El central Melanio, único que cumplió en Cuba su plan de producción de azúcar (desde el 30 de abril) acaba de cerrar operaciones y sigue inmerso en los preparativos de la próxima zafra
Eso de que “el Melanio paró” es una alucinación, una metáfora, pura imaginación…
Que puso fin a la molida, luego de 187 titánicas jornadas, es verdad. Pero de ahí a que paró, hay un enorme trecho.
Único central azucarero cubano que cumplió este año su plan de producción de azúcar (¡y qué dolor causa decirlo!) pudo muy bien cerrar operaciones desde el 30 de abril o unos días después, empero la economía y el país necesitaban que siguiera moliendo.
En medio de adversidades, escaseces y contratiempos que usted no es capaz de imaginar, el ingenio se mantuvo procesando gramínea hasta hace unas horas.
Sobre esa base aportó 1 776 toneladas de crudo por encima del compromiso, volumen extra que, si bien no satisface la enorme demanda nacional, resulta muy bienvenido.
Lo producido, en general, esta vez no solo significa un 109 de lo programado, sino más de un 30 por ciento por encima de lo que la industria entregó en la anterior contienda.
Melanio, sin embargo, no solo tributó azúcar, sino también más de 4 000 toneladas de meladura, importantísimas para obtener alcohol, renglón cuyo cumplimiento anual pudiera inscribirse antes del 26 de julio.
Es bueno saber que el rendimiento industrial se comportó al 104 por ciento, el tiempo perdido industrial por debajo del año precedente, mayor estabilidad en la molida, magnífica entrega de vapor a la destilería (que representa 17 días de labor sin consumir una gota de fuel) y autoabastecimiento energético al 136 por ciento.
Por ello no extraña que le haya proporcionado más de 4 800 megawatts al sistema eléctrico nacional (a la cabeza en el país), con el consiguiente ingreso de unos 34 millones de pesos: monto que duplica a lo incorporado por venta de energía en 2024.
Tal y como explica Antonio Viamontes –al frente de la Empresa Azucarera– directivos, especialistas y trabajadores “empatan” otra vez el final de la zafra con el inicio de las acciones encaminadas a preparar la industria para la próxima zafra.
Ya tienen las mazas, han adelantado algunas gestiones en función de otros aseguramientos, y le dedicarán especial atención a las tuberías y al sistema de vacío, para que luego “no haya casualidad”.
Otra vez, en fin, será muy breve el margen de descanso. Las reparaciones, con lo que se tenga a mano, están ahí. Diciembre también. Como afirma Viamontes, la determinación es estar listos para que a finales de ese último mes del año estar de nuevo en zafra.