Contenidos y formatos audiovisuales pueden cautivar a los públicos mediante reinvenciones de narrativas y estéticas que se alimentan del cine, la literatura; otras expresiones culturales y artísticas
¿Y ahora, qué le ocurrirá a ese personaje “avasallado” por conflictos? ¿Alguien “aparece” en la historia para salvarlo? ¿Cómo resolver sus tránsitos laberínticos? Ante la llamada pequeña pantalla, públicos activos opinan, discrepan saltan de gozo o dudan. En el actual contexto de tecnologías digitales, redes sociales y dispositivos portátiles móviles, la Televisión incorpora las posibilidades de descargas y el consumo de series compiladas; mantiene vínculos con audiencias participativas.
Satisfacer la demanda humana de experiencias audiovisuales exige el desarrollo de laboratorios expresivos; pensar y hacer diferente. Las innovaciones demandan actualizar lenguajes, producir emociones, reinventar discursos. Surgen, entonces, nuevos desafíos e interrogantes, ¿y soluciones?
Guionistas y directores ofrecen evidencias de creaciones propias; en unos y otros lideran, a veces, fórmulas establecidas, planteamientos renovados, búsquedas de puntos de vista poco manidos sin el olvido de referencias. Incluso las revisitan negándolas, si fuera preciso, sin abandonar conocimientos de causa. ¿Qué hice, por qué lo hice? ¿Responde esa acción subordinada –mal llamada subtrama- a la composición dramática de la historia?

Estudiar, aprender, investigar en profundidad son imperativos en los campos de la comunicación y de las artes audiovisuales. De ningún modo son “pasos” que se improvisan; pues sustentan vivencias y procesos. Favorecen el pensamiento crítico cultural y a los públicos los intercambios con expertos probados en el audiovisual televisivo. En este sentido es una autoridad la destacada guionista Lil Romero, profesora de guion de serie en la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual del Instituto Superior de Arte. Afable, ingeniosa, expresó en exclusiva con BOHEMIA: “Las series audiovisuales de ficción encierran un amplio abanico de posibilidades narrativas que beben de muchas fuentes, desde la literatura, pasando por el cine hasta relatos web, videojuegos y narrativas expandidas. La concepción argumental de una serie, su biblia y después sus guiones son un ejercicio creativo complejo que se basa sobre todo en la toma de decisiones. La serialidad es la renuncia a una clausura narrativa”.
¿Qué deben saber y nunca olvidar quienes escriben audiovisuales seriados?, indagamos.
“Como buenos Scheherezadas post modernas sabemos de aplazamientos temporales, relatos dispersos y, fracturados, búsquedas de arcos de personajes que abarquen largos espacios de tiempo, redundancias, continuidades, ganchos, cebos y otras variadas estrategias que permitan la fidelidad de los públicos a las propuestas audiovisuales”.
¿Dónde y cómo encontrar el faro para no perder el rumbo?
“Es tal la diversidad de tipologías e hibridaciones que para no perderse en un mar de seriales narrativas el aula se vuelve el faro desde el cual trabajar en colectivo las historias y sus decisiones paso a paso. Mi interés es proporcionar un espacio donde las y los futuros guionistas encuentren sus relatos, los personajes que le dan vida, los sostienen y sus maneras de narrarlos”.
Son los platos fuertes del menú audiovisual, comentamos.
“Así es, por lo que tener espacios de debate sobre estos y otros temas es necesario y constructivo. Sería muy interesante desarrollar el espacio Moviendo los Caracoles de la Uneac en el lugar donde se aprende a consumir “lo seriado”; como es el caso de los lugares en los que se copian en memorias portátiles telenovelas, películas, series, videojuegos, y otros espacios informales. Expandir el debate, sacarlo de la sala de conferencia y potenciarlo en la vida cotidiana”.
Pensémoslo. La TV Cubana cumplirá 75 años el 24 de octubre. Junto a Brasil y México integra la trilogía fundadora en América Latina donde mantienen liderazgos series, telenovelas y filmes. La red digital activa mecanismos indicadores del interés de las mayorías en productos diversos, sugerentes, entretenidos, que hagan reflexionar sin didactismos exacerbados. El arte no es expresión de las emociones, sino el fluir de las emociones en combinaciones sintácticas por quienes crean y experimentan concepciones dramatúrgicas y puestas en pantalla.
Al enfrentar la realidad el artista no toma la realidad para copiarla tal cual. Al apropiársela, la convierte en significaciones de carácter humanista. Las ficciones llevan implícitas ideas, actitudes, conductas, teorías filosóficas; analizarlas requiere involucrarse en temáticas y riquezas de conflictos. No obstante, suelen establecerse en algunos imaginarios, modas, gustos, afinidades, estereotipos arraigados. Pululan las expresiones “me gusta” o “no me gusta”; son acercamientos primarios al uso, cómodos.
¿A quiénes conciernen las revoluciones visuales y los tiempos de cambios? Creadores jóvenes y consagrados, públicos, directivos, deben interiorizar esta interrogante. El propósito cuestionador favorece las subjetividades expresivas y sus modos de cautivar al otro ser humano ante la Televisión. Ella nos traslada a mundos conocidos o desconocidos donde las intensidades de la vida aumentan desazones y defienden el pensar con la legitimidad propia de un valor genuino, pertinente, frondoso.
Un comentario
Muy buen artículo, como siempre no tiene acostumbrados Sahily