Foto. / José Luis Camellón
Foto. / José Luis Camellón

Secretos de un vaquero

Lester Pino Orozco, presidente de la CPA Juan González, en Sancti Spíritus, hace revelaciones acerca de cómo potenciar producciones de carne y leche, muy deprimidas en el país


Nada es fortuito. Cuando la carretera te adentra en el municipio de Cabaiguán, en la central provincia de Sancti Spíritus, dejas de ver aquellos grandes espacios de tierras baldías, yermas.

Un campo tras otro, exhiben diferentes etapas de crecimiento de plantas alimenticias o suelos en etapas de preparación.

Lester Pino Orozco (al centro). / Ricardo Gómez

Quienes viven en la zona, allende oficios o profesiones, tienen la costumbre de reunirse guataca al hombro los fines de semana en las fincas de la familia, de donde salen granos, viandas, frutas y hortalizas.

Dicen que son tradiciones traídas a Cuba por los españoles, quienes llegaron décadas atrás desde la península ibérica, con los bolsillos vacíos y las cabezas repletas de sueños.

Hay a quienes llama la atención las confortables casas del pueblo. También tienen origen en la perseverancia y el sudor.

A ese empeño se une el afán de conocer y asimilar ideas, por mujeres y hombres que ves la mayoría del tiempo con un sombrero y ropa de trabajo, excepto los domingos en la tarde. Ese es el momento de tomarse un respiro.

Ese deseo de aprender lo demostró Lester Pino Orozco, presidente de una de las Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA) más famosas en la zona, la Juan González.

Recientemente conversamos con él lejos del terruño. Estaba en La Habana, donde llegó a exponer experiencias a la XV Convención Internacional de Cooperativismo (Cooperart 2024).

“Principalmente vine a escuchar y aprender”, fue la primera idea expuesta por el guajiro. Fiel a sus costumbres, jamás se quitó el sombrero durante las sesiones en el Palacio de Convenciones capitalino.  

Estuvo atento a los debates y de vez en cuando establecía comunicación con la CPA, colectivo Vanguardia Nacional desde hace muchos años.

“Es importante estar al tanto de todo”, nos decía cuando hablaba de la comunidad rural.

Ellos dieron un giro a las faenas productivas. Décadas atrás sobresalían por las excelentes plantaciones de tabaco. Hojas saludables y anchas daban la bienvenida al visitante, luego de atravesar Cabaiguán y tomar rumbo a la carretera de Santa Lucía.

Hoy la fortaleza mayor es la ganadería vacuna, aunque mantienen rubros como las viandas, frutas, hortalizas y granos.

Según Lester, ahora sobrecumplen las entregas de carne al Estado con 18 toneladas por encima de lo pactado. En cuanto a la leche, otro renglón deficitario en gran parte del país, ellos aportan 32 000 litros más de lo planificado.

Una peculiaridad: el llamado “tiro directo”. Las carretas guiadas por bueyes o caballos, llevan el lácteo hasta cinco tiendas o bodegas cercanas, donde es adquirido por los consumidores, sin intermediarios.

Antes eso era una locura, esperaban la llegada de los camiones del Combinado Lácteo, enviaban el alimento a más de 30 kilómetros y luego aguardaban el regreso.

A exponer y aprender vinieron los campesinos a Cooperart 2024. / Jorge Luis Sánchez Rivera

Con la nueva estrategia ahorran tiempo, combustible y el producto llega fresco a la ciudadanía. El resto de la leche la conservan en dos termos, propiedad de la CPA, hasta su recogida por los vehículos de la industria.

Para tener éxito en la crianza animal también son esenciales algunos secretos: debe disponerse de agua suficiente, comida y hacer un buen manejo del ganado.

Los vacunos necesitan de pastos saludables, abundante agua y sombras proporcionadas por árboles en los que buscan refugio del sol, explica el interlocutor.

Pino Orozco comentó sobre la importancia de mover las reses hacia lugares donde haya nutrientes naturales y saber “adivinar” cuando un bovino reclama atención veterinaria.

Ese trabajo diario y sacrificado repercute en favorables índices de natalidad y baja mortalidad. Llueva, truene o relampaguee, los vacunos necesitan de la mano y “el ojo del amo”, ese que engorda al caballo, según un refrán popular.

Los favorables resultados de la Juan González, expuestos en la reciente Convención Internacional en La Habana, benefician a los 103 asociados, ellos cobran anticipos, estímulos sobre el salario y… “hay vaqueros capaces de llevar a sus casas unos 30 000 pesos mensualmente, otros un poco menos, cada cual de acuerdo al aporte”, acota el presidente.

Comentó que periódicamente a los socios de la CPA les venden frijoles, viandas, leche. Cuando ganan el derecho al sacrificio de reses, por sobrecumplir los planes, ofertan carne a bajos precios.    

En el llamado autoabastecimiento tiene en cuenta a toda la comunidad, incluyendo a los jubilados, aquellas personas entregadas durante décadas a las difíciles labores del campo.

“Ellas son de respetar –dice Lester, porque llevan en su piel el castigo del sol, el sereno y la lluvia”.  

En el diálogo quedó pendiente una visita a aquellos parajes en los que podamos seguir descubriendo virtudes de campesinos aptos para transmitir de generación en generación los secretos de una tierra calificada por algunos como bendita, pero donde los caudales nunca fueron, ni son fortuitos.

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