Joe Biden y Kamala Harris se reunieron con Zelenski en la Casa Blanca. / elpais.com
Joe Biden y Kamala Harris se reunieron con Zelenski en la Casa Blanca. / elpais.com

La guerra va mal

Zelenski presentó un “plan para la victoria”, pero enfrenta críticas y desafíos en un contexto electoral norteamericano complicado


Si Ucrania y sus aliados occidentales quieren ganar, primero deben tener el coraje de admitir que están perdiendo. En los últimos dos años, el país emprendió una costosa guerra de desgaste insostenible.

Cuando Volodímir Zelenski viajó a Washington para ver al presidente Joe Biden, llevó consigo un “plan para la victoria”, que se esperaba incluyera un nuevo llamado a la movilización de recursos. Pero Kiev necesita algo más: un cambio de rumbo urgente.

La táctica de invadir territorio del gigante euroasiático para forzar a las tropas de Moscú a abandonar los frentes del Donbás ha resultado un fracaso total. Ha sido Zelenski quien perdió el resto de las líneas de combate y eso es algo que no le perdonan ni sus soldados ni sus ciudadanos.

Regresando a su viaje a Estados Unidos, el mandatario eslavo chocó con las elecciones norteamericanas. En la Casa Blanca, los republicanos criticaron su visita a una fábrica de municiones en Pensilvania, donde estuvo acompañado por dos legisladores demócratas.

Además, en una entrevista publicada por The New Yorker, Zelenski calificó al aspirante republicano a la vicepresidencia J.D. Vance, como “muy radical”. Luego, el expresidente Trump se quejó de seguir enviando miles de millones de dólares a alguien que se niega a cerrar un acuerdo de paz.

Trump prometió poner fin a la guerra. / pagina12.com.ar

Sin el respaldo económico y militar de Estados Unidos, principal proveedor de asistencia para Ucrania, esta nación no tendría resistencia al operativo militar de Rusia. La Casa Blanca desplegó la alfombra roja para Zelenski, quien mantuvo una reunión por separado con la candidata demócrata, Kamala Harris. En una crítica poco disimulada hacia sus rivales, la abogada declaró: “Hay algunos en mi país que podrían exigirle ser neutral y le reclamen que renuncie a relaciones de seguridad con otras naciones”.

Por su parte, Joe Biden anunció una serie de medidas de apoyo, incluida la entrega de 8 000 millones de dólares (7 150 millones de euros) en asistencia militar. El paquete comprendió municiones, sistemas de defensa aérea y, por primera vez, bombas planeadoras JSW: misiles de alcance medio (130 kilómetros) que pueden alcanzar sus objetivos con gran precisión.

Sin embargo, el eslavo no podía permitirse estar en desacuerdo con quien, en unos meses, podría tener la llave de la Casa Blanca. Buscó reunirse con Donald Trump. La foto del encuentro supuró incomodidad, especialmente por el ucraniano, mientras el magnate prometía poner fin a la guerra. “Tengo muy buena relación con Putin. Y creo que, si ganamos, lo resolveremos rápido”.

Entretanto, los medios occidentales, al unísono, siguen tocando música relajante para hacernos creer que todo marcha según lo planeado: Putin está aislado, los defensores de la libertad ganan esta guerra y Zelenski goza de los aplausos. Así seguirán haciéndolo hasta que el Titanic quede reducido a unas cuantas maderas.

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