La imposición de aranceles por Estados Unidos, incluso a sus aliados, puede precipitar la concreción de un importante acuerdo comercial en el sudeste asiático, en discusión desde 2002
“Frente a los aranceles de Trump, debemos fortalecer nuestra unidad regional”, sentenció Wang Wentao, ministro de Comercio de China. “La situación global exige una respuesta coordinada y pragmática. Un tratado trilateral no solo beneficiaría a nuestras economías, sino que enviaría un mensaje claro a Washington”, dijo por su parte el ministro japonés de Economía, Yasutoshi Nishimura; en tanto el titular de Industria y Energía de Corea del Sur, Ahn Duk-geun, fue lapidario: “En medio del entorno económico y comercial global en rápida evolución, la reunión de los ministros de Comercio de los tres países, por primera vez en seis años, tiene un significado importante no solo para esas naciones, sino también para la comunidad internacional”, divulgó la agencia Yonhap.
La cita de Seúl –el 30 de marzo 2025–, en la que se reunieron las autoridades mencionadas, fue observada con lupa desde diferentes medios de prensa del mundo, sin copar las planas de los llamados hegemónicos y concentrados en seguir al dedillo cada evolución del accionar de Donald Trump en su cruzada contra el planeta, en una estrategia calificada por reputados analistas como carente de base teórica económica. En la decisión editorial debe haber influido estar a la espera de reacciones casuísticas de esas naciones asiáticas en relación con los nuevos aranceles de Washington.
Bohemia acudió al criterio del especialista del Centro de Investigación de Política Internacional (CIPI), en La Habana, Eduardo Regalado Florido, quien manifestó: “La asociación entre Corea, Japón y China es algo que viene desde muy atrás, a pesar de las rivalidades políticas que existen entre ellos; la complementariedad económica, la integración económica les conviene. Es un elemento de equilibrio. Recuerda el antagonismo entre China y Japón, y Corea del Sur igual. Pero, ante la coyuntura actual de sanciones y de los aranceles de Trump, el trio está afectado y está acelerando ese proceso hace años en maduración. Al parecer esta coyuntura tan difícil es la que va a materializar esa asociación, en el plano económico, lo cual no es poca cosa”.
Y justo en este último punto nos detenemos, pues, en consideraciones expertas, un Acuerdo de Libre Comercio Trilateral (Trilateral FTA) entre China, Japón y la República de Corea es uno de los proyectos más ambiciosos en materia de integración económica en Asia-Pacífico, con el fortalecimiento de las relaciones comerciales y económicas de las economías más grandes de la región. Según reporte de hace dos años, estos países, colectivamente, hacen el 24 por ciento del PIB mundial y más del 20 por ciento del comercio global.
Antecedentes
Un estudio aportado por Eduardo Regalado explica que esa primera cumbre trilateral se dio en 1999, en el marco de la ASEAN+3. En ella, los líderes de China, Japón y Corea del Sur sentaron “las bases para un diálogo formal entre los tres países sobre temas económicos y de seguridad”. Sin embargo, no sería hasta 2003 cuando, en un nuevo encuentro, se acordó “profundizar la cooperación económica y explorar posibles mecanismos para reducir barreras comerciales”. Regalado indica que fue un paso inicial.
Empero, fue en 2012 el momento escogido para el lanzamiento del mentado Proyecto. En el documento rubricado por las partes se anuncia oficialmente el inicio de las negociaciones para un Acuerdo de Libre Comercio conjunto, siendo apreciado como “un hito significativo en la integración económica regional”.
El especialista nos recuerda el impacto de tensiones geopolíticas como escollos para la concreción de la idea, incluso de espaldas a los avances experimentados. Entre esos valladares se encuentran: disputas territoriales de China y Japón por las Islas Diaoyu/Senkaku, o las de Japón y Corea del Sur por el Mar de Japón/Este, la creciente rivalidad entre chinos y estadounidenses, el peso de la memoria histórica relativa a la colonización japonesa de Corea, y la discusión por compensaciones a los trabajadores forzados durante la II Guerra Mundial, caldeando el ambiente y minando la necesaria confianza.
Ajustado al momento
Si bien el foco actual noticioso sobre el asunto de los aranceles se centra en la presión yanqui, no puede obviarse el hecho cierto del alcance –en el futuro inmediato– de la reciente cumbre de Seúl. Y pese a una eventual ralentización del comercio trilateral, precisamente por las maniobras de Trump, el comunicado conjunto entre China, Japón y Corea del Sur es una advertencia contundente, la cual pudiera llegar a buen puerto. El texto apunta con todas sus letras a cómo estas naciones están listas para acelerar negociaciones mancomunadas.
Un día posterior a la cita el rotativo mexicano La Jornada, en un editorial, afirma: “[…] los ministros de industria y comercio de los tres países tuvieron en Seúl su primera reunión de alto nivel en cinco años y acordaron crear un entorno predecible de negocios e inversiones, según el texto común. Corea del Sur y Japón son importantes exportadores de vehículos. En tanto, China se ha visto fuertemente afectada por los aranceles de Trump a productos agrícolas, el acero y el aluminio”.
Una vez impuestos los aranceles en abril, el miemp medio señala: “Desde esa zona del planeta, China, principalmente, se ha erigido en un desafío al dominio económico de Estados Unidos y, recientemente y de manera evidente, al sector automotriz, una de las fijaciones del mandatario estadounidense […] Japón, origen del cinco por ciento de las mercancías que compra Estados Unidos, tendrá un impuesto de 24 por ciento y Corea del Sur de 25 por ciento”. A estas alturas, los aranceles contra la República Popular China son del 145 por ciento y los del gigante asiático a EE.UU., de 125 por ciento.
Este 14 de abril, en reunión bilateral con el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, el mandatario chino, Xi Jinping, instó a los Estados Unidos a escuchar “las voces racionales de la comunidad internacional y de los partidos nacionales, y dé un gran paso para corregir sus errores, cancele completamente la práctica incorrecta de los aranceles recíprocos y regrese al camino correcto del respeto mutuo y la solución de las diferencias a través del diálogo igualitario”.
Beneficios
Es difícil suponer qué ronda la cabeza de Trump, y de sus asesores; sin embargo, quizá se pueda llegar a sopesar sus decisiones comerciales tocantes a Japón, Corea del Sur y China, en la decisión de avanzar a tres pasos. El entendimiento de la reunión supondrá varias cosas determinantes si tomamos en cuenta el documento facilitado por el experto del CIPI; a saberse: fortalecimiento de la cooperación política, confianza mutua, estabilidad regional promoviendo una mayor estabilidad. El FTA trilateral podría “sentar las bases para una cooperación más amplia en temas globales como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la innovación tecnológica”. Redundaría en el equilibrio de poder en Asia-Pacífico, con China como líder económico en la región, contrarrestando la presión estadounidense.
Hay más: como perla de la corona, el arreglo chino-japonés-surcoreano podría precipitar la colaboración en sectores de alta tecnología, inteligencia artificial, energía renovable y vehículos eléctricos. Hay mucho camino por delante en pro de limar tensiones históricas y geopolíticas. La concreción de este FTA daría cuerpo a uno de los bloques comerciales más grandes y dinámicos del mundo. Entonces, a lo mejor los medios hegemónicos de la prensa harían más hincapié en un tema para nada menor.
Un comentario
Buenas tardes. Muy buen artículo. Solo corregiría el encabezamiento ya que esos 3 países no son parte del sudeste asiático.