Con mirada crítica, el mandatario cubano se refirió al complejo escenario por el que atraviesa la economía nacional y llamó a no claudicar ante los inminentes retos por más insuperables que parezcan
“A Cuba no la dirige una persona, ni siquiera un pequeño grupo de personas. Es una “dictadura” que jamás podrán entender los enemigos de la Revolución: la dictadura de los trabajadores, la dictadura del pueblo que representamos los aquí reunidos por decisión popular. Por eso, lo que discutimos aquí es guía, y lo que aprobamos, es ley” Fueron las palabras del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente, Miguel Díaz-Canel, quien con sus palabras clausuró el Tercer Período de Sesiones de la X Legislatura de la Asamblea Nacional.

Durante varias jornadas fueron tratados aspectos medulares del futuro de la nación, entre ellos, la aprobación de nuevas leyes. Al respecto, el mandatario cubano expresó: “Corresponde ahora cambiar lo que deba ser cambiado, y avanzar en la ruta emprendida hace 65 años para emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos, según el concepto de Revolución que nos legó Fidel”.
El Jefe de Estado destacó como una fortaleza de la nación la integración de la Asamblea Nacional del Poder Popular y el carácter genuinamente cubano de cada Legislatura, donde no se paga por horarios extras, y el único premio a cambio es la posibilidad real y práctica de ser más útiles a la sociedad y el reconocimiento del pueblo.
En ese sentido señaló que la riqueza de debates y aportaciones de los diputados en el análisis de cada proyecto de ley han robustecido y obligado a realizar importantes cambios en su contenido.
Díaz-Canel añadió: “Estas leyes muestran la voluntad de ensanchar y ampliar las relaciones con todos los cubanos, con todos los comprometidos con su patria, y ratifican que Cuba es un sitio seguro y de respeto para todos los extranjeros que decidan residir en el territorio nacional”.
En ese línea apuntó: “Es legítimo el debate, y es sabia y útil la confrontación de ideas que siempre estaremos provocando. Nadie dude que de ellos nacerán las mejores decisiones, los mejores aportes, dictados por el afán de superar errores, vencer dificultades y avanzar”.
Sobre las dificultades que enfrenta el país, remarcó: “Cada día enfrentamos enormes obstáculos a los sueños y proyectos de justicia social, conscientes de que es nuestra responsabilidad, como Estado socialista, desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional”.
“La Revolución está siendo duramente desafiada a revolucionarse, y lo está haciendo. Lo estamos haciendo juntos, en equipo, porque no es posible otra fórmula ¿Qué fueron Girón, la Crisis de Octubre, las plagas, los atentados, las bombas, los sabotajes en medio de situaciones tan dramáticas como el ciclón Flora y toda la pobreza heredada del sistema anterior?”, reflexionó.
Sobre la heroica y perenne resistencia del pueblo afirmó que Cuba vive, trabaja, resiste y crea “bajo las bombas silenciosas de una guerra silenciosa que tiene como objetivo principal la actividad económica”.
“Es responsabilidad del Estado y del Gobierno afrontar esa gravísima contingencia del modo más creativo, y la dirección del país no descansa en función de sortear la guerra económica que tan duramente impacta en la calidad de vida del pueblo”, dijo.
Refiriéndose al criminal y genocida bloqueo norteamericano, declaró: “¿Negar el acceso de Cuba a productos con un mínimo del 10 por ciento de componentes norteamericanos; obligarnos a gestionar inversiones y planes en el más absoluto sigilo con el riesgo latente y real de que fracasen en caso de ser conocidos por Estados Unidos; someter a las principales empresas del país al castigo diseñado contras las naciones incluidas en sus listas espurias que cierran bancos y posibilidades de financiamiento por todas partes, no son formas innegables de guerra económica? (…) No existe otro Gobierno sometido a una guerra de tal naturaleza, tan prolongada y apuntalada por leyes de otro país que gravitan sobre toda la economía, como la Torricelli y la Helms-Burton, elaboradas con el declarado propósito de cambiar el régimen político de Cuba. Gestionar la economía bajo condiciones en las que no opera ninguna otra nación del mundo, ¿cómo se llama entonces?”, argumentó.
“Paralelamente, y como consecuencia de las sostenidas carencias y limitaciones, crecen las manifestaciones de indisciplina, violencia social, adicciones y vandalismo que atentan contra la tranquilidad ciudadana, entre otros problemas. Esta situación exige implementar de inmediato acciones concretas, bien aseguradas, con el debido control, que deberán ser apoyadas por una adecuada estrategia de comunicación política e institucional”, sentenció.
“Es hora de superar los diagnósticos y pasar a las acciones. Debemos hacer que se cumpla lo aprobado, definiendo bien los objetivos, preparando mejor a los ejecutores de cada medida; propiciando el aseguramiento político, comunicacional, material y financiero; ordenando las acciones con un cronograma de implementación para que no se queden en el discurso y, sobre todo, ejercer el control sobre las correcciones y los ajustes con la retroalimentación necesaria”.
En cuanto a las responsabilidades en el ámbito de la economía, reconoció que en el afán por cumplir con los Lineamientos de la Política Económica y Social del VIII Congreso del Partido, al destrabar procesos e impulsar la formación de MIPYMES, “no se fue lo debidamente firme en la exigencia de crear bases normativas suficientemente robustas e integrales para conducir el funcionamiento de estas formas de gestión, que ya operaban en la economía, pero sin un reconocimiento formal”.
“Los controles posteriores han demostrado que muchos de esos negocios no respondieron a la confianza del Estado con la honestidad y transparencia que demanda y exige una sociedad mínimamente organizada”, detalló.

“Las MIPYMES se concibieron como actores económicos que complementan al sector estatal, principalmente desde la producción. Sin embargo, ahí hemos tenido una gran distorsión. Buena parte de ellas se han dedicado a la comercialización de productos importados que, aunque resuelven algunas carencias inmediatas de la ciudadanía, no aportan al desarrollo sostenible del país”.
Sobre los mecanismos de control popular insistió en que “hay que fortalecer el trabajo educativo desde las familias, la escuela, las instituciones y la sociedad”, así como también “los mecanismos de control popular para gestionar el cumplimiento de las funciones y responsabilidades de los dirigentes y funcionarios ante el pueblo con transparencia e integridad”, afirmó.
Cerca de concluir expresó que “a solo horas de que se cumplan 71 años del asalto a la segunda fortaleza de Cuba, aquel pequeño motor de rebeldía que prendió el gran motor de la Revolución de Fidel, Raúl, Ramiro y la ejemplar Generación del Centenario del Apóstol, felicitamos al noble y laborioso pueblo espirituano y a toda Cuba por su heroísmo y resistencia frente al imperio, pero también por su rebeldía e inconformidad frente a los errores, las distorsiones y las tendencias negativas que una y otra vez vuelven a aparecer en el siempre arduo y nuevo camino al socialismo”.
“Esta generación comprometida con la continuidad de la Revolución de, por y para los humildes, y batallará para que todos podamos alcanzar, más temprano que tarde, una prosperidad digna e inclusiva donde ningún ciudadano quede desprotegido. Para ello trabajamos”, finalizó.
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