Sancti Spíritus pide más lluvia

Las últimas precipitaciones han beneficiado, pero es mucha la sed acumulada en los embalses del territorio, sobre todo en la presa Zaza

Fotos. / Pastor Batista Valdés


Especialistas de recursos hidráulicos, campesinos, pescadores, autoridades políticas y gubernamentales saltarían de alegría si a un embalse de su territorio estas lluvias le dejaran 45 millones de metros cúbicos de agua.

La presa Zaza, sin embargo, los ha asimilado en los últimos cuatro días y… prácticamente ni se ha enterado.

Tal ha sido la sequía. Tal es su enorme capacidad.

Para que usted tenga una idea: Ese embalse (el mayor de Cuba) puede retener, sin problema, 920 millones de metros cúbicos. ¿Sabe usted a cuántos bajó por ausencia de precipitaciones?: A 106.

Estos aguaceros han permitido elevar en cuatro jornadas a 220 millones la existencia real en el vaso de la Zaza. Ello equivale al 24 por ciento del llamado volumen normal.

La Zaza necesita que los ríos y afluentes que la alimentan continúen inyectándole agua.

Desafortunadamente, los registros más significativos de lluvia se han localizado al sur de la cabecera provincial y en Trinidad, zonas que no se inscriben entre las que más agua le aportan a la gigantesca presa.

Seguir recuperándose es imprescindible, no con la finalidad de saciar la sed dentro del hogar, sino para la consecución de importantes programas, como el del arroz (sobre todo en el sur del Jíbaro), la acuicultura, el trasvase de agua hacia territorio avileño…

Según Francisco Hernández Lorenzo, director técnico de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico de Sancti Spíritus, especialistas de ella mantienen comunicación con productores arroceros, de manera que estén atentos al comportamiento de la situación y a la puntualización que se realizará del balance de agua en noviembre, para que los planes de siembra puedan transcurrir con la mayor objetividad.

Oportuna hubiera resultado una incidencia superior de las lluvias para las presas Lebrije y Tuinucú (a un 47 y 66 por ciento de sus respectivas capacidades), cuyas aguas tienen como destino fundamental el abasto a la población, del mismo modo que Siguaney, más pequeña, al 95 por ciento en estos momentos.

Aun cuando las precipitaciones no satisfacen la marcada sed que ha estado signando a los embalses de este territorio, su contribución es, a todas luces, bienvenida.

Aumenten o no los volúmenes se impone la necesidad de no derrochar ese líquido insustituible.

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