Unos vehículos “cómicos”, pero muy necesarios, circulan por las calles de la ciudad cubana. Funcionan con electricidad. Ecomóviles espirituanos, minibuses o como quieran llamarlos han comenzado a prestar servicio y, aun cuando no satisfacen la demanda, ayudan a aliviar la situación del transporte
Quienes cotidianamente enfrentan el desafío de llegar temprano al trabajo, en medio de las complejidades del transporte de pasajeros, han acogido con beneplácito la entrada en servicio de los microbuses eléctricos en la ciudad de Sancti Spíritus. Es un incipiente intento de ir solucionando “un pedacito al problema”.
Los pequeños ómnibus, que funcionan con electricidad, son diseñados y ensamblados en la UEB Protesta de Jarao, de la Empresa Militar Industrial coronel Francisco Aguiar Rodríguez, en Sancti Spíritus. Es un equipo de trabajo que, consciente de las posibilidades de su producto, acudió a la II Feria Internacional del Transporte y la Logística (FILT) 2024, desarrollada en Pabexpo entre el 3 y el 5 de abril pasado.
Y despertó el interés de empresarios y visitantes al recinto ferial, según explicó a Bohemia el ingeniero Frank Plasencia Martínez, director técnico de la entidad; es la primera vez que producen ómnibus eléctricos. Desde que concibieron el primer proyecto hasta la fecha han transcurrido cerca de dos años, período en que el trabajo ha sido muy fuerte y la recompensa está hoy en la gratitud de los pasajeros.
De las instalaciones turísticas a las calles espirituanas
“Nuestra labor inicial –dice Frank- era la reparación de los vehículos de circulación interna, tanto los de cargar los equipajes, como los que prestan servicio de transportación en las áreas de los hoteles, y los de plataforma. Esta labor no la hemos dejado de hacer.
“Mirando las características de esos carros, surgió la idea de hacer un prototipo de microbús eléctrico, al que llamamos V-0-001, para el traslado de turistas dentro de las áreas de uno de los hoteles de Cayo Santa María, donde se probó y comprobó la satisfacción del cliente”
Después decidieron crear el V-0-002, que es el de transporte de personal. La V es como el sello de identidad; lo que cambia es el número, según el modelo que diseñen y realicen. Luego hicieron el P-02, para someterlo a prueba y comprobar qué aceptación tenían en la población, mediante una Mipyme estatal de Transporte, con la que intercambian constantemente. “Los pasajeros nos han ayudado a su perfeccionamiento”, dijo Frank. En el momento de esta conversación había dos vehículos funcionando.
Es en las calles donde más se siente la labor de esta UEB. Dos recorridos: uno desde Unidad Militar –así se conoce a ese punto- hasta la terminal intermunicipal de ómnibus; y el otro desde el mismo lugar de origen hasta el parque Serafín Sánchez. Son itinerarios que se recorren unas 10 veces al día, con el consiguiente alivio a la compleja situación del transporte.
Sin dejar de reconocer que recién comienzan y hay jornadas intensas por delante, Frank está contento con la aceptación que han tenido estos vehículos en la población. Su diseño de capacidad solo admite la transportación de 11 pasajeros, más el chofer y su ayudante: 13 personas en total. El pasaje cuesta 10 pesos, todo el trayecto, y cinco, cada tramo. Recorren cortas distancias dentro de la ciudad y se mueven a una velocidad de 40 kilómetros por hora.
Al moverse con electricidad los ecomóviles, y en busca de perfeccionarlos más, en la UEB aspiran a entregarlos con una estación de carga solar, porque la idea es independizarlos completamente del Sistema Electroenergético Nacional, agrega Frank.
Tras preguntarle acerca de las dificultades para el desarrollo del proyecto, destacó que todos conocen la situación del país; “no obstante, hay algo que nos impulsó a empeñarnos más en lograrlo, la incredulidad de algunos. Semejante duda nos llevó a dar una respuesta de más ahínco y ya son una realidad.
“La labor es en equipo con profesionales formados en el diseño, la electricidad y la mecánica, principales especialidades en este tipo de realizaciones, aunque nos acompañan otras actividades complementarias de la producción”.
La mirada de este colectivo está puesta en una cifra para cuando concluya 2024: 50, que es el número de microbuses que aspiran a entregar. En el actual semestre deben recibir parte de la materia prima que les falta con el propósito de cumplir el propósito. Esperemos que las dificultades objetivas, reales, no lo impidan. Mientras, por el solo hecho de haber echado a andar el necesario proyecto, vale la pena pedir ¡una bulla pa’l espirituanoooo!