Pequeñas acciones deciden una gran popularidad

Narendra Modi, de 73 años, repite por tres veces consecutivas al frente del gobierno indio. Luces y sombras proyectan su nuevo mandato


La República de la India tiene una de las economías de más rápido crecimiento en el mundo, estimada en 3.4 billones de dólares (7.8 por ciento del PIB en 2023), que la sitúan como una indiscutida potencia emergente, impresionante además por su población de 1 417 millones de habitantes. Esta nación del sur de Asia ha enfrentado los problemas del desarrollo desigual –todavía como secuela del colonialismo británico– mediante liderazgos políticos que miden y canalizan las necesidades de las masas. Desde la independencia, el 15 de agosto de 1947, ha ido escalando posiciones a nivel mundial, al tiempo que ha podido sortear con éxito, relativo, dificultades internas y entornos internacionales desfavorables. Si en los primeros momentos de autodeterminación aún sucumbía a la dependencia absolutamente de las materias primas, ahora se prestigia asimismo por innovaciones tecnológicas y biotecnológicas. También la nación muestra músculo en cuestiones medulares del planeta. Su postura multipolar dentro del Grupo Brics es un ejemplo.

Figura clave

Narendra Modi fue proclamado primer ministro de la India el 9 de junio de 2024. / larazon.com

Hay un político que se destaca del resto y a quien en gran medida se le deben esos sustanciales logros: el primer ministro Narendra Modi, ganador, el 4 de junio de 2024, por tercera ocasión consecutiva, de las elecciones legislativas, al frente del gubernamental partido el Bharatiya Janata Party (BJP). Tras varios meses de comicios (en siete etapas, del 19 de abril al 1° de junio) y con la participación récord de 642 millones de votantes, la Comisión Electoral de la India informó que, de los 543 escaños de la Lok Sabha (cámara baja del Parlamento), la Alianza Democrática Nacional (NDA) obtuvo 293 puestos, cifra que sobrepasa los 272 requeridos para gobernar. Un despacho de Prensa Latina explica que en “en esta coalición volvió a liderar el BJP, mientras la opositora Alianza Nacional Inclusiva para el Desarrollo de la India alcanzó 234 asientos legislativos, con el aporte mayor del Congreso Nacional Indio con 99 puestos en la Lok Sabha”. Este 9 de junio, la presidenta Droupadi Murmu dio el visto bueno a Modi para conducir al país en nuevos empeños.

Las altas temperaturas pusieron a prueba la organización de estas justas, al cobrarse la vida de 33 funcionarios en varios colegios electorales, debido a máximas por encima de los 45 grados centígrados. Por lo demás, todo marchó tal como se esperaba, sin incidentes traumáticos de violencia confesional, lo cual motivó al Comisario Jefe de las Elecciones, Rajiv Kumar, a elogiar el “increíble poder de la democracia india, con un sólido proceso de recuento”. No pasó por alto la concurrencia a las urnas de 312 millones de mujeres votantes, casi la mitad del electorado, lo cual, dijo, constituye “una fortaleza de nuestra sociedad en el continuo empoderamiento femenino”.

Narendra Modi, por su parte, interpretó el triunfo como una muestra de fe en su partido, en la Alianza Democrática Nacional y en la Constitución. Asimismo, aseguró que en esta 18va legislatura trabajará con el mismo ritmo y compromiso para responder a las aspiraciones del pueblo. “Hemos ganado la mayoría, pero para gobernar el país es crucial la unanimidad. Lucharemos por lograr la unanimidad”. Sus aspiraciones son muy elevadas, porque es necesario indicar que esta es la primera vez, en una década, que precisa del apoyo de partidos regionales para formar gobierno. En lo inmediato tendrá el propósito de aumentar el ahorro de la clase media y mejorar su calidad de vida, “porque ella es nuestra fuerza motriz”, precisó.

Sombras y luces

Dicen expertos que esta predilección incidió en cierta pérdida de simpatizantes, pero lo cierto es que él sigue siendo el representante por excelencia del 80 por ciento de la población, compuesta por los hindúes, que son 1 000 millones de personas. Entonces es en este punto donde a Modi se le hacen reproches, en relación con los 225 millones de indios de confesión islámica (16 por ciento de la población), por quienes no demuestra demasiada simpatía. Algunos expertos incluso van más lejos y le adjudican actitudes oportunistas, al utilizar con habilidad al BPJ, que explota la islamofobia, el antidarwinismo, el anticolonialismo y el filohinduismo “para poner en marcha un programa de restauración reaccionaria, que considera que todo aporte islámico u occidental es una agresión colonial contra la autenticidad y la superioridad ontológica india”. De cualquier manera, allí la Constitución laica acoge y protege al arcoíris de religiones. (1)

Unos 312 millones de mujeres votantes, casi la mitad del electorado, acudieron a las urnas. / elmundo.unidadeditorial.es

Otras cuestiones no menores son percibidas como bombas de tiempo, como por ejemplo el creciente desempleo juvenil. Para el mexicano Rubén Tristan Blancas Vázquez, en su artículo “¿Qué significa el triunfo de Modi en las elecciones generales de la India?”, “las clases pobres se han visto constantemente ignoradas y, a pesar del crecimiento económico y los avances tecnológicos, gran parte de la población no ha gozado de los beneficios de la modernización que atraviesa el país y más bien ha sido víctima de injusticias en pro de esta”. En eso coinciden analistas de Bloomberg, quienes perciben como un riesgo latente que por cada multimillonario haya miles de pobres sin acceso al incipiente mercado de consumo que normalmente impulsaría a las empresas multinacionales a instalarse en la nación. En contraste, la publicación rusa Sputnik explica que Modi intenta compensar la aún insuficiente inversión privada internacional, destinando miles de millones en nuevas infraestructuras y utilizando una combinación de aranceles e incentivos para atraer a fabricantes de todo el mundo, especialmente a aquellos que buscan diversificarse. Política que ha hecho que el Fondo Monetario Internacional (FMI) declare que la India se encuentra en “un punto geopolítico óptimo”. Y no solo es la proyección mundial la que le rinde frutos a Modi. Se le sigue votando porque desarrolla el urbanismo; crea universidades; amplía el transporte; contribuye a las políticas de empuje local, con mayor electrificación, construcción de baños públicos, etcétera; impulsa ayudas sociales eficaces y bien orientadas, ya sean financieras o materiales, como la distribución de combustibles limpios para cocinar. Precisamente, de esos pequeños movimientos nace su enorme popularidad. (2)

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2 comentarios

  1. Perduran las desigualdades contrastes sociales oligarca capitalista pero aparente conformismo popular en tan importante pais que por su fabulosa historia debe ser económica pero política también paradigma mundial

  2. Se agradece este acercamiento a los acontecimientos más recientes en uno de los países que marcan la inevitable multipolaridad hacia la que avanza el mundo.

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