A 45 años, la Sexta Cumbre tercermundista de La Habana sigue siendo demostración inequívoca de que sus postulados están vivos. Fidel Castro volvía a imantar, convencer y sumar
A pocos días de un aniversario más de los “días luminosos y tristes” de la Crisis de Octubre, cuando “pocas veces brilló más alto un estadista”, según el avezado criterio guevariano, en la VI Conferencia del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) (del 3 al 9 de septiembre de 1979) Fidel se multiplicó como guía de las fuerzas progresistas emergentes, conciencia crítica y vigía sagaz ante potenciales debilidades, aunque inadmisibles en nuestros líderes, cuyo comportamiento debe medirse por el trabajo honesto y la sincera entrega colectiva, nunca para beneficio propio.
El tiempo histórico puede teñir la memoria, llevarla hacia una nebulosa o envolverla en una entelequia. Sin embargo, su contundencia discursiva fue (es) brújula de los mejores hijos y define la columna vertebral del ser nacional. El acrisolado objetivo cubano fue demostrado entonces, una vez más: “En las relaciones internacionales practicamos nuestra solidaridad con hechos, no con bellas palabras”. De más está decir que el plenario se levantó, ovacionándolo.
Con su dedo índice señaló hacia aquellos catalizadores de las luchas independentistas lo mismo en Vietnam, Bolivia, Nicaragua, Granada, Irán, Chile, que en el siempre valeroso pueblo palestino y varios otros. Sobre tales empeños se mostró conmovido: “Los pueblos, en número creciente, se suman a nuestras filas a medida que rompen las ataduras […]. Sus victorias son también nuestras victorias”. (1)
No le tembló la voz al explicar, cual artista de la didáctica, los intríngulis en el gran juego geopolítico, donde la fila frontal de peones son esas masas que pueden ganar batallas decisivas. Ya en 1973 demostraba cómo las piezas aparentemente insignificantes, destronan reyes. Pero para hacerlo es imprescindible la unidad, una similar a la lograda durante una cumbre con 45 años de estela.
Desde esta evocación revolucionaria queremos movernos en las coordenadas fidelistas: “Somos decididamente antimperialistas, anticolonialistas, antineocolonialistas, antirracistas, antisionistas, antifascistas, porque esos principios forman parte de nuestras concepciones y están en la esencia, el origen, la vida y la historia del Movimiento de los Países No Alineados desde su fundación”.
Hoy algunos atribuyen a Fidel poses de gurú al ver donde casi nadie pudo: “Comienzan a escasear en diversas áreas del mundo recursos naturales de tierra, agua, energía y materias primas”. Nada más injusto y tergiversador. Fidel fue (aún es) un revolucionario convencido y consecuente, con despliegue y dominio de todas las herramientas analíticas del marxismo-leninismo.
Se anticipó a la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro, 1992), pues comprendió cómo la acumulación capitalista puede conducir a la aniquilación planetaria. Con vistas a cuidarlas, y cuidarnos, instó: “¡Unámonos para exigir nuestro derecho al desarrollo, nuestro derecho a la vida, nuestro derecho al porvenir! ¡Cese ya de edificarse una economía mundial basada en la opulencia de los que nos explotaron y empobrecieron ayer y nos explotan y empobrecen hoy, y en la miseria y el subdesarrollo económico y social de la inmensa mayoría de la humanidad! Que de esta Sexta Cumbre salga la voluntad firme de lucha y planes concretos de acción. ¡Hechos y no solo discursos!”.
El plenario estalló. Fidel nos insiste en la esperanza.
3 comentarios
Analizando el mundo actual apreciamos la vigencia del
ideario de Fidel, en la teoría y práctica en todo el mundo.
se confirma como paladín
universal de los pueblos
cuya excepcional enseñanza
y ejemplo perdurará siempre
María Victoria es una incorregible fidelista. Nadie como ella para interpretarlo y entregarnoslo con palabras y frases contundentes y con una sencillez envidiable
Oportuna y útil esta evocación fidelista de María Victoria. El acontecimiento vale la pena recordarlo por su significación de entonces y resonancias actuales. Fidel, su pensamiento y ejemplo de líder iluminado de talla mundial estará presente siempre en nosotros..
Como había ocurrido antes, cuando la Cumbre del Mnoal en Argel, la expectativa política y mediática imperial era un choque del jefe de Estado libio, Muamar Gadafi con Fidel, pero no ocurrió sino todo lo contrario. Para la VI Cumbre en La Habana esperaban la fractura del movimiento por un presunto enfrentamiento del presidente congoleño Mobutu Sese con la Cuba socialista. Eso incentivaba la presencia en el que resultó evento inaugural del habanero Palacio de las Convenciones, en septiembre de 1979, de más de un centenar de periodistas acreditados por los más importantes medios de prensa occidentales. Sin embargo, y a despecho de tales oscuros pronósticos, el brillante trabajo preparatorio de la diplomacia cubana y la magistral conducción de Fidel encarrilaban la Cumbre por la unidad en medio de la diversidad hacia un éxito por encima de cualquier expectativa. Pero al mismo tiempo sucedía algo que no podía pasar inadvertido a la observación los participantes en aquella VI Cumbre. Para la llamada gran prensa allí representada era como si esa tan importante reunión de jefes de Estado no estuviese ocurriendo, no se publicaba nada. Y así fue hasta que dos sucesos ajenos a la Cumbre pero vinculados a ella ocuparon todos los cintillos y titulares de noticieros. Uno fue un sorpresivo temporal que motivó la inundación y rápida evacuación a hoteles de parte de los dignatarios alojados en casas de protocolo de El Laguito. Y el otro, la ‘denuncia’ por parte del presidente de EEUU,, Jimmy Carter de una supuesta «brigada de combate soviética en Cuba», una campaña que posteriormente desenmascaró Fidel:
«Eso que ustedes llaman brigada, y que nosotros llamamos centro de instrucción, está en Cuba desde hace 17 años. Esta instalación militar fue creada al final de la Crisis de Octubre de 1962, conforme al espíritu de los acuerdos de octubre de ese año y dentro del statu quo establecido como consecuencia de la Crisis de Octubre. Este hecho, esta instalación, la conocían y la conocieron todos los presidentes sucesivos que han pasado por los EE.UU. Esta instalación la conocía la CIA,…, y tenía necesariamente que conocerla Carter, (…) Y yo pienso que la actuación de Carter en relación con este problema ha sido deshonesta, ha sido inmoral y ha estado engañando a la opinión pública mundial y a la opinión pública de los EE.UU., (…)Y entonces ellos manejaron esto asociado a la Sexta Cumbre. Porque se sabe que unos días antes de la Sexta Cumbre en el Departamento de Estado llamaron a Church y le dieron esta información, información de este tipo para que él hablara. .
Ahora, no pensaron que esto podía convertirse en un boomerang que podía amenazar, incluso, los Acuerdos SALT (se refiere al SALT II) y convertirse en un desastre político para la administración Carter. O tal vez pensaron que, como el Acuerdo SALT es muy importante, esto podría servir para hacer exigencias a Cuba y a la Unión Soviética, e infligir una humillación a Cuba, obstaculizar el trabajo de Cuba como dirigente del Movimiento de los No Alineados; y de paso presentar a Carter como hombre enérgico que obtiene una victoria en el terreno internacional». (Bohemia, No. 40, 5 de octubre de 1979, pp. 51-57. (Conferencia de prensa ofrecida por Fidel Castro el 28 de septiembre de 1979 a un grupo de periodistas norteamericanos invitados y a la prensa extranjera acreditada en Cuba. Citado por Elier Ramírez Cañedo en La Jiribilla)
Perdonenme María Victoria, Bohemia y los lectores por un comentario tan extenso, pero a los muy viejos nos suele suceder que casi todo nos recuerda muchas cosas..