he profanado tu santa efigie, solo peco en eso: mi boca, peregrino avergonzado, suavizará el contacto con un beso.

JULIETA: Buen peregrino, no reproches tanto a tu mano un fervor tan verdadero: si juntan manos peregrino y santo, palma con palma es beso de palmero.

ROMEO: ¿Ni santos ni palmeros tienen boca?

JULIETA: Sí, peregrino: para la oración.

ROMEO: Entonces, santa, mi oración te invoca: suplico un beso por mi salvación.

JULIETA: Los santos están quietos cuando acceden.

ROMEO: Pues, quieta, y tomaré lo que conceden.  [La besa.] Mi pecado en tu boca se ha purgado.

JULIETA: Pecado que en mi boca quedaría.

ROMEO: Repruebas con dulzura. ¿Mi pecado? ¡Devuélvemelo!

JULIETA: Besas con maestría.

Posiblemente esta será una de las escenas que los estudiantes del condado de Hillsborough, en la Florida, no podrán escuchar en lo adelante en sus clases. La alergia del pensamiento conservador (mejor dicho, cavernícola) estadounidense a Shakespeare es de larga data. En años precedentes ya hubo campañas para expurgar sus obras, acusadas de alentar la homosexualidad, el desafío a los mayores, el sexo adolescente.

En fecha reciente el cerco logró colocar a Romeo y Julieta entre los títulos censurados, que no son pocos. Desde el inicio del actual decenio la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos (American Library Association) ha venido recibiendo solicitudes de proscribir miles de textos, en especial los que se refieren al enfoque de género, la sexualidad y la raza. Las exigencias provienen de grupos de ciudadanos como Madres por la Libertad (¿cómo es eso, habrá cambiado el significado de la palabra y yo no me he enterado?), surgido en la Florida.

Si bien los purificadores de estanterías constituyen, según palabras de los perjudicados por su ataque, “una minoría vociferante”, han conseguido imponer prohibiciones en 32 estados del país (por ejemplo, Texas, Florida, Pensilvania, Oklahoma, Carolina del Norte), las cuales desarticulan los programas docentes y desvalijan las bibliotecas escolares, no solo de las novedades literarias, sino de clásicos respetados a nivel mundial. Tampoco escapan a la andanada las bibliotecas locales y unos cuantos empleados han sido amenazados personalmente.

La purga se ha impuesto en bibliotecas escolares y locales. / bookriot.com

Pasiones bajo asedio

El rechazo no se hizo esperar dentro del propio territorio estadounidense. Algunos escritores, asociaciones literarias y casas editoras, como la Penguin Random House, han entablado querellas legales exitosas, de ese modo ciertos volúmenes se han salvado de la proscripción. Los jóvenes están creando clubes de lectura. Y se mantiene la celebración anual de la Semana de los Libros Prohibidos, que desde hace cuatro décadas organizan varias instituciones, incluidas editoriales renombradas.

Sin embargo, a los censores los respaldan posturas como la asumida por la gobernadora de Arkansas, quien firmó una ley mediante la cual los bibliotecarios y libreros podrían ser condenados si se determina que han entregado textos “nocivos” a menores de edad (por suerte un juez federal estimó justa la demanda presentada por los afectados e impidió que la medida entrara en vigor).

No tuvieron igual suerte los alumnos de la Florida. En marzo de 2022 el gobernador Ronald Dion DeSantis rubricó (y en mayo de este año amplió su alcance) la denominada Ley de derechos paternos en la educación; de acuerdo con esta, a los profesores solo se les permite hablar de sexualidad en las clases sobre salud y a partir de octavo grado. Quien incumpla la norma sufrirá sanciones; por si fuera poco, cualquier padre inconforme puede denunciarlos.

Aquí es donde adquiere categoría oficial de punible la pícara descripción, plena de sugerencias, que nos hace Mercucio, amigo de Romeo, sobre los encantos de Rosalía, desde su alta frente hasta “su lindo pie, firme pierna, trémulo muslo”. 

Para curarse en salud y antes de iniciar el nuevo curso, las autoridades escolares se apresuraron a indicar que, de Romeo y Julieta, Macbeth y Hamlet, los profesores de literatura solo podrán mostrar extractos inofensivos previamente verificados.

Por supuesto, la decisión generó en la prensa múltiples informaciones y entrevistas. En sus páginas varios maestros han objetado la medida.

Cierto periodista sugiere que tal vez las exclusiones tengan un efecto paradójico y los jóvenes, antes indiferentes, ahora se interesen por leer las obras de Shakespeare en sus versiones no enmendadas.

Así descubrirían uno de los parlamentos más “pecaminosos” de la inmortal tragedia: 

JULIETA: Galopad raudos, corceles fogosos, a la morada de Febo; la fusta de Faetonte os llevaría al poniente, trayendo la noche tenebrosa. Corre tu velo tupido, noche de amores; apáguese la luz fugitiva y que Romeo, en silencio y oculto, se arroje en mis brazos. Para el rito amoroso basta a los amantes la luz de su belleza; o, si ciego es el amor, congenia con la noche. Ven, noche discreta, matrona vestida de negro solemne, y enséñame a perder el juego que gano, en el que los dos arriesgamos la virginidad. Con tu negro manto cubre la sangre inexperta que arde en mi cara, hasta que el pudor se torne audacia, y simple pudor un acto de amantes.

Ven, noche; ven, Romeo; ven, luz de mi noche, pues yaces en las alas de la noche más blanco que la nieve sobre el cuervo. Ven, noche gentil, noche tierna y sombría, dame a mi Romeo y, cuando yo muera, córtalo en mil estrellas menudas: lucirá tan hermoso el firmamento que el mundo, enamorado de la noche, dejará de adorar al sol hiriente. Ah, compré la morada del amor y aún no la habito; estoy vendida y no me han gozado. El día se me hace eterno, igual que la víspera de fiesta para la niña que quiere estrenar un vestido y no puede. Aquí viene el ama.

¡Qué desparpajo! –pensarán los padres y madres pudibundos–. ¡Y lo dice una muchachita, casi una niña! ¡Imposible admitir que las tiernas mentes de los púberes se corrompan con un lenguaje de adultos tan desembozado y pornográfico!

Al hallar objeciones de similar cariz, uno se pregunta si continúan en la colonia británica puritana del siglo XVII. Contrario a lo que suponen, los alumnos de secundaria son capaces de entender que el drama acontece en otro período histórico, cuando la esperanza de vida era menor y las personas entraban a la adultez mucho más rápido.

Una muestra es la conversación de la señora Capuleto, Julieta y el aya en la escena tres del primer acto. La primera les recuerda que en pocos días su hija cumplirá 14 años, y añade: “Ya puedes pensar en casarte. Hay en Verona madres de familia menores que tú, y yo misma lo era cuando apenas tenía tu edad. En dos palabras, aspira a tu mano el gallardo Paris”.

Aclarar las razones por las que Shakespeare utilizaba frases en doble sentido y hasta abiertamente picantes, también es posible. Al no explicar todo ello en el aula, se pierde la oportunidad de que los adolescentes enriquezcan sus conocimientos y de sugerirles, de forma amena, asumir conductas sexuales responsables.

Asimismo, dejar en manos de los padres la decisión de cuáles contenidos reciben sus hijos en la escuela echa por tierra siglos de especialización pedagógica, rebaja la autoridad de los docentes, incluso ante el alumnado, desordena y desnivela la enseñanza en el país; abre puertas a los prejuicios, la intolerancia y la incultura.

Por estos días no han faltado advertencias acerca de que con tales disposiciones se está minando la educación pública para impulsar y justificar su privatización.

Numerosas publicaciones foráneas se han hecho eco igualmente del suceso y de las críticas. Un editorial publicado por The Observer es bien cáustico contra DeSantis, a quien acusa de incentivar “guerras culturales desagradables y divisivas”, con el propósito de abrirse camino hacia la presidencia de la nación norteña. Por su parte, los organizadores del Festival de Teatro Shakespeare, que tendrá lugar del 24 al 31 de agosto en la ciudad italiana de Verona, invitaron a los estudiantes estadounidenses a participar en el evento.

Las trampas de la ceguera

Imponer el silencio en los centros educacionales equivale a adoptar la estrategia del avestruz. Me refiero a los políticos, funcionarios y padres, porque los adolescentes, aunque quieran obligarlos a meter la cabeza bajo tierra, se las arreglarán para dejar sobre la superficie ojos y oídos, y captar (por lo general de maneras poco adecuadas) aquello de lo cual pretenden privarlos.

A tamaño sinsentido apuntan múltiples comentarios de los cibernautas a trabajos periodísticos aparecidos en publicaciones digitales. JuliaR y otros lectores consideran ridículo tachar a Shakespeare de pornográfico y, a la par, hacer caso omiso a la proliferación de contenidos sexuales explícitos que proliferan en Internet y en los cómics, a los cuales cualquier niño o adolescente accede con facilidad.

Varios cibernautas instan a revisar el explosivo contenido sexual de los cómics y de Internet, en lugar de censurar a Shakespeare. / widewalls.ch

Además, Aldebaran 369 asevera que acciones de ese tipo embrutecen a los ciudadanos y destruyen la cultura, con él coincidieron otros posts. Según Wakamoli, las obras del escritor británico les parecen peligrosas a los “poderes fácticos” porque permiten “desarrollar una comprensión cultural e histórica del inglés, la historia, la moralidad, la política”.

Como siempre ocurre ante temas controversiales, hubo voces (menores) opuestas a las mencionadas. Por ejemplo, H. Skip Robinson considera tonterías lo manifestado en algunas críticas contra la legislación. Y TorresBob88 apoyó la purga, aunque jamás ha leído nada de Shakespeare (¿sobre qué se basa para opinar, entonces?).

Quien busque en la web información sobre Ron DeSantis de inmediato hallará un contrasentido insoslayable: al gobernador le preocupa que los estudiantes de secundaria aprendan sobre el amor, el humor, la literatura universal, pero no le quita el sueño dar luz verde a una ley que desregulariza aún más el uso de armas de fuego y con ello contribuye a elevar el peligro de nuevas masacres en las escuelas estadounidenses.

Paradojas del american way of life.

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