Donald Trump firmó la orden ejecutiva que permitirá a Tiktok pasar a manos de un consorcio afín a la corriente MAGA. / actualidad.rt.com
Donald Trump firmó la orden ejecutiva que permitirá a Tiktok pasar a manos de un consorcio afín a la corriente MAGA. / actualidad.rt.com

Tiktok y el capitalismo de MAGA

A pesar de pruebas endebles sobre riesgos de seguridad, el gobierno norteamericano forzó la venta de la compañía a un consorcio cercano a Trump


La línea entre política y tecnología se vuelve cada vez más difusa, hasta el punto de casi desaparecer en el acuerdo para la compra de la división estadounidense de Tiktok. A finales de septiembre, Donald Trump firmó una orden ejecutiva la cual permitirá a la popular aplicación de videos cortos –hasta ahora regulada por el gigante tecnológico chino ByteDance– pasar a manos de una élite tecnológica afín al republicano.

El futuro de la plataforma en Estados Unidos estuvo en el aire desde abril de 2024, cuando el Congreso aprobó su prohibición, por considerar que el algoritmo de ByteDance suponía un riesgo para la seguridad nacional. Ahora, ese servicio será supervisado por un consorcio de empresas cuya selección carece de transparencia. La firma, con participación de inversores estadounidenses, mantendrá el 19.9 por ciento de la compañía y recibirá la mitad de los beneficios generados en el país.

Tiktok es una de las aplicaciones más populares entre jóvenes. / istockphoto.com

Entre los posibles miembros del consorcio se mencionan figuras como Larry Ellison, Rupert Murdoch y Michael Dell, todos simpatizantes de la corriente trumpista MAGA (Hacer que Estados Unidos sea Grande de Nuevo). También destaca la rúbrica de un inversor de Abu Dabi, MGX, quien se comprometió a invertir 1.4 billones de dólares en EE. UU. durante la próxima década y ya aportó dos millones a una startup de criptomonedas fundada por la familia Trump. Es otra vuelta de tuerca al capitalismo de amiguetes. Caracteriza a la actual Casa Blanca, y asegura al mismo tiempo que, pase lo que pase con la letra pequeña, Tiktok permanezca bajo la influencia del universo MAGA.

En su primer mandato, Trump luchó por vetar la aplicación; hoy se ha convertido en uno de sus principales defensores, aprovechando su popularidad entre votantes jóvenes. Tiktok suma 170 millones de usuarios en EE. UU., de los cuales el 43 por ciento tiene menos de 30 años, solo superada por YouTube en ese segmento. El precio de la venta se situó en cerca de 14 000 millones de dólares, una cifra baja frente a los 10 000 millones ingresados por la empresa solo en publicidad el año pasado, o en comparación con los 44 000 millones que Elon Musk pagó por Twitter.

Las pruebas de que Tiktok representa una amenaza para la seguridad nacional siempre han sido, en el mejor de los casos, endebles. A pesar de las reiteradas afirmaciones del presidente Trump y de varios legisladores, nunca se presentó evidencia concreta de que compartiera datos estadounidenses con el gobierno chino. De hecho, un juez federal determinó que el caso era “poco sustancial”.

Aun así, la falta de evidencia no ha detenido al gobierno. El acuerdo Oracle-Tiktok surge en el marco de una investigación de seguridad aún sin resolver por el Comité de Inversión Extranjera. Sin esta presión política, Tiktok difícilmente habría entrado en negociaciones, y ambas administraciones la han forzado a cerrar un acuerdo eligiendo a su socio comercial preferido. Frente a la ausencia de riesgos comprobados, los reguladores deberían permitir que empresas tecnológicas rivalicen sin interferencias gubernamentales. Una competencia justa no solo beneficia a los estadounidenses que usan productos extranjeros como Tiktok; también permite a las empresas estadounidenses competir en igualdad de condiciones en mercados de Asia y Europa.

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