Pensemos cómo las instituciones y los medios de comunicación audiovisuales pueden influir en los públicos para que estos sean capaces de discernir, con juicios críticos, lo culturalmente auténtico y valioso
Vertiginosamente aumentan por doquier las pantallas, los acelerados ritmos tecnológicos y científicos imponen dinámicos intercambios de saberes en múltiples direcciones y las sociedades consumen imágenes sin límites selectivos. Estar atentos al amplio universo icónico permite conocer un nuevo lenguaje universal en los paisajes cotidianos, pues las relaciones humanas están mediadas por procesos de interacción. Lo advirtió el académico Henry Jenkins: “La convergencia no ocurre en los espacios electrónicos, sino en la mente de los consumidores y en sus activas relaciones con otros”.
Constantes flujos de informaciones, códigos y señales viajan raudos. Es imposible detener la creciente avalancha de producciones mediante la fluidez hipermedia en entornos digitales. Entonces, aprovechemos en este crudo verano que aquí es tan largo e inclemente la complicidad entre las instituciones culturales y los medios de comunicación audiovisuales para estimular la visibilidad del cine de calidad artística, las muestras de artes plásticas, la lectura, los valores simbólicos sugerentes, transformadores en tanto elementos sustanciales de las prácticas sociales.
El diseño de la programación televisual debe considerar con miradas y oídos atentos un propósito esencial: entretener mediante formas atractivas de contar, sin perder las jerarquías culturales.
Sigue festejando el Icaic su aniversario 65 en el país y esta prioridad merece una sistemática atención en noticieros, revistas culturales y emisiones que privilegian el séptimo arte. Uno de los de mayor aceptación en el período estival, Ellas, las del cine, destaca talentos de mujeres relevantes en diferentes especialidades. Más tarde suelen olvidarse o son apenas recordadas.
La presencia femenina es reconocida en programas habituales ubicados en horarios poco favorecidos para el acceso de las mayorías. Entre ellos, Arte video (martes, 3:45 p.m.) y Signos (jueves, 2:30 p.m.). Por su parte, el Noticiero cultural (de lunes a viernes, 6:30 p.m.) tiene una mejor ubicación en el Canal Cubavisión y ha logrado captar el interés de las audiencias.
Nunca lo obviemos, las formas de comunicación artística, los gustos, los rituales, los sonidos, las imágenes y las palabras producen sentidos y significaciones en las sensibilidades personales.
Lo suscribe de manera particular la pintora Ileana Mulet: “El acceso a la riqueza visual debe promocionarse en los medios de comunicación audiovisuales, la prensa, los entornos públicos. No se aprende de la noche a la mañana, conocer, ver e interpretar forma parte de un proceso largo e intenso. Demanda estudios, constancia y disciplina”.
Pensemos, las relaciones entre educación y cultura tienen un fuerte e indisoluble nexo en la escuela como la institución cultural más importante de cada comunidad. Ella es, junto a la familia, el lugar donde se adquieren conocimientos, valores cívicos, éticos, estéticos indispensables en la sociedad cubana. Estimular la cultura inclusiva de plena participación, la sagacidad y la inteligencia de los públicos permite que estos tengan mayores incidencias en la comprensión de los mensajes. Si ya no se escribe ni se lee como antes, tampoco se ve ni se representa igual que antes. La visualidad forma parte de la dimensión cultural y es, al unísono, imaginario, entorno tecnológico y productora de contenidos. ¿Lo interiorizan guionistas, realizadores, grupos creativos del cine, la televisión y el audiovisual? ¿Unos y otros están al tanto de lenguajes que implican variaciones de sentido en las políticas de representación? Los discursos icónico y lingüístico amplían los modos de aprehender “algo” nuevo o lo conocido desde enfoques en perennes estímulos a la curiosidad, las necesidades afectivas, la ampliación del universo profesional.
Los recursos más importantes continúan siendo el talento y la creatividad. Aplicarlos en el diseño cubano que debería estar en constante armonía con el medio donde vivimos, la naturaleza y toda su riqueza puede ser parte de soluciones en un mundo hipervisual amenazado por la contaminación ambiental. Urge diseñar acciones al concebir guiones, puestas cinematográficas y audiovisuales, estrategias comunicativas en provecho de reconfigurar espacios públicos, las experiencias en las redes sociales, lo que podemos ver de manera consciente y cultural. Recurrir a la seducción del arte nos ilumina para todos los tiempos, Ciertamente, el deber ser solo se concreta en la práctica.