Disfraces en el carnaval de precios abusivos

Hay escepticismo en buena parte de la población, la cual señala que mucho se dice y al final es lo “mismo con lo mismo”


“Por favor, deme un paquete de batido. ¿Cuál? Ese de 1 675 pesos. Eso es un kilo de leche, ¿no ve su precio? Es batido, ya lo probé antes. Señora le digo que es leche. Entonces, ¿por qué el otro paquete, ese etiquetado y bien identificado como leche, cuesta 2 300? Sencillo señora, es una de superior calidad”. Este diálogo entre cliente y vendedor es real; la protagonista fui yo.

Foto. / tvsantiago.icrt.cu

¡Vaya si se atreven! Tal es la sed de réditos que, a costa del bolsillo ajeno, muchos puntos de venta particulares de alimentos disfrazan las ofertas con supuestas cualidades añadidas en aquellos seis productos topados mediante la Resolución 225/2024, publicada en la Gaceta Oficial y en vigor desde el 8 de julio del 2024. La propaganda más tramposa recae sobre la leche, la salchicha y el detergente, pues puede indicarse que son de pollo o puerco, aroma de limón u orgánicos… La contravención se efectúa a plena luz del día, acompañada de una sonrisa de oreja a oreja, porque, eso sí, la aparente buena educación formal a veces corre inversamente proporcional a los valores éticos. En lo personal, me “sangra” el monedero y me ensombrece la confianza emocional y ciudadana.

¿Y los inspectores?

Es cierto, las generalizaciones son dañinas e injustas al existir establecimientos cumplidores de la Ley. Sin embargo, en nuestro país un solo hecho de este tipo –en el supuesto de serlo– destruye el crédito ganado por el gobierno y el Estado, en tanto veladores y garantes de los derechos y necesidades básicas. Como me dijo un entrañable colega: “Yo puedo entender la indefensión de la gente en otros lugares del mundo, pero aquí, en Cuba, en nuestro socialismo, no admito pasen esas cosas”.

El robo descarado ocurre allí donde el descontrol campea a sus anchas, aunque sobresalen las ansias capitalistas de ganancia, más allá de la falta de inspecciones sistemáticas, pudiendo alegarse la escasez de personas aptas y dispuestas para dichas actividades. Hay otra causa poco mencionada: nos falta fijador: muchas resoluciones se incumplen ya que somos vanguardias en realizar campañas de espaldas a la instrumentación de chequeos en el día a día. Y es en la cotidianeidad donde se puede comprobar lo terriblemente insuficiente de los 4 300 pesos del salario estatal medio y los 1 500 de las jubilaciones. Cubadebate nos recuerda algo importante: agosto de 2024, momento de culminación de un amplio proceso de inspecciones en el país entero, en las cuales “se realizaron más de 19 300 acciones de control de precios en el país y el índice de detección de violaciones fue de un 60 por ciento. A la par se impusieron multas que acumulan un valor superior a los 30 millones de pesos y se aplicaron medidas como las ventas forzosas”. Fresca en mí la sensación de sentir que todo iba a mejorar, empleándonos a fondo. Mi optimismo era grande, a pesar de chocar contra una pared de opiniones negativas: “lo mismo con lo mismo”.

Transcurridos tres meses, debí darle la razón a los desconfiados: en octubre del pasado año, en una reunión del “Grupo de Trabajo para la prevención y enfrentamiento a delitos e ilegalidades”, el primer ministro Manuel Marrero manifestó: “La población sabe que estamos combatiendo, pero hasta tanto no bajen los precios en las tablillas el trabajo no será premiado con la aceptación del pueblo”. En efecto, los precios se siguen superando… Urge arreciar la labor de los grupos de inspecciones municipales y provinciales, y acabar de “coger al toro por los cuernos”.

Algunas raíces

Las incomodidades de la gente llevan nombre y apellido; al igual que la errada hipótesis de “generación espontánea”, esa explicación al origen de ciertas formas de vida animal y vegetal surgidas espontáneamente a partir de materia orgánica, inorgánica o de una combinación de estas, el robo, el quebrantamiento de la Ley, el irrespeto al pueblo trabajador y a su capacidad efectiva de compra, tienen lugar tras una serie de factores: la desorganización, la pérdida de valores y la reinstauración de una mentalidad de clase, rendida a los pies de la maximización de la ganancia, nunca a las penurias populares. Esto último es un hecho incontestable. Considero que debe observarse con aguzada aproximación sociológica el entorno cambiante de la Cuba del siglo XXI. Unos cuantos entre los nuevos sujetos se mueven ajenos a la justicia social y al ideario del socialismo cubano. En el afán de burlar las leyes, harán de todo. Por ejemplo, califican de leche lo que no lo es; la vianda semipasada se disfraza de fresca al embolsarse en jabitas de “caldosín” sin bajársele el precio; un tomate de tercera calidad es vendido como de segunda logrando mezclar ambas; o cuando los carretilleros, posicionados frente a un agro, campean a sus anchas, exhibiendo las más diversas ofertas agropecuarias mientras puertas adentro, las tarimas están literalmente vacías…

Cada cual cumpla su papel

Foto. / radiobayamo.icrt.cu

Duele, y mucho. Quienes así actúan carecen de vergüenza, ética y sentido solidario; por eso los mecanismos de enfrentamiento no pueden ser laxos, ni esporádicos; el combate debe ser sin cuartel, constante. Tampoco surtirá efecto una apelación a la conciencia proletaria, ya sabemos qué los anima. Aquí la prensa debe desempeñar su papel movilizativo. Muestras de valentía periodística encuentro en los medios provinciales: el Canal Habana hace las preguntas correctas sobre inspecciones, inspectores, funcionarios… La práctica debería generalizarse a nivel nacional, volverse habitual; la situación lo requiere. Seamos también en eso martianos: si del humor el Apóstol aseveró “es un látigo con cascabeles en la punta”, el periodismo revolucionario debe serlo igualmente… Debe ser una constante denunciar la corrupción de algunos inspectores, golosos de dádivas de los vendedores, los “ciegos” ante las violaciones de precios o la de cualquiera en la cadena de mando.

Para quienes tenemos la responsabilidad de velar por los derechos ciudadanos y los principios de una vida digna debe ser siempre imperativa la actualización, la asunción verídica, no falseada, de las condiciones de vida y los problemas cotidianos. Los productos topados siguen siendo seis, pero otros pudieran ser añadidos; fijación de impuestos a las mercancías importadas, etcétera; los precios especulativos del azúcar (producto en falta en la distribución normada) podrían bajar. Así sucesivamente.

La lucha contra el robo, las ilegalidades, el indecoro, debe ser mancomunada. El consumidor debe demandar sus derechos; para ese ejercicio útil e imprescindible, en los agromercados deben funcionar las pesas, mejor si estuvieran alejadas de las tarimas en previsión de señales cómplices… Los administradores y dueños deben estar en sus puestos, con medidas firmes: un conjunto de acciones de nuestra parte. Y el gobierno y el Estado deben exigir, una y otra vez, de lo contrario seguirán pululando los “disfraces” y la población sintiendo que no pasa nada.

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7 comentarios

  1. Amiga, gracias por tocar ese tema escabroso, es muy importante tocarlo así con verdades y ejemplos.
    El tema de los precios inflados es diario, faltan inspecciones integrales….pues muchos de los inspectores se corrompen..
    osea, las inspecciones deben ser en equipos, que incluyan inspectores, miembros de las FAR, el Minint, el PCC y el Gobierno…. para que no puedan tocar a nadie…
    Ayer el precio del tómate bajo hasta 70 pesos en la Feria de Buena Vista, Playa porque días atrás llegó una Inspección en equipo y puse la leña en tres trozos ..
    Si no enfrentamos correctamente este fenómeno, no habrá Justicia, Paz e Independencia segura

  2. Es el momento de actuar: Patria o Muerte contra los oportunistas abusadores y la quinta columna interna.y externa.
    De todos modos van a cuestionar, insultar y protestar, pero hay que impedir la abulia impunidad, abuso, explotación, que
    provocan desconfianza, indefension y falta de credibilidad y apoyo popular

  3. Me parece mentira leer un artículo que critica algo de nuestra cotidianeidad. Más de lo mismo lleva un tremendo análisis que no tendría fin. No se trata solo de las viandas y la leche y el disfraz de las ofertas. Hay muchísimo mas que haría interminable tu artículo. Es cierto que el Estado en todas sus variantes va perdiendo credibilidad. Se hacen leyes y no se cumplen. Los inspectores son como la policía. Si no hay vergüenza, decoro y honradez, miraran para un lado frente a cualquier problema que afecte a la población y si se pueden beneficiar pues mucho mejor. Mary, dices que hay que promover un combate sin cuartel. Yo diría que con cuartel para poner tras las rejas a los abusadores e índolentes. El control popular es una triste utopía. Los Consejos de administración de las AMPP no se ponen los pantalones y salen a combatir. Los panes qué no llegan a 30 gr, los medicamentos que se venden en las calles descaradamente, los consultorios que no hacen terreno, los saliderosde aguas negras eternidades. la reparación de viales de mercuro cromo. Lal lista sería interminable. El hurto y sacrificio de ganado mayor que crece y crece sin parar. Ahora se están robando hasta los paneles.solares y sus gabinetes ele trucos, laimpunidad de los delincuentes, la bancarizaciin que las Mipymes no respetan, las zafas azucarera qué acá. en se hace con menos centrales y no se cumple. Me acuerdo los primeros años de la Revolución se decia » sin azúcar no hay pais» . Terminan las legislaturas en diciembre y allá va la frase manida » Hemos avanzado pero los resultados.no son satisfactorios. Hay que buscar nuevas alternativas y allá van las autocriticas nacionales de Legislatura en Legislatura. Como decia Chavez » De cumbre en Cumbre. Sigo convencido de que la prensa y los medios son los llamados a salvar la Revolución y este proyecto social. No abandonar la trinchera, el pueblo los necesita
    perdonen por la longitud pero me quedé con ganas pero teclear es algo incomodo

  4. Los derechos existen para que sean respetados. LaS autoridades existen para hacer cumplir la ley. Yo ni nadie puede ir «teniendo una bronca» con cada uno que incumple mis derechos. En su articulo dice que existen comercios que cumplen. Con todo el respeto, son tan porriquitisimos que es casi imposible encontrarlos. Una golondrina nunca ha hecho verano.

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