¿Pensar y sentir las emociones?

Documentales de notable calidad artística exhibidos en el cine y la televisión influyen en la cultura general y en el gusto de los públicos interesados al conocer mucho más sobre sí mismos, la memoria y la contemporaneidad


Caudales de ideas sobre músicas, visualidades, diversas manifestaciones recorren y fluyen en el cine documental, uno de los grandes géneros del séptimo arte. La centralidad social y el despliegue creativo de realizadores consagrados y jóvenes descuellan durante potencialidades del valor estético y de los niveles subjetivos expresados en puntos de vista específicos.

La convocatoria Vamos al cine propuesta por la voluntad institucional del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos (Icaic) y de artistas que han recreado obras, poéticas individualidades, tendencias, movimientos motiva el repaso de documentales exhibidos en la televisión y en la pantalla grande.

Son acciones de valor cultural, pues benefician los saberes, y la espiritualidad de los públicos, les ofrecen la oportunidad de conocer lenguajes audiovisuales que tensan las cuerdas emotivas al combinar en armonías perfectas imágenes visuales, testimonios, bandas sonoras. En fin, activan provocaciones auténticas de honduras filosóficas, éticas y conceptuales.

Lo evidencia la proyección en el cine Riviera del documental De mi alma, recuerdos (2002) sobre la fundación de la Nueva Trova y sus vínculos con la trova tradicional cubana. Al concebir esta puesta, Lourdes de los Santos diseña el concepto dramatúrgico como estructuración y ensamblaje temático formal en función de raigambres, esencias y continuidades del trovar en Cuba.

Para ella, las músicas y renombrados protagonistas, sí, ambos en plural, son motivos de búsquedas, hallazgos e inspiración, enuncia, redescubre planteamientos de figuras fundamentales y trae al presente la memoria, el verbo y la sensibilidad de Sergio Vitier, entre otros notables maestros desaparecidos.

En la misma sede, se proyectó otra propuesta de la guionista y directora, Oriki para Bola de Nieve, donde ilustra su particular poética, el modo de perpetuar los aportes de una personalidad icónica de la cultura cubana.

Es consciente la realizadora de que tras las revoluciones tecnológicas y comunicativas provocadas por el cinéma verité, el documental como forma de expresión artística, se enriquece al incluir en múltiples historias de vidas, conflictos, identidades, tradiciones, aspiraciones y utopías.

En lengua yoruba Oriki significa conciencia en alabanza. Precisamente, enfoca su percepción subjetiva al desarrollar estudios en profundidad sobre el profesional original, estudioso, devenido una leyenda redivida.

Fue siempre vigilante celoso de seguir cada paso durante los procesos creativos al componer e interpretar canciones que más tarde han quedado arraigadas en la conciencia y el alma de generaciones.

Reflexionemos, la crítica cultural apenas aborda la configuración enunciativa de los relatos documentales. Es preciso interpretar la organicidad estructural y la coherencia formal de narrativas pensadas para comprender la trascendencia de personalidades en su total dimensión. Tras acudir a la investigación en profundidad, de los Santos considera el guion en aspectos más amplios que la mera plasmación escrita. Dosifica y organiza en amplios universos las informaciones ofrecidas por personalidades conocedoras de legados perteneciente al futuro.

Manuel Calviño, doctor en Ciencias Psicológicas, ha reconocido el valor de reconocernos y reconocernos en actitudes, acciones, ideas y pensamientos. / Yasset Llerena

El hecho de haber transmitido ambas puestas por el cine y la televisión condiciona la socialización de puestas relevantes que merecen conocer las mayorías sin límites de sexos o edades. La conquista de los sentimientos entraña múltiples desafíos. ¿Es posible pensar y sentir las emociones? Como advierte el doctor en Ciencias Psicológicas Manuel Calviño: “Las emociones nos informan sobre el sentido personal que pueden tener las cosas para nosotros. Pero nosotros decidimos el curso posterior de nuestro comportamiento. Para cultivar las mejores y más hermosas emociones humanas solo tiene que cultivarse a sí mismo”.

Ver e interpretar, tener acceso al arte provocador de desazones en la televisión y el cine influye en la superación personal. Tengamos presente la pertinencia del documental en tanto aúna tradición y modernidad. Es un instrumento útil en las enseñanzas artística y general, donde maestros y alumnos cultivan la cultura cubana de amplia trascendencia en la formación del gusto, de las informaciones recibidas por diferentes vías. Urge saber elegir, emocionarse intensamente demanda el esfuerzo orientado al disfrute de la educación, la belleza, la virtud y la inteligencia. Nunca lo olvidemos, las obras artísticas nutren el sentido reflexivo, el análisis y la construcción de nuestra existencia cotidiana. Tampoco renunciemos al placer de las emociones íntimas, compartidas, intensas, a veces inexplicables, igual que la vida misma, en ocasiones.

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