El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) publicó su informe de 2025 sobre el Estado de la Población Mundial. Por primera vez el documento se dedica al tema de la baja fecundidad a escala global, al exponer los resultados de un estudio sobre el tema en 14 países
Alerto y me disculpo de antemano, pues este será un texto con muchas cifras. Pero resulta casi imposible omitir los números cuando nos valemos de las herramientas del campo de la ciencia que aborda estadísticamente las poblaciones humanas.
Estudios demográficos apuntan a que somos hoy más de 8 000 millones de individuos habitando el planeta; en tanto, las estimaciones sugieren elevar esta cifra por encima de los 8 500 millones de cara al año 2030.
Según Naciones Unidas, desde mediados del siglo XX la población mundial se ha multiplicado por tres, incluso cuando numerosas naciones de Europa experimentan una fase de declive poblacional en los últimos tres años.
Números más, números menos… a India y China esto no parece afectarles. Ambos gigantes se han turnado durante décadas (y aún mantienen) el primer puesto del ranking con sus más de mil millones de habitantes.
Contradictoriamente, los países con mayores niveles de fecundidad suelen ser los de menor renta per cápita, de ahí que el crecimiento poblacional se concentre cada vez más en los territorios más pobres del mundo, la mayoría de los cuales se encuentran en el África subsahariana.
Índices como la fecundidad, la tasa de fertilidad global y el envejecimiento han acaparado particularmente la atención este año, por ello el Informe sobre el Estado de la Población Mundial de 2025, elaborado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), se centra en esos temas.
El documento, denominado La verdadera crisis de fecundidad: Alcanzar la libertad reproductiva en un mundo de cambios refleja que la humanidad está ante una situación inédita en su historia, pues se ha alcanzado un máximo de población, aunque se empieza a apreciar un contexto global de baja fecundidad.
Es la primera vez que un informe de la ONU aborda esta problemática y lo hace a partir de los resultados de un estudio realizado con la participación de más de 14 000 hombres y mujeres adultos de 14 países.
La encuesta refleja, y cito, que “un porcentaje altísimo de hombres y mujeres en todo el mundo no está en condiciones de cumplir sus aspiraciones en materia de fecundidad”. ¿Cuál es la causa? El informe tiene las respuestas y aquí vienen sus dígitos.
Leer entre cifras y previsiones
Según el reporte del Unfpa, cuando preguntó a la población cuya vida reproductiva se da por concluida (los mayores de 50 años), solo 38 por ciento dice haber tenido el número de hijos deseado; 31 por ciento tuvo menos de los que esperaba y el 12 superó su cifra ideal.

Entre los adultos en edad de procrear, la respuesta más común es su deseo de tener dos hijos. Sin embargo, 11 por ciento cree que tendrá una cantidad inferior de la deseada, mientras 7 piensa superar su objetivo ideal.
Unas 10 000 personas con aspiraciones a tener hijos fueron encuestadas sobre las causas por las cuales tendrían menos descendencias respecto a las soñadas. La mayoría apuntó entre sus respuestas a las restricciones económicas (39 por ciento), pero también al desempleo o precariedad laboral (21) y a las limitaciones relacionadas con la vivienda (19).
En tanto, 24 por ciento señala problemas de salud y alrededor de la quinta parte (19 por ciento) hace referencia a temores sobre el cambio climático, las guerras, pandemias, y otras cuestiones.
Según el texto, al incumplimiento de las aspiraciones en materia de fecundidad se añade el problema de las altas tasas de embarazos no intencionales.
Mientras, se estima que China, el segundo país más poblado del planeta en la actualidad, experimentará probablemente la mayor pérdida absoluta de habitantes entre 2024 y 2054, seguida de Japón y Rusia. Para el lejano 2100, posiblemente el gigante asiático habrá perdido más de la mitad de su población actual y habrá vuelto a un tamaño comparable que se registró a finales de la década de 1950.
En este contexto, “es probable que nueve países, entre ellos Angola, República Democrática del Congo y Níger dupliquen su tamaño; Nigeria y el Congo podrían superar a Estados Unidos y otros, como Tanzania, podrían situarse potencialmente entre los 10 más poblados a finales de siglo”, añade el informe.
Cuba, se reduce y envejece
Medidas sociales tomadas en Cuba tras el triunfo revolucionario de 1959 hicieron que, paulatinamente, su población tuviera rasgos típicos de países desarrollados: una alta esperanza de vida, bajas tasas de fecundidad y de mortalidad infantil, y un envejecimiento demográfico en aumento progresivo. Mas, con el paso del tiempo y las nuevas crisis económicas, algunos de esos indicadores se han ido deteriorando.
La tasa de mortalidad infantil, por ejemplo, se mantuvo por debajo de 4.6 por cada 1 000 nacidos vivos desde 2012 hasta 2019. En 2024, esa cifra llegó a los 7.1 por igual cantidad de bebés que vieron la luz.
Por otro lado, el envejecimiento demográfico muestra uno de los indicadores más altos de América Latina y el Caribe, con 25.7 por ciento del total de la población en el grupo etario de 60 años y más.
Un informe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) de Cuba recoge que entre 2020 y 2024 el país experimentó un descenso significativo de 1.4 millones de personas y el pronóstico en este 2025 es el aumento de ese número.
Cuando concluyó diciembre de 2024, Cuba contaba con 9 millones 748 007 de habitantes. Recordemos que el último Censo de Población y Viviendas realizado en el país en el año 2012 definió la población residente en 11 millones 167 325 personas. Esto indica un decrecimiento de -30.6 por cada 1 000, fenómeno probablemente alarmante en cualquier país del mundo.
Esta disminución, si nos apegamos a datos oficiales, estuvo relacionada con las defunciones: estas reflejaron valores más altos respecto a los nacimientos, una tendencia sostenida desde el año 2020. A ese factor se suma la tasa global de fecundidad (número promedio de hijos que una mujer tendría a lo largo de su vida si las condiciones de fecundidad se mantienen estables): fue en el pasado calendario de 1.29, la más baja en la historia de estos registros en el país.
Un elemento importante es la alta tasa migratoria de los últimos años. El saldo migratorio externo en 2024 fue de -251 221 personas, una cifra elevada, si bien al mismo tiempo es la más baja desde el año 2022.

Ante este escenario, algunos de los retos actuales implican desarrollar un sistema integral de cuidados para los adultos mayores, reformar el sistema de pensiones y promover mecanismos atractivos para que los jóvenes encuentren la realización personal en su propio terruño.
El informe del Unfpa se presentó en Cuba por especialistas del Centro de Estudios Demográficos (Cedem), la ONEI y otras organizaciones.
En el abordaje de los temas de población, según el vicejefe de la ONEI, Juan Carlos Alfonso Fraga, Cuba cuenta con una política demográfica explícita, actualizada en 2022 y asociada con otras como la del Adelanto de la Mujer.
“También ha desarrollado varias herramientas, como la Encuesta Nacional de Fecundidad de la ONEI, cuya última actualización tuvo lugar en 2022, y recopiló datos de más de 1 500 familias”, añade.
“Entre los principales resultados de ese estudio estuvo que más de 70 por ciento de las mujeres entre 15 y 54 años tenían hijos, un valor superior al de los hombres en el mismo rango etario”, acotó la doctora Matilde Molina, subdirectora del Cedem, quien considera el embarazo adolescente como la mayor desarticulación en materia de fecundidad.
“La tasa de fecundidad en estas edades presenta cifras elevadas, comparables con los países de América Latina, a diferencia de otros indicadores demográficos cubanos que guardan relación con los de naciones desarrolladas”, apuntó Molina.
Para el profesor Antonio Aja, director de dicho Centro de Estudios Demográficos “entre los principales desafíos de la política para atender la dinámica demográfica están el monitoreo, control y evaluación de la eficiencia de ese propio mecanismo”.
Los asuntos en los cuales enfocar el trabajo, en opinión del especialista, son la atención a la población vulnerable, las cuestiones de vivienda y alimentación, el empoderamiento de la mujer y la mortalidad materna, un factor que se ha resistido a decrecer en el tiempo.
“El énfasis debe centrarse en hacer más accesibles la maternidad y la paternidad, mediante licencias remuneradas más amplias, servicios de apoyo a los hogares y la promoción de relaciones más equitativas en materia de género, entre otros aspectos”, señaló la jefa de la oficina del Unfpa en Cuba, Marisol Alfonso.
No es secreto y los estudios lo confirman: entre las razones para posponer la reproducción o evitarla está la situación económica, elemento fundamental, seguida por la necesidad de priorizar la superación. Por eso, apostar por un país cada vez más atractivo, con una economía sólida y productiva, podría hacer el milagro de incrementar la natalidad.
Un censo… ¿necesario?
Tanto ha llovido desde 2022 (fecha del último Censo Nacional de Población y Viviendas) que la pregunta parece innecesaria. Cuba necesita actualizar, con todo el rigor de un registro poblacional, sus principales y cambiantes indicadores demográficos.
Este ejercicio se define como el conjunto de operaciones para reunir, elaborar, analizar y publicar datos demográficos, económicos y sociales correspondientes a todos los habitantes de un país y a las viviendas donde residen. Constituye la investigación estadística más importante que realiza un Estado y una de las más trascendentes en el campo social, por su aporte para enmarcar tareas de gestión y planificación.
Tras varios años pospuesto en Cuba por la compleja situación económica, se anunció su ejecución en el primer cuatrimestre de 2025. De momento, según explicó Diego Enrique González Galbán, director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la ONEI, ha comenzado el registro en 39 municipios de La Habana, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Camagüey.
Los datos son anónimos, con fines cuantitativos, y en su recopilación contarán por primera vez con fichas digitalizadas. Los especialistas pretenden, además, georreferenciar la información estadística, a fin de poner a disposición de los usuarios los datos oficiales con un nivel de información detallado.
A la vez, el país experimenta hoy una intensa movilidad interna de su población desde zonas rurales hacia urbanas, asimismo dentro de las propias ciudades y campos. Más de la habitual, afirmó a mediados de julio el doctor Antonio Ajas, director del Cedem, entidad perteneciente a la Universidad de La Habana.
“La migración siempre genera migración; hay redes sociales que atraen nuevos migrantes”, sentenció el experto.
Dicen las malas lenguas que en este archipiélago del Caribe posiblemente habitemos menos de cuantos afirman las cifras oficiales. Pero el censo y sus resultados dirán la última palabra.


















