Foto: JLD
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Abrazo de la memoria y el afecto

Voces de mi ciudad acoge un tema recurrente en la trayectoria del pintor Antonio Díaz Rodríguez


Tienta decir, para dar un toque de modernidad a la reseña, que las imágenes expuestas en el vestíbulo del teatro Principal, en la capital espirituana, podrían haberse tomado con un dron que sobrevolara la urbe. Sin embargo, tal afirmación es por completo falsa. Por el contrario, el encuadre, la recreación arquitectónica, el equilibrio de los colores en dichas pinturas, parten de una visión muy humana y personal.

Voces de mi ciudad se inauguró a mediados de mayo y permanecerá expuesta hasta junio. / JLD

El propio autor de las piezas reveló, tiempo atrás, a la periodista Yoleisy Pérez, de Escambray: “Casi nunca vas a ver que los cuadros míos son de un lugar específico de Sancti Spíritus; no, son techos que yo mismo voy creando, a veces están en contra de la perspectiva real, pero me gusta porque formalmente, compositivamente, me funcionan de esa manera”.

Reconocido como el Pintor de la Ciudad (condición que le otorgó en 2004 la Asamblea Municipal del Poder Popular), Antonio Díaz Rodríguez cumplirá 83 años dentro de unos meses; no obstante, continúa trabajando y aprendiendo.

“Hace poco, en casa del escultor Félix Madrigal, un grupo de jóvenes y otros artistas del territorio, como Antonio, participamos en un taller para practicar la técnica del esgrafiado en cerámica; él tiene muchas ganas de vivir y crear. Además, es un gran conocedor de la cultura, puede establecer un diálogo sobre cualquier tema”, nos cuenta Yadira Bernal Nazco, presidenta del Consejo Provincial de las Artes Plásticas.

Fueron los especialistas de la mencionada institución quienes seleccionaron las obras que conforman Voces de mi ciudad, muestra en la cual confluyen planos abiertos y detalles de las techumbres idealizadas. Sin embargo, Díaz Rodríguez también pinta paisajes rurales y marinas.

Sensibilidad, poesía, en un tema recurrente y, a la vez, en perenne renovación. / JLD
Todo comenzó por “un cuadrito” al cual no le otorgó valor, pero terminó enamorándose de las tejas, ha relatado Antonio Díaz Rodríguez a la prensa. / JLD

Buena parte de sus realizaciones deja constancia de cambios físicos en la arquitectura espirituana y en ellas se observa el “predominio de la memoria afectiva”, manifiesta Juan Eduardo Bernal Echemendía en las palabras al catálogo de la exposición.

De acuerdo con lo expresado por este investigador, escritor y promotor cultural –en un comentario para BOHEMIA–, “Antonio Díaz es uno de nuestros más importantes pintores, indispensable a la hora de hablar de la plástica en Cuba. Aunque autodidacta, ha logrado establecer un discurso sólido que durante décadas ha alcanzado reconocimiento, no solo en la región, sino en todo el país”.

El pintor de los tejados espirituanos no solo crea paisajes urbanos, también rurales y marinas. / escambray.cu

Entre los galardones –vale acotar– se hallan la Distinción por la Cultura Nacional y el Premio Amelia Peláez por la Obra de la Vida. Creaciones suyas integran colecciones en diversos continentes.

“Algunas personas dicen: ‘Son solo tejados’. Y yo les respondo: ‘No, porque esos tejados (diurnos, nocturnos) reflejan la movilidad del tiempo, de hombres y mujeres; explican cómo es la esencia de la ciudad”, prosigue Bernal Echemendía.

“Conocí a Antonio cuando me inicié en el magisterio y él ya era un hombre formado en esa disciplina, un ser humano con una conducta vertical, al que muchos nos acercábamos, o él nos acercaba, por sus consejos sobre la mejor manera de ver el mundo y de conducirnos en la labor profesional. La preparación que tuvo como maestro contribuyó a su disciplina como artista y a la disposición que ha tenido siempre de amar profundamente a Sancti Spíritus y a sus pobladores”.

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