Al Levante le esperan nuevos desafíos si Israel sigue contando con impunidad en su matanza. La resistencia de los pueblos de la región hará frente común, dispuesta a luchar por su derecho a la vida
Han mermado las noticias sobre el genocidio sionista en Gaza; sucede lo que muchos vaticinábamos sobre la “normalización” de la masacre a ojos de la opinión pública. Lo cierto es que Israel sigue con sus asesinatos, cuyo objetivo ha sido siempre despoblar por la fuerza a Palestina. Los medios árabes en cambio son puntuales en sus informaciones al respecto; así supimos este 9 de agosto que prosigue el intenso bombardeo “en las áreas orientales de Jan Younis, particularmente en la zona de al-Zanna y la localidad de al-Qarara, al norte de la franja, y contra el barrio de Sabra, al sur de Gaza, lo cual provoca muertes de inocentes”. Estimados conservadores calculan en 70 por ciento las mujeres, niños y ancianos entre los asesinados y de abortarse un alto al fuego habrá un incremento.
A pesar de esa persistente realidad, ahora todos los análisis se concentran en las tensiones alrededor de la probable respuesta de Irán a la violación israelí de su territorio que provocó el fallecimiento del número uno del Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (Hamás), Ismail Haniyeh, nada más y nada menos que tras el acto de toma de posesión de la presidencia por Masoud Pezeshkian. Pero lejos de lanzarse un ultimátum al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, la retórica estadounidense y occidental es acusar al agredido de desestabilizar la región mesoriental si se decide a hacer lo que cualquier nación digna haría: colocar las cosas en su lugar. Incluso en un esfuerzo de paciencia Irán pidió al Consejo de Seguridad de la ONU tratar el asunto para condenarlo; y ¿qué pasó en esa instancia?; nada.
Los medios (des)informativos de “mundo libre” llevan días lanzando fechas tentativas de la represalia iraní con la socorrida frase de que “Israel tiene todo el derecho a defenderse”, relegando el hecho verificable de que es el gobierno de ese país el ente colonizador y desestabilizador del Levante. También se omite que la resistencia árabe ha redoblado sus acciones militares contra Tel Aviv precisamente por las matanzas que hasta hoy este comete contra Gaza. A los Estados Unidos les es muy conveniente, de cara a la carrera por la Casa Blanca, decir que sermonea a Israel por sus crímenes mientras le envía armas made in USA y desplaza, de un punto a otro del mar Mediterráneo, sus grandes buques de guerra para “socorrer a su aliado” en caso de que Irán opte por la confrontación directa. Tal cual.
La valentía de los pueblos árabe y persa es encomiable, aunque en el caso del primero está por verse si los pronunciamientos contra Israel se mantienen por sus Gobiernos, muchos de los cuales han protestado enérgicamente contra este escenario de “mundo al revés”. De momento, Jordania y Arabia Saudita declararon que no convertirán su espacio aéreo en un campo de batalla, en tanto que Egipto negó participar en una coalición militar que enfrentara un ataque iraní.
Los que pensamos con cabeza propia y tenemos de respaldo a la Historia para sustentar los puntos de vista favorables a los palestinos, comprendemos que lo que Israel busca es obstaculizar el acuerdo de alto al fuego en Gaza (casi logrado con la anuencia del líder de Hamás asesinado en Teherán este 31 de julio), así como provocar a Irán a que dé un paso en falso. Sin embargo, carece de pulso para una conflagración más extendida, por sus millonarias pérdidas económicas y debido a la tenacidad de las fuerzas insurgentes en el campo de batalla, de ahí que necesite reactivar la leyenda de “nación elegida y sufrida por el hostigamiento de sus villanos vecinos”. Además, explota su condición de gendarme proxy en Asia Occidental, como pieza clave de la geopolítica actual, donde Estados Unidos se resiste a perder estatus de protagonista. (1)
Entre ambos existe comunión, no solo de intereses, sino de ideologías, porque los mueve la doctrina del despojo. Recuérdese que en el Lejano Oeste americano la solución del “problema indio” fue encerrarlos en campos de concentración, eufemísticamente llamados reservas; eso, luego de haber exterminado a la mayoría de los habitantes originarios de América. Puntualmente, en el Oriente Medio cualquier semejanza no es pura coincidencia.
3 comentarios
Se agradece la actualización sobre lo más reciente en esta zona caliente del planeta, y el clamor por la rebeldía ante la infame normalización de la matanza sionista contra el pueblo palestino. Siguen asesinando niños mientras EEUU multiplica refuerzos a Israel, a la espera de un castigo por su provocación a Irán. Los exterminadores de indios inspiran y amparan a los colonialistas genocidas de Gaza y Cisjordania.
Siempre se agradece y será insuficiente la insistencia y reiteración al defender la causa palestina, denunciar la. agresión de Israel frente a la complicidad, anuencia, insensibilidad o lo peor la
impunidad internacional .
Breve pero conciso. Felicidades