Solo dos pequeños dígitos que se juntan, referidos a distintas circunstancias, personas y hechos, constituyen para los cubanos símbolos indiscutibles de nuestra historia combativa
El número insurgente al que aludimos. –sumamente excepcional e inolvidable– aparece en nuestro proceso histórico vinculado a determinadas coincidencias casuales y curiosas, a su vez relacionadas de alguna manera con el aniversario 71 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, realizados en 1953.
Para aquellos trascendentales acontecimientos se seleccionaron alrededor de 160 hombres, entre 1 200 entrenados. Teniendo en cuenta la falta de armas, por cada escogido quedaron 26 compañeros bien preparados.
Antes de continuar refiriéndonos específicamente a los dos asaltos en Santiago de Cuba y Bayamo que se realizaron a mediados de aquel año 1953, es sumamente significativo el hecho de que el 26 de julio de 1896, también cerca de 160 patriotas, junto a Evangelina Cossío, intentaron tomar el cuartel en Nueva Gerona, cerca del llamado Presidio Modelo, secuestrar al español jefe militar de la Plaza y apoderarse del armamento y de la goleta más cercana, para unirse a Maceo en Pinar del Río.
Con el transcurso impetuoso de los años el 10 de marzo de 1952, el joven Fidel Castro, artífice de la Revolución, vivía en la calle 23 en el edificio No. 1511, entre las calles 24 y 26.
La autora de varios libros, reportajes y artículos sobre los sucesos del cuartel Moncada, Marta Rojas, junto al fotógrafo Francisco Cano Cleto, Panchito, fueron a dar cobertura al carnaval santiaguero, la noche de aquel azaroso suceso, donde les llegó la madrugada del 26. Sintieron tiros. El reportero gráfico dijo: “Se fastidió la crónica”. Y Ella enseguida comentó: “Bueno, vamos a hacer entonces el reportaje de los tiros. En periodismo lo último que sucede es lo que se publica”.
El promedio de edad de los asaltantes en aquella fecha heroica, era precisamente de 26 años. El mayor tenía 50 y el más joven, 17.
Justamente de aquel importante hecho histórico del 26 de julio de 1953 surgió el Movimiento Revolucionario en cuyo nombre aparecen ambos dígitos, y el artífice principal del peligroso asalto –que vivía entonces el último mes de sus 26 años– había nacido en 1926. (Vean cómo termina la numeración de aquel año del siglo pasado).
Sépase otro elemento interesante: los encartados en la célebre causa serían defendidos por 26 abogados de oficio, y el fiscal pidió contra el jefe de los asaltantes –no se sabe si en forma casual o a propósito– 26 años de cárcel.
Cuando el dictador Batista conoció la real estadística de solo 8 asaltantes muertos en combate y nada más 10 heridos, mientras el ejército había sufrido casi medio centenar de bajas: unos 20 muertos y 30 heridos, ordenó el repudiable castigo de asesinar a 10 por cada revolucionario caído, origen de la horrible masacre del propio día 26.
Al conocer Fidel la orden de Batista de que el coronel Alberto del Río Chaviano, jefe del cuartel Moncada, lo iba a asesinar, como también se haría a los testigos de la matanza vengativa efectuada, se adelantó, y envió una carta a los jueces del Tribunal de Urgencia, encabezada así: “Cárcel Provincial de Oriente, Septiembre 26 de 1953 […]”.
“Acta de Visita de Cárcel”, resultó ser el documento redactado en la Prisión Provincial de Oriente. Se concibió por los miembros de la creada sala Cuarta de la Audiencia según lo dispuesto en el Artículo 526 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Aquel texto se escribió el 26 de septiembre.
Haydée Santamaría, la principal testigo de “descargo” después del propio Fidel, quien vio las peores infamias de los guardias el día del asalto, fue la acusada a la que correspondió el orden testimonial casual número 26 del llamado hecho por el alguacil.
Debe conocerse que la tercera sesión del juicio oral por aquellos trascendentales sucesos se efectuó el propio sábado 26 de septiembre. Y en las banquetas laterales, de espaldas a las ventanillas, esposados en parejas por las muñecas, había dos mujeres, y 26 hombres.
Abel Santamaría, el segundo jefe del asalto al Moncada, según Fidel “el alma del Movimiento” –como había nacido el 20 de octubre de 1927– iba a cumplir entonces 26 años.
Melba Hernández Rodríguez del Rey y Haydée Santamaría Cuadrado (las únicas 2 mujeres de aquella acción) fueron sancionadas a 6 meses de cárcel: ojo con ambos dígitos que unidos forman otra cábala reveladora: el insurgente número 26.
Fidel en el mal llamado Presidio Modelo fue sancionado de nuevo a total incomunicación a las 3 p.m. del 26 de marzo de 1955.
Y cuando el 4 de abril Batista promulgó el equívoco llamado Estatutos Constitucionales, se informó públicamente que de los 126 alcaldes del país, muy pocos firmaron tal engendro jurídico; y en la capital cubana, solo ocho de los 26 alcaldes existentes lo suscribieron
Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, antes del acontecimiento que significó indudablemente la chispa de la Revolución fidelista, comenzó a cumplir la función de redactor como parte del grupo de compañeros que desempeñaron ese mismo papel en el periódico clandestino mimeografiado Son los mismos, con el pseudónimo Siboney, el lunes 26 de mayo.
No menos curioso es que los miembros de toda la guarnición del cuartel Moncada pertenecientes al Escuadrón 18 también asentado allí, eran 26 militares.
Para colmo de cábalas, recuérdese o sépase lo siguiente: antes de partir el joven abogado Fidel Castro rumbo a Cuba en zafarrancho de combate, –como había prometido acometerlo antes de concluir el año 1956– el jefe del asalto al Moncada y del desembarco del Granma, estuvo encarcelado en Ciudad México junto a 26 compañeros y en la Estación Migratoria de la calle Miguel Schultz número 26.
Cuente usted ahora mismo, amigo lector, las veces que hemos mencionado el número rebelde,y se llevará otra curiosísima sorpresa cabalística.
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Fuentes consultadas:
Los libros: La Generación del Centenario, de Marta Rojas; La Historia me Absolverá, de Fidel Castro Ruz; El Grito del Moncada, de Mario Mencía y Haydée habla del Moncada.