Foto. / Hogar Salud.
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¿Cuánto tiempo debemos ventilar la casa al día?

Una ventilación adecuada es esencial para mantener cualquier ambiente interior en condiciones óptimas de salud. Le contesta Bohemia responde a una solicitud de Dunia Santana y Arnaldo Fleitas, de Mayabeque


Resulta difícil saber con precisión hasta qué punto se está expuesto a fuentes de contaminantes o de qué forma se podría reducir o controlar sus emisiones. Sin embargo es habitual abrir puertas y ventanas para que entre el aire limpio y se diluyan o eliminen estos agentes.

Se considera que una ventilación adecuada es esencial si queremos mantener cualquier ambiente interior en condiciones óptimas de salud. Al airear la casa, según los expertos, se introduce aire fresco del exterior, lo que ayuda a eliminar el aire viciado o a reducir la concentración de posibles contaminantes. ¿Pero durante cuánto tiempo habría que ventilar la vivienda –o cualquier otro espacio cerrado, como una oficina– si queremos que sea un entorno saludable y agradable?, esto depende de varios factores; según los expertos, están el tamaño de la casa, la estación del año, la calidad del aire exterior o del tipo de actividades que se realicen dentro de ese espacio. Por tanto, no se considera que haya un tiempo mínimo establecido universalmente.

Sin embargo, muchos expertos coinciden en que se debería ventilar al menos entre cinco y 10 minutos al día, independientemente de si el clima es frío o caluroso, porque una ventilación regular y adecuada garantiza un ambiente propicio. De lo contrario, si un determinado espacio no se airea de forma oportuna, podría afectar la salud. Así lo expresaba en el año 2023 el investigador de la Universidad Técnica de Dinamarca Pawel Wargocki, tras una revisión de artículos científicos al respecto: “Parece probable que puedan producirse riesgos para la salud cuando los índices de ventilación son inferiores a 0.4 renovaciones de aire por hora en las viviendas”.

La Organización Mundial de la Salud hizo hincapié en el asunto de la calidad del aire, sobre todo, a raíz del estallido de la pandemia de covid-19: “En espacios mal ventilados, los aerosoles con virus pueden permanecer en el aire y desplazarse más de un metro”, sostienen. Por ello, indican que mejorar la ventilación en estos espacios, entre otras cosas, reduce el riesgo de transmisión.

Un estudio publicado en el año 2002 en el Journal of Exposure Science & Environmental Epidemiology evalua la relación entre la ventilación y la calidad del aire interior en hogares urbanos y suburbanos. Los resultados no solo pusieron de manifiesto la importancia de una ventilación adecuada y así reducir la concentración de contaminantes en el aire interior, sino también para mejorar la salud respiratoria de los habitantes.

En la misma línea, un análisis publicado en el año 2011, bajo el título Calidad del aire interior, examina varios textos sobre la relación entre ventilación y salud respiratoria en entornos interiores. Los investigadores concluyeron que, de ser adecuada, se asocia con la reducción en síntomas respiratorios y una mejora en la calidad del aire interior.

Otras investigaciones como las del Instituto de Medicina de los Estados Unidos han resaltado la importancia de una ventilación apropiada en la prevención de enfermedades relacionadas con la calidad del aire interior, como asma o alergias. Los autores señalaron que el aire nuevo ayuda a reducir la concentración de contaminantes en los locales, como los compuestos orgánicos volátiles (COV), el dióxido de carbono (CO2), polvo y alérgenos. En el alegato de los científicos se reitera que esto puede beneficiar considerablemente la salud respiratoria de las personas.

Según los expertos, el hecho de ventilar la casa o los recintos cerrados durante unos minutos al día ayuda a prevenir la acumulación de humedad, lo que a su vez reduce la proliferación de moho y hongos. Además, facilita la eliminación de olores no deseados, así como el mantenimiento de un ambiente más confortable.

Aun así, se refiere a que en climas fríos es importante equilibrar la necesidad de aire fresco con la conservación del calor. Tal como aseguran los expertos, en estos casos se puede abrir una ventana o una puerta durante unos minutos y luego cerrarla nuevamente evitando que se escape el calor. En cambio, en climas cálidos, se recomienda ventilar la casa por la mañana temprano o tarde en la noche, cuando las temperaturas son más frescas.

Higiene personal

¿Con qué frecuencia se recomienda cambiar las sábanas? Interrogante de Lisbeth Acosta, de La Habana

Aunque la frecuencia de renovar la ropa de cama es una cuestión de higiene personal y comodidad, los expertos generalmente recomiendan cambiarlas al menos una vez por semana, o cada dos semanas como máximo.

Sin embargo, no siempre sucede así, por ejemplo: una encuesta recogida por el diario británico The Independent expresa que casi la mitad de los hombres solteros de Reino Unido solo lava las sábanas una vez cada cuatro meses. Los resultados de este sondeo revelaron que el 12 por ciento (de un total de 2 250 encuestados) admite que las lava cuando se acuerda, lo que podría ser incluso más tiempo. En cambio, las mujeres solteras las cambian más a menudo: el 62 por ciento asegura que limpia su ropa de cama cada dos semanas, mientras que las parejas afirman hacerlo cada tres.

No obstante, se cree que cuanto más tiempo pasamos en el mismo juego de sábanas, más posibilidades tienen de ser un foco de infección, o en palabras de algunos científicos, un “medio ideal para el cultivo de hongos”. Y es que, el sudor, las células muertas de la piel o la presencia de ácaros que se acumulan acaban creando un ambiente perfecto para los microbios, según los expertos.

Y aunque en pequeñas cantidades estos microbios no suponen mayor amenaza, con el paso del tiempo se podrían convertir en un problema mayor. Por eso, según el microbiólogo de la Universidad de Nueva York, Philip Tierno, lo ideal es que las sábanas se laven una vez por semana.

Comparte el mismo argumento la psicóloga, neurocientífica y experta en sueño Lindsay Browning, tal y como declaró al medio radiofónico británico Radio 1 Newsbeat. Según esta investigadora, hay que cambiarlas de forma semanal, o como mucho, cada dos semanas: “El sudor penetra en las sábanas y hace que estas no solo huelan mal, sino que se obstruyan”, afirmó. Además, arguye que es necesario que el aire circule para sentirnos frescos y dormir mejor.

Por ende, se considera que la acumulación de sudor y células muertas de la piel en las sábanas podría incluso provocar incomodidad y problemas cutáneos. Por si fuera poco, los ácaros se alimentan a su vez de las células muertas de la piel, lo que incrementaría el problema.

Por el contrario, un cambio de sábanas regular ayudaría a mantener la limpieza y evita la acumulación de estas sustancias. Y aunque la frecuencia de cambio de las sábanas puede variar según la temporada, los expertos aconsejan no pasar más de dos semanas sin lavarlas.

Incluso en invierno, señalan, se desprenden células muertas de la piel y la presencia de alérgenos como el polen puede empeorar las alergias y la congestión. “Podemos ser algo más indulgentes en los meses de invierno”, según Browning, pero una vez a la semana “sería lo ideal”.

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