Cinematografías y puestas televisuales lo muestran durante las programaciones de verano que se exhiben en diferentes pantallas
Al hacer memoria solemos ir a visualidades, palabras, anécdotas y músicas registradas en diferentes formatos; vuelven una, otra vez, alertan desde la conciencia y el alma. Para tener la certeza de lo ocurrido buscamos en documentales donde guionistas y realizadores revelan lo humano recreado con imaginación y virtuosismo narrativo.
Durante Julio y Agosto en espacios televisuales y en las pantallas cinematográficas el documental nos permite reencontrarnos con personalidades, hechos, contextos y circunstancias disímiles. Quizás poco se piensa o no tanto como lo merece en esencias de un género que en el cine y la televisión provoca dinámicas relaciones dialógicas entre realizadores, textos y audiencias. Estas dimensiones nos hacen reflexionar sobre formas asumidas por quienes acuden a otras fuentes; entre ellas la tradición literaria, de la cual forman parte el diario, el ensayo, la evocación. Las variantes narrativas dependen de qué se quiere contar, cómo se quiere y para quién se quiere contar. En este sentido el rol de la dramaturgia es un pilar en la consolidación de lenguajes fílmicos de vanguardia. Estos seducen cuando son lo suficientemente provocadores tanto en sus planteamientos temáticos como estéticos.

El ver del registro documental permite en la actualidad dejar constancia de fotos, exposiciones de pinturas, performances que quedarían un poco olvidadas en el recuerdo si no existieran esas huellas perpetuadas en los elementos del montaje, transiciones, ritmo, colores, líneas, texturas y sonidos mediante entrevistas, ambientes, efectos y silencios.
Nunca olvidemos el programa Signos, realizado por Teresita Gómez, recientemente fallecida, quien fue una mujer creadora de pasiones infinitas. Defendió en sus visitas al Museo Nacional de Bellas Artes la socialización del estilo de fotógrafos, pintores y otros creadores de las artes visuales. Su espacio fue llevado y traído en horarios diferentes. Cubavisión, el canal de todos los públicos, lo asumió; considerando un quehacer particular dirigido no solo a entendidos y amantes del arte, también en provecho de la sensibilidad, los saberes y la capacidad de análisis de las personas sin límites de edades o sexos.
Ella desarrolló su discurso narrativo en spots, reseñas para apelar al conocimiento cultural. Realizadores que cultivan otros niveles descriptivos perceptivos y descripticos han transitado caminos diferentes. Elegir el punto de vista y el desarrollo del relato depende de la íntima decisión conceptual implícita en la lectura particular de cada artista.
Nunca olvidemos los niveles interpretativos de públicos interesados en conocer o descubrir mundos posibles, metáforas, ideas, pensamientos y provocaciones implícitas no solo en el cuadro o en la foto; sino en la curaduría de muestras expositivas.
Ver durante el verano documentales en el cine y la televisión despierta ese afán despierto o recóndito que nos hace indagar en nosotros mismos para conocernos mejor.
Ciertamente, ver es mucho más que mirar. Estar atentos al plano, los colores, el diseño, influye en el espectador crítico tan necesario en estos y en todos los tiempos.