Ante dos eventos cruciales de la actualidad contemporánea, BOHEMIA entrevista a un experto cubano para entender la actitud de China
En coordenadas de desafíos globales muy demandantes de diplomacia de alta costura se mueve la República Popular China (RPCH). Ahora hay dos temas esenciales: la búsqueda de la paz en el Oriente Medio y el triunfo de una solución política negociada al conflicto entre Rusia y Ucrania. Habida cuenta la incorrecta percepción que tiene parte de la comunidad mundial sobre la postura del gobierno y del Partido Comunista del gigante asiático en estos asuntos, Bohemia recurre al criterio especializado de Eduardo Regalado Florido, jefe del Proyecto de investigación sobre China en el Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI).
En lo concerniente al papel de la RPCH en la contienda ruso-ucraniana, el especialista señala que “China ha declarado su actitud neutral ante este conflicto, lo que no significa imparcial. Dicha postura puede catalogarse como una maniobra sumamente compleja, la cual ha estado condicionada por los principios de su política exterior, por la geopolítica mundial y por los requerimientos que impone su asociación estratégica integral con Rusia, sumamente relevante en su seguridad nacional. China ejerce una política exterior independiente, sustentada en los principios de la coexistencia pacífica; con énfasis en el respeto y el beneficio mutuos; la oposición al hegemonismo, al expansionismo y a las relaciones internacionales basadas en una mentalidad beligerante; y la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados. Sin embargo, reconoce que la principal responsabilidad recae en Occidente, guiado por los Estados Unidos en su pretensión de utilizar la conflagración para debilitar a Rusia y así lograr sus objetivos geoestratégicos.
“China es muy celosa del respeto a la soberanía e integridad territorial de los Estados. Postura sumamente evidente sobre todo a partir de los reclamos de incorporación plena de la provincia rebelde de Taiwán, hecho que el llamado Occidente colectivo torpedea. Pero Beijing entiende la legitima ansiedad de seguridad de Moscú ante el expansionismo militar de la OTAN y de un hipotético ingreso de Ucrania en esa Alianza, así como el traslado de armamento estratégico a ese territorio, lo que violaría las normas de distancia y tiempo de reacción ante un ataque con armas nucleares, todo lo cual compromete seriamente la seguridad nacional rusa. Además, hay que considerar que los documentos rectores de seguridad nacional de los Estados Unidos enfocan a China como la mayor amenaza militar y económica. En la ruta crítica estadounidense, de sometimiento y rescate de su hegemonía, primero se perfila derrotar a Moscú y luego a Beijing. Ya eso es bien sabido.
“Al declararse neutral, China no rompe la proximidad con las autoridades rusas y sí crea una distancia con los estadounidenses; asimismo, no se alinea totalmente con los países europeos. Es decir, que la neutralidad declarada, a la vez que no manifiesta una aprobación explícita a la operación militar rusa, no daña los vínculos estratégicos con Moscú. Ambas naciones se oponen a la hegemonía de Washington, rechazan a la OTAN y comparten intereses económicos comunes. El canciller Wang Yi declaró que China y Rusia son buenos amigos, socios confiables y, sobre la crisis de Ucrania, China mantendrá una posición independiente e imparcial, emitirá una voz objetiva y racional, promoverá activamente las conversaciones de paz y se esforzará en buscar una solución política en cualquier ocasión multilateral internacional. Así, dentro de la posición neutral, el gigante asiático ha asumido una línea responsable. De grandes esfuerzos de paz”.
En lo que respecta al plan de paz que la RPCH intenta se tome en cuenta para dirimir definitivamente el complejo asunto, Eduardo Regalado nos recuerda que “tan temprano como febrero de 2023 China presentó una propuesta de 12 puntos: respetar la soberanía de todos los países, abandonar la mentalidad de Guerra Fría, cese de las hostilidades, reanudar las conversaciones de paz, resolver la crisis humanitaria, proteger a los civiles y a los prisioneros de guerra, mantener la seguridad de las centrales nucleares, reducir los riesgos estratégicos (oposición a la amenaza o el uso de las armas nucleares), facilitar las exportaciones de granos, poner fin a las sanciones unilaterales, mantener estables las cadenas de suministros y promover la reconstrucción posconflicto.
“Como se puede apreciar es una propuesta tremendamente abarcadora. De hecho, se gana consenso de que China se ha convertido en una nación clave para la paz mundial y también para la búsqueda de solución del conflicto, muy contrariamente a las potencias occidentales, que continúan con el envío de armamentos, echando leña al fuego de la conflagración, lejos de aplacarla”.
El también máster en Ciencias se detuvo a analizar brevemente la postura china de cara al candente escenario levantino, particularmente lo que tiene que ver con el pueblo palestino. Al respecto indicó que “China insiste en un alto al fuego y apoya el derecho legítimo de los palestinos a crear un Estado libre, soberano, elegido por ellos mismos. O sea, Bejing se opone a las intervenciones de terceros y es este un rasgo característico de su política diplomática. Es justo decir que el país asiático sigue respaldando a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
“No podemos perder de vista que Ma Xinmin, en representación del Ministerio de Relaciones Exteriores de la RPCH, al pronunciarse sobre el derecho a la lucha armada del pueblo palestino contra la opresión israelí en la Corte Internacional de Justicia, dijo que China reconocía la legitimidad de la gente a luchar por la liberación contra la dominación extranjera y colonial, así como contra cualquier tipo de sometimiento por cualquier medio disponible, incluidas las armas”.
Tal reconocimiento aparece en distintos convenios internacionales. La resistencia armada, cuando está ligada a la autodeterminación de un territorio ante operaciones coloniales, se distingue del terrorismo; es un derecho que emana de la legislación internacional. La posición se asienta en que el acuerdo de paz tiene que implicar que Palestina gobierne su territorio, poniendo énfasis en la solución, porque para China “no hay una sola razón que justifique la continuación de este conflicto, ni una sola razón justificativa del asesinato de civiles. Beijing se adhiere al principio de dos Estados, anteriores a las fronteras de 1967. Y que Palestina sea miembro oficial de la ONU”. Por tanto, a una solución que permita la “coexistencia pacífica de los pueblos judío y árabe”.
2 comentarios
El desarrollo vertiginoso de la RPChina bastión de la multipolaridad debilita a
la temerosa y decayente hegemonía imperialista yanqui para beneficio y aliento de la humanidad
Buen análisis, que a pesar de lo complejo, delimita a punta de lápiz la posición política y diplomática de la RPCH ante los dos temas. Sin abandonar ni un segundo su posición de principio, plantéa con suma claridad, la aparente contradicción ante los dos conflictos y deja claro que siempre basará su posición en el pleno respeto a la soberanía y autodeterminación de los estados, así como en el respeto a las leyes internacionales, sin abandonar su respaldo la paz y a la solidaridad socialista. Eso le fortalece su moral ante el tema Taiwán.