La expresidenta argentina recupera protagonismo mientras los peronistas intentan recomponer sus filas para enfrentar al gobierno del “loco libertario”
Cristina Kirchner está de vuelta. No es que se hubiese ido del todo, pero ahora ha decidido tomar, por primera vez en su larga historia política, la dirección del Partido Justicialista (PJ), la forma legal del peronismo, y asumió formalmente la presidencia del movimiento fundado por Juan Domingo Perón. Su intención, en el fondo, es hacer oposición a ese gobierno que hoy avanza con lanzallamas en tierra arrasada.
Como la encarnación de todos los males nacionales, Milei coloca al kirchnerismo en el equipo de “la casta”, los “zurdos de mierda” que pretende destruir con la ayuda de “las fuerzas del cielo”.
Para hacer demostrar su odio retiró las pensiones que Cristina Fernández recibe por haber ocupado la jefatura del Estado y por ser viuda del expresidente Néstor Kirchner.
«La jubilación a un mandatario es un privilegio que no debería existir en Argentina, más aún si quien la percibe está condenada por estafar desde las más altas esferas del poder a los argentinos que vieron esfumar sus esperanzas a manos de la política», arguyó.
El rencor carcome a los actuales mandamases, y se afilan los dientes después de que un tribunal de apelaciones ratificó la condena que Cristina Kirchner recibió en diciembre de 2022.
Entonces, la justicia federal la condenó a seis años de prisión, en una causa por corrupción. Desde su despacho en el Senado, donde escuchó el fallo en aquel momento, ella sola proclamó su inocencia y se consideró víctima de lawfare.
Ahora solo le queda la Corte Suprema para apelar la decisión y evitar seis años de prisión domiciliaria, un beneficio que se concede a los mayores de 70 años. Pero lo que más preocupa a la expresidenta es que el fallo suma, además, la inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos.
Otro claro caso de proscripción, similar a la que padecieron o aún padecen Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil; Evo Morales, en Bolivia, y Rafael Correa, en Ecuador, está lejos de amedrentar a una mujer de su talla moral y política.
La posibilidad o no de ganar nuevamente las elecciones y sacar a Milei del ruedo son temas cuestionables por el momento y que dependen de muchos factores, sobre todo, en el interior del PJ.
Pero lo que no deberíamos pasar por alto son las últimas palabras que Cristina le dedicara al “libertario” en respuesta a la desactivación por mero capricho de la ley relacionada con las pensiones.
Vía X, CFK no sólo explicó que las asignaciones son derechos adquiridos por su pasado como jefa de Estado y por ser la viuda de un expresidente. «Estás tan fuera de eje que está apareciendo el pequeño dictadorzuelo que siempre llevaste adentro (a los argentinos que te votaron de buena fe no les va a alcanzar la vida para arrepentirse de haberlo hecho)», le espetó la exmandataria.
A renglón seguido, le preguntó: “¿Te querés asociar con la mafia judicial para perseguirme vos también? ¿Tanto miedo me tenés? Te comento que al dictador Videla sí le tuve miedo y mucho. Pero vos sólo me das lástima y vergüenza ajena”.
En su reparto de críticas, mostró pena por toda la gente que “te votó creyendo que sabías mucho».
Y así, con diatribas contra tan insufrible personaje, Cristina dejó abierta la puerta a otra probable batalla judicial para recuperar sus beneficios.
Un comentario
Milei, hasta antes de asumir era docente de macroeconomía en la Universidad Torcuato Di Tella, en la Argentina desde hacía 30 años. Aplica lo que enseñó, sin importar ni el costo político ni social. En ese sentido es consecuente.