La celebración del día dedicado al trabajador azucarero invita a meditar más y afincar bien la bota
Los azucareros cubanos han vuelto a festejar su día: el 13 de octubre, esta vez desde la pata misma de las chimeneas del central Melanio Hernández, en la empresa agroindustrial homónima, asentada en la localidad de Tuinicú, en el municipio espitiruano de Taguasco.
Decir que no hubo alegría, júbilo, orgullo gremial, sería ignorar un fenómeno o realidad; ninguna coyuntura, aunque adversa, lo puede impedir.
El momento, sin embargo, es muy complejo y eso lo sabe el Grupo Empresarial Azcuba, desde su cima hasta sus cimientos, del mismo modo que el Sindicato Nacional donde se afilian todos los cubanos y cubanas que “hacen caña”, zafra, azúcar y producciones derivadas.
Tremendo reto tienen por delante a las puertas de una contienda azucarera que apunta a ser tan complicada como la anterior en el ámbito económico, financiero, de recursos e insumos.
De buscar, poner y hacer valer el “extra humano” se habló también este 13 de octubre, cuando en nombre de todo el archipiélago los espirituanos le pusieron un azucarado punto cubano a la cita.
Hay que sembrar caña, moler bien, producir azúcar, hacerlo con eficiencia… no es otro el llamado. Ahí está el reto.
Sede central de la celebración, el Melanio no pudo remontar su plan de producción de azúcar más allá del 75 por ciento, como consecuencia de crudas limitaciones con los lubricantes, el combustible, la energía eléctrica y otros recursos e insumos, pero demostró que, incluso así, se puede asegurar un decoroso 9 por ciento de rendimiento industrial, autoabastecerse energéticamente y entregarle más de 3 000 megawatts a la red nacional, sobrecumplir producciones derivadas, aprovechar áreas destinadas a alimentos (con incidencia directa en la atención a los colectivos laborales) y cumplir importantes encargos estatales.
A asuntos así no solo hizo referencia Antonio Viamonte Perdomo, director de la mencionada empresa, sino también Israel Roseaux Mansfarroll, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros, quien recalcó la necesidad de laborar con la mayor eficiencia posible, actuar enérgicamente contra el delito, las indisciplinas y la corrupción. Insistió en buscar fórmulas encaminadas al funcionamiento de las pasarelas y sistemas de pago como corresponde, en beneficio de los obreros que continúan sudando diariamente la camisa y aportándole a la economía del país, a pesar del impacto sobre ellos del comportamiento de los precios y el proceso de bancarización.
La Distinción Jesús Suárez Gayol volvió a anidar en hombres y mujeres con 20 y 25 años de labor destacada e ininterrumpida en el sector, además del Sello 8 de Octubre en innovadores con sobresalientes resultados, en tanto Deivy Pérez Martín, primera secretaria del Comité Provincial del Partido en Sancti Spíritus, les otorgó el correspondiente reconocimiento a cuatro trabajadores que acumulan más de medio siglo en la industria azucarera.
Tampoco pasarían inadvertidas Unidades Básicas de Producción Cooperativa como las de El Majá, Argelio Calderón, Delicias y Guayos, para que, seguidamente, la ingeniera Mariela Gallardo Capote, vicepresidenta del grupo empresarial Azcuba, entregase reconocimientos a las empresas azucareras 14 de Junio, Ciudad Caracas, Antonio Sánchez Gómez y Melanio Hernández, así como a las provincias de Cienfuegos y Sancti Spíritus.
Hubo música, alegría, una feria atemperada al momento que hoy vive la nación… y queda en el aire un llamado: invitar a prepararse mejor todavía para la venidera contienda, tanto los homenajeados este 13 de octubre, como quienes quedaron con deseos de subir al podio de los que sobresalen para aportar más.