Al arribar al octavo año de la partida física del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 25 de noviembre de 2016, rendimos tributo a su siempre presencia
En el indómito lomerío oriental, cada firme es un baluarte; entre trochas y ríos, el viento remueve las palmeras y los grandes helechos, donde otrora se tornaron reveses en victorias. Una naturaleza exuberante y a la vez agreste; el caminante siente el hálito de un recuerdo sonoro y huellas de coraje entre combate y combate.
Son trazos grabados en la eternidad por las botas del insigne Comandante, mientras sostiene con firmeza la mochila y un fusil. Es la etapa legendaria de la Guerra de Liberación Nacional (2 de diciembre de 1956-1° de enero de 1959).
En aquel escenario épico, movió a una generación con extraordinario sentido del momento histórico; compartió sueños: armar una nueva patria. Por tal arrojo, allí -como en toda Cuba- se respira hoy soberanía. Con ellos, desde el Primer Territorio Libre de Cuba, labró una arquitectura con ladrillos acerados de dignidad, a prueba de cualquier reto.
Son estelas acuñadas en todo el entorno y representadas en el corazón de Cuba. Al decir del poeta argentino Juan Gelman, esa historia “[…] parlará de sus hechos gloriosos / prefiero recordarlo en el rincón del día / en que miró la tierra y dijo soy la tierra / en que miró su pueblo y dijo soy el pueblo / y abolió sus dolores sus sombras y sus olvidos…
Llega el 8 de enero de 1959. ¡Los barbudos entran a La Habana!: Como en la Marcha triunfal al Ejército Rebelde del Indio Naborí: Vienen con el ansia del pueblo encendido / vienen con el aire y el amanecer / y, sencillamente, como el que ha cumplido / un simple deber…
El verdor de la Sierra Maestra nos inunda. “Un Fidel que vibra en la montaña” con “un rubí, cinco franjas y una estrella” -parafraseando al cantor–, ahora palpita en cada rincón de la nación cubana. Con la Reforma Agraria, los campesinos, acostumbrados a regar una estela de sudor en el surco, ahora con sus manos callosas, tienen un lugar seguro donde plantar su bandera; son iluminadas por las letras y los números. Tal privilegio reciben los niños con sus nuevas escuelas. Los pies infantiles ya no posarán descalzos debajo de los pupitres, ni sentirán el lodo de los caminos o el calor del asfalto. Miran el porvenir con ojos más brillantes y pueden aspirar a estudios superiores.
Más hospitales abren sus puertas a los humildes y sus camas sienten el canto infantil del nacimiento. Las chimeneas de las fábricas entonan himnos junto a sus obreros y solo será un “tiempo vivo”.
Sin sacudirse del uniforme verde olivo la pólvora de la guerra, “los mambises que entran del bravío Oriente” se funden con un pueblo laborioso y miliciano, a mantener el azul del cielo. Quien lo defiende lo quiere más y, para asombro del mundo, una pequeña nación desafía a un imperio.
Fidel siempre presente
Los sembradíos sienten la presencia de las manos del líder guerrillero y los obreros en los talleres se comprometen al impulso de su sabiduría. Brazo a brazo con su pueblo; en las tribunas siente el aclamo de las multitudes, por su oratoria brillante que esclarece y orienta.
Numerosos campos deportivos trasmiten alegrías y hacen más sanos los cuerpos. En los pechos de nuestros deportistas brillan medallas en otros escenarios del mundo y en sus gargantas sale el orgullo junto a las notas del himno aguerrido y la bandera que ondea soberana.
De él aprendimos: “[…] el internacionalismo es, sin duda alguna, la más hermosa creación del corazón”, salda “nuestra propia deuda con la humanidad”. Hemos tendido la mano al mundo. Los pueblos agradecen “palabras en acción y hechos que cantan”.
En esos pasos seguros liderados por Fidel, está la visión de nuestro Héroe Nacional José Martí, a quien definió como el guía de su vida, se convierte en su mejor discípulo: “[…] de él he recibido, por encima de todo, los principios éticos sin los cuales no puede siquiera concebirse una revolución. De él recibimos igualmente su inspirador patriotismo y un concepto tan grande del honor y de la dignidad humana como nadie en el mundo podría habernos enseñado”.
Armado de esa concepción, inició y triunfó en todos los desafíos. “No ganan batallas aquellos que creen que el combate es fácil, ganan batallas aquellos que saben que el combate es difícil”, nos enseñó.
Su hermano de sangre y de ideas el General de Ejército Raúl Castro Ruz aseveró: “Nadie como el Che lo ha definido cuando expresó: ‘Y si nosotros estamos hoy aquí y la Revolución Cubana está aquí, es sencillamente porque Fidel entró primero en el Moncada, porque bajó primero del Granma, porque estuvo primero en la Sierra, porque fue a Playa Girón en un tanque, porque cuando había una inundación fue allá y hubo hasta pelea porque no lo dejaban entrar.
‘Por eso nuestro pueblo tiene esa confianza tan inmensa en su Comandante en Jefe, porque tiene como nadie en Cuba la cualidad de tener todas las autoridades morales posibles para pedir cualquier sacrificio en nombre de la Revolución’. Así pensaba el Che y así pienso yo también”.
Fidel es un paradigma; cada día se agiganta ante nosotros, nos inspira, da fuerza. Su legado es bandera, instruye: “[…] el ejemplo es una forma de aplicar la teoría, el ejemplo es una forma de educar a las nuevas generaciones […]”, llamados a tomar las banderas de las conquistas de un camino labrado.
Define a los dirigentes como vanguardia política, los cita a preservar “su actitud en todos los aspectos ¡sea ejemplo en todos los aspectos! ¡Ser ejemplo en todos los aspectos significa ejemplo sin excepción de ninguna clase! Nuestros militantes revolucionarios, nuestros cuadros, los compañeros que tienen responsabilidades: ¡a más responsabilidad, más obligación, a más obligación más deber; y a más responsabilidad más sacrificio!”.
Al respecto el propio Raúl sentenció: “Ese es el Fidel invicto que nos convoca con su ejemplo y con la demostración de que ¡sí se pudo, sí se puede y sí se podrá!”.
El Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, maestro de lealtad, manifestó:
“Fidel es de la única persona que yo hablo con adjetivos y superlativos, porque para mí Fidel Castro es grande, es grandísimo, por la forma. Fidel Castro le dio la dignidad al negro, a la mujer y al niño, y te voy a decir más, para mí Fidel es el hombre más grande de este siglo que pronto terminará. De verdad, yo no he conocido una persona ni he leído de una persona las cosas que he sentido y que he visto de Fidel por lo que ha hecho por la humanidad”.
Inspiración de poetas
Del poema A Fidel Castro, de Pablo Neruda, seleccionamos un fragmento: Y si se atreven a tocar la frente / de Cuba por tus manos libertada / encontrarán los puños de los pueblos, / sacaremos las armas enterradas: / la sangre y el orgullo acudirán / a defender a Cuba.
La poetisa cubana Nancy Morejón, cuando le insinuaron en el mismo Nueva York, que Fidel tenía una fortuna, lanzó de sus labios una respuesta firme y digna, luego la hizo poema y lo tituló Ronda de la Fortuna:
Fidel tiene fortuna,
una sola fortuna:
estar, entre nosotros,
por un mundo mejor.
Qué fortuna mayor.
Fidel
sin odio y sin hiel,
abre muros
y ventanas.
Fidel
Fidel tiene fortuna,
una sola fortuna,
la fortuna de ser
Fidel.
Arribamos a un 25 de noviembre y el Granma sigue proa al futuro; hace 8 años (2016) realizó una breve escala para ajustar sus motores y Fidel, su seguro timonel, nos guía y unidos a él todos los agradecidos.
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Fuentes consultadas
Diccionario de pensamientos de Fidel Castro, de Susi Sarfati; el libro Cantar de Alejandro, Colección Sur; discursos pronunciados por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz el 28 de enero de 2003, en homenaje al 150 natalicio de José Martí, y por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, Santiago de Cuba, 3 de diciembre de 2016.
2 comentarios
Siempre vamos a recordarte, fiel a nuestro pueblo, nos enseñaste principios que nunca vamos a renunciar, el amor a nuestra patria, a ser solidario, a compartir lo que tenemos a no rendirnos jamás, Fidel siempre te vamos a amar, seguiremos en combate siempre, gracias por todo lo que tenemos, el bloqueo no impedirá que nuestro pueblo continúe adelante, buscaremos soluciones, y seguiremos unidos, como nos enseñaste, gracias.
Excelente texto !