¿Quién tiene el control?

El Partido Demócrata busca la fórmula para llegar a las urnas en condiciones de disputar la presidencia


Odiar a otros es autolesionarse. Pero vivimos bajo un estado de ánimo en el que es habitual que nos dañemos como expresión más extrema de insatisfacción. Basta con escoger a un grupo de jóvenes y hablar sobre la vejez. Y, de pronto, hasta los más realistas, los más -pies en tierra-, negarán a sí mismos el verse hoy como lo que serán mañana. 

Tras la creciente e imparable presión del partido, solo se podía esperar que Biden renunciara. / elpais.com

En la política de Estados Unidos, esta sombra se proyectó a partir de los procedimientos del Partido Demócrata para elegir un candidato sustituto de emergencia que revirtiera todo el proceso de primarias. A finales de julio, el anuncio de Joe Biden sobre su positivo a Covid-19 fue apenas la confirmación de lo esperado. En cuestión de horas, figuras como Nancy Pelosi y Barak Obama comenzaron a manifestarse a favor de su renuncia. La presión creciente e imparable culminó con la salida del actual mandatario.

La justificación: eliminar la «tensión constante» de tener como representante a una persona con «deficiencias cognitivas», según los medios de comunicación. Cuanto más se tardase, peor. Las disputas y el desgaste interno iban a disminuir las posibilidades de éxito y dejaba menos tiempo para «maquillar» a la figura reemplazante.

Harris se lanzó a reconquistar a los llamados grupos minoritarios. / pagina12.com.ar

Aunque la Carta Magna norteamericana no establece ninguna orden de sustitución de un gobernante que no murió, la candidata natural por orden jerárquico es Kamala Harris. En pocas horas, la propia narrativa mediática le comenzó a dar las opciones de triunfo y, muy rápido, convirtió -a quien se consideraba invisible e inservible- en alguien capaz y dotada. Del mismo modo en que vimos que subieron y bajaron a Biden. En definitiva, con una mujer, hija de migrantes afro y asiático, el postulante republicano Donald Trump tendría una competencia mucho más resbaladiza, que -además- lo puede llevar a cometer errores.

Reseteo de campaña 

Por más gris que haya sido la gestión de la vicepresidenta, su nombramiento como abanderada puede recordar nuevamente el 2020, y también los sufragios de medio término de 2022, en los que su dupla logró articular a muchísimos sectores de la población.

Para lograr nuevamente la victoria, los demócratas requieren polarizar y recordar al «enloquecido» Trump, no solo de 2020, cuando mandó a inyectarse desinfectante contra la Covid-19, sino también al «incorrecto» personaje de toda la vida. De este modo, revertirían la relativa moderación que ha tomado su contrincante durante las últimas semanas, que lo llevó a muy buen resultado en el debate, donde Biden perdió por sus errores y el magnate decidió «humanizarse» y mostrar un perfil menos belicoso, haciendo concesiones en temas neurálgicos.

Trump exploró una imagen más sensible durante la Convención Republicana. / independent.co.uk

El republicano afianzó su alianza con los conservadores al colocar en la fórmula vicepresidencial al ultraderechista James David Vance, pero también rediseñó su perfil e hizo giros necesarios para buscar a un público más centrista que desactive la lectura instalada en su contra, no solo a raíz de los acontecimientos del 6 de enero de 2021 con el asalto del Capitolio, sino también sobre sus exageradas posturas.

Esta nueva imagen, más sentimental, fue relatada en la Convención Republicana por su nieta, Kai, quien describió a un tierno abuelo después del atentado en el que sobrevivió y que provocó llamados unionistas de su parte. Antes de esto, el showman había realizado giros discursivos de importancia, relativizando su postura en la migración.

El mensaje del magnate se basó en generar un enemigo común entre los extranjeros y las comunidades latinas y negras. El objetivo era unir a los blancos rurales con los afrodescendientes y migrantes que ya están en el país, y presentar a los recién llegados como una amenaza que “roban sus puestos de trabajo”. En sus líneas, hubo una escasez notable de menciones a temas como el negacionismo electoral y evitó abordar los “casos de documentos falsos”.

El multimillonario modificó su repertorio de mensajes y Kamala Harris comenzó a trabajar para desmantelar esta estrategia de moderación y «humanización». En Delaware, apenas dos días después de la renuncia de Biden, inició su ataque: «He visto depredadores de todo tipo. Depredadores que acosaban a mujeres, defraudadores que estafan, tramposos que rompían las reglas. Así que escúchenme cuando les digo que conozco a tipos como Trump».

Ninguno de los candidatos desafiará al poder corporativo que domina a Estados Unidos. / nytimes.com

Harris se lanzó, entonces, a buscar el apoyo de las minorías raciales. En un contexto donde ella no tiene la misma posición de fuerza, la mejor táctica podría ser aprovechar los errores de su oponente, pues la pelea es mucho más complicada para su contrario, por tratarse ella de una candidata mujer, proveniente de minorías étnicas (el discurso donde se sienten más cómodos los demócratas).

Como sea, serán figuras que no desafiarán al poder corporativo que domina en ese país. Es curioso cómo las teorías conspirativas solo surgen cuando un rico es víctima de un atentado. La ingenuidad no radica en ese punto, más bien en creer que los controles sobre la política y la vida de los ciudadanos de este planeta solo conspiran en algunos momentos, como ocurrió tras el asesinato de J.F. Kennedy.

Los hechos están marcados por el morbo de un individuo asesinado y de un crimen nunca o casi nunca resuelto, algo propio de la literatura y del cine comercial anglosajón. Sin embargo, hay que ser demasiado incauto para creer que quienes imperan se toman vacaciones.

El atentado contra Trump, la enfermedad de Biden, son apenas detalles si consideramos las múltiples guerras y masacres provocadas por los mercaderes de la muerte, los mismos que se benefician económicamente de ellas y expanden su influencia no solo en otros lugares del mundo, sino en su país de residencia, succionándoles impuestos y deudas ficticias, aterrorizando a algunos. Todo en nombre de la seguridad y de la libertad, por supuesto, ambos valores en manos de los poderosos.

El extraño debate anticipado entre dos candidatos sin nominar y sin público solo podía ser un movimiento estratégico de los demócratas, que querían exponer a Biden y forzarlo a caer por la borda antes del hundimiento del barco. Mientras tanto, la campaña comenzó de nuevo. El antitrumpismo respira aliviado y siente haberse sacado un peso de encima cuando quedan pocos meses para enderezar las cargas.

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Un comentario

  1. El historiador Allan Lichtman según todas sus predicciones la candidata favorita para ganar el cargo y puesto en la Oficina Oval para toda la Casa Blanca es la exfical general de estado California la abogada afro-india hija de los 2 inmigrantes llegados a la tierra prometida a cumplir y realizar sus sueños,Kamala Harris.

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