Comunicar desde el arte y del pensamiento crítico

 A propósito de la edición 40 del Festival Internacional Jazz Plaza, lideran en las salas cinematográficas y la televisión filmes, documentales, músicas, referencias memorables a riquezas dramatúrgicas en puestas de notable repercusión cultural


En el panorama mediático prevalecen por doquier grupos económicos privados que conquistan mercados, difunden banalidades y globalizan la colonización cultural con sus respectivas ideologías: esta realidad opresiva, incluso plena de violencias psicológicas, atenta contra el conocimiento de países y de culturales diversas, propias, auténticas.

Para contrarrestarlos urge actualizar constantemente las miradas acerca de la praxis del arte, estudiar en profundidad los procesos creativos de manera holística sin estancos ni olvidos de lo valioso.

En tal sentido se ha orientado la edición 40 del Festival Internacional Jazz Plaza. Creadores y directivos comparten complicidades al colocar en las pantallas cinematográficas y televisuales producciones realizadas en Cuba donde músicos consagrados y jóvenes, guionistas, realizadores y otros miembros de los equipos creativos audiovisuales defienden esencias raigales y maneras de hacer. Desde diferentes puntos de vista patentizan los legados de Benny Moré, Arsenio Rodríguez, Ignacio Villa, Bola de Nieve; en fin, diversos legados imprescindibles que nunca desaparecen de la memoria y la contemporaneidad.

El maestro José Loyola Fernández, músico siempre en constante crecimiento, estimula el pensamiento crítico mediante sus ideas y pensamientos. / Leyva Benítez

De ningún modo puede estar ajeno el pensamiento crítico a dichos aportes. Así lo ha manifestado el maestro José Loyola Fernández en su libro La música en el cine documental cubano (Ediciones ICAIC). Analiza, mediante presupuestos científicos, obras de Santiago Álvarez, Rogelio París y Rigoberto López. Sensible, culto, adiestrado en la investigación, el doctor Loyola destaca el carácter dramático de la música en la renovación estética.

Nunca lo olvidemos: insatisfacciones, curiosidades infinitas coinciden en los afanes de descubrirnos o redescubrirnos. Poco reflexionamos sobre el ejercicio irrepetible del acto de ver y comprender diversidades discursivas; pues, en ocasiones, apenas se aprecian las riquezas de esos ámbitos de relaciones sociales coligados al valor simbólico.

Inquietudes conceptuales y transgresoras, ante lo “real”, responden a la necesidad creciente de disfrutar lenguajes visuales abiertos por la estetización en los universos del arte y de la comunicación audiovisual.

Pensemos, novedosos espectáculos musicales incluye procedimientos narrativos y puestas que validan construcciones de sentidos en planos sugerentes, atractivos. Las invitaciones recurrentes de ir al cine y de apreciar la televisión culta, entretenida, propician comprender las dimensiones filosófica y conceptual del arte. Es preciso considerar la génesis de la idea hasta su concreción en historias propositivas ricas en pensamientos, que incentivan el aprendizaje a partir de la niñez.

Influyen en las dinámicas de poder y las jerarquías decisores y ejecutantes creativos. Siempre consideremos que el deber ser se concreta en la práctica cuestionadora socialmente. El arte interroga, cuestiona, aporta saberes, activa múltiples batallas culturales en beneficio de los cubanos y las cubanas.

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