A un lustro de constituirnos en país observador de la Unión Económica Euroasiática (UEEA), Cuba tiene grandes potencialidades que ofrecer
En las calles de Moscú la gente camina despreocupada y segura, a pesar de que muchos de sus familiares están en el frente de guerra ucraniano. La actitud positiva se asienta en la convicción de la paz futura. Igual confianza se vive en el resto de la Unión Económica Euroasiática (UEEA): Kirguistán, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Uzbekistán y Moldavia. Emiratos Árabes Unidos y Mongolia, países invitados; y Cuba e Irán como observadores.
El complejo mundo de hoy pone a prueba la capacidad de nuestras naciones en los sueños de desarrollo; sin embargo, han apostado metas conjuntas con la mirada puesta en buen puerto. Se trata de superar lo mínimo hasta alcanzar un progreso sustantivo en lo comercial, social y tecnológico, de plena integración en el espacio de la UEEA. Entre esas metas destacan la ampliación de los corredores de transporte y la coordinación de las actividades internacionales.
La estructura de la UEEA en el esquema de organización económica regional comprende el Consejo Supremo Económico Euroasiático, con funcionamiento anual, el Consejo Intergubernamental Euroasiático, la Comisión Económica Euroasiática y el Tribunal Económico.
Según Evgueni Guschin, investigador de la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública, “es necesaria para conservar y fortalecer los lazos económicos entre unos países que una vez formaron parte de la misma nación: la URSS, y que después de cuya caída se alejaron considerablemente unos de otros”.

Aun siendo cierto, existe comprensión de lo útil de incorporar a otros, ya sean vecinos o distantes, estos últimos con perspectivas de aportaciones importantes. Ello fue expresado por el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, al intervenir en video conferencia este 15 de agosto 2025 en la reunión del Consejo Intergubernamental Euroasiático: “Tenemos la convicción de que la cooperación en el marco de la Unión abre oportunidades concretas para estructurar cadenas de valor sostenibles, promover la innovación tecnológica y avanzar en rutas logísticas que conecten a nuestros pueblos de forma más justa y directa”. Reiteró, asimismo, la voluntad de erigirnos en centro logístico dentro de la UEEA, lo cual fue esbozado por el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, en un reciente Consejo Supremo.
Ahora, CubaMinrex, haciéndose eco de las palabras de Marrero, resalta las propuestas de incentivar la cooperación conjunta para favorecer el desarrollo de la capacidad industrial de nuestro país, mediante el procesamiento, la producción y la posterior distribución de productos con valor agregado, a partir de las materias primas de los países de miembros del ente. En ese sentido, con anterioridad, durante el Cuarto Foro Económico Euroasiático efectuado en Belarús, se creó un Comité Bilateral en materia de logística entre la Cámara de Comercio de Cuba y el Consejo Empresarial de la Unión, rampa para conformar el Plan Conjunto de Colaboración en el período 2025-2030.

Sépase que Cuba tiene una cartera de negocios de 607 proyectos de inversión, en los sectores de alimentos, turismo, industria, petróleo, minería, telecomunicaciones, informática, transporte y logística, plataforma que puede depararnos sustanciales beneficios, pues estamos ante un universo de aproximadamente 185 millones de personas, constitutivas de un mercado provechoso; además, tal como dijera Marrero, nos podemos convertir en el puente que irradie mercancías y saberes de la UEEA hacia Latinoamérica… Y de no existir la espada de Damocles del bloqueo yanqui, podríamos incluso llegar al mercado estadounidense; pero la sinrazón imperial sigue rigiendo la política de EE.UU., en una medida infructuosa de fuerza para acabar con la Revolución.



















