Foto. / Tomada del Álbum sobre Lenin, Editorial Planeta, Moscú, 1963
Foto. / Tomada del Álbum sobre Lenin, Editorial Planeta, Moscú, 1963

¿Dónde nació tan ilustre ruso?

Aspectos curiosos de la infancia, adolescencia y juventud de Vladimir Ilich Ulianov, Lenin


Unos campesinos soviéticos discutían sobre el lugar en que había nacido Lenin. En síntesis dijeron que había sido en los Urales. Que era siberiano, del río Lena, de ahí el pseudónimo por el que se conoce mundialmente. Otros afirmaron que en Petrogrado, en la antigua ciudad de San Petersburgo o en Moscú, en Tula, Smolensk, Kursk, Glújov, Riazán, en la localidad de Tambor, en Tver.

¿Dónde realmente habrá nacido Lenin? La discusión fue en aumento:

Nació en Orel, Penza, en la estación de Elnia, en el campo, en la ciudad.

Así era el niño Volodia, con su hermana Olga, en Simbirsk, Rusia, 1874. / Tomada del Álbum sobre Lenin, Editorial Planeta, Moscú, 1963

Se dirigieron a un hombre allí; se quedó muy pensativo: solo sé que vino al mundo en las montañas. De ahí le viene su clarividencia, pues ve mejor que un águila. Le preguntaron a otro: ¿Dónde cree usted que nació el niño Volodia? También este se quedó muy pensativo, lleno de dudas: creo que el nacimiento fue en la estepa, no puede ser de otro modo: de ahí procede su gran cualidad de abarcarlo casi todo, aunque cargado de sencillez y modestia.

Alguien entró al debate: en un lugar boscoso– respondió finalmente. ¡Claro que sí! De ahí se deriva precisamente su fuerte carácter, su firmeza. Llegó un hombre práctico y culto: mejor preguntémosle al Presidente del Soviet rural.

Así lo hicieron. El Presidente sonrió con una expresión sana y noble en su rostro: El camarada Vladimir Ilich Uliánov, Lenin, nació en la ciudad de Simbirsk el 22 de abril de 1870, a orillas del gran río Volga.

Después pensó unos momentos, se quedó mirando a los campesinos y sentenció: “Miren, compañeros. De todos modos, en vano discuten tanto este problema, porque Lenin nació en nuestro país, ¡en Rusia! Antes de ser soviético, fue ruso. Y ahora podemos decir también que nació en una ciudad del planeta: ¡es un ciudadano del mundo!”.  

Ciudad ignorada que se hizo historia

Simbirsk –después Uliánovsk– era una ciudad de la antigua Rusia de los Zares que en aquella época estaba en los mapas; sin embargo, apenas se mencionaba en la Geografía rusa y mucho menos en otras latitudes. Era casi una ciudad ignorada y olvidada en los medios de difusión masiva.

Un espacio y un tiempo viejos que, al igual que todos los lugares del planeta, tenía sus latidos, polvos, vientos, soles, sombras, árboles, noches y días renuentes a pasar y morir.

Representaba a cierta ciudad del tiempo, junto a los ríos y estos siguen su viaje imperturbable hacia la hondura inconmensurable del mar. En aquel sitio respiró el primer oxígeno el niño Vladimir Ilich Uliánov, Lenin, cuyo nacimiento –entonces normal y común– con el pasar de los años se convirtió en famosa.

Precisamente por ser aquella la ciudad original de Lenin, Simbirsk fue el nombre definitivo dado al cinturón de asteroides descubierto desde el Observatorio de Crimea el 6 de agosto de 1986 por la astrónoma soviética Liudmila I. Chernyj y su esposo Nikolái S. Chernyj. Se le designó inicialmente como “1986PW4”. Más tarde nombrado “Simbirsk” en homenaje al genio venido a la Tierra.

Surgió del amor entre Ilyá Nikolaevich Uliánov y María Alexandrovna Blank. El padre fue un liberal partidario de las reformas del Zar Alejandro II. Y más pronto de lo que pensaban sus ancestros, se había convertido en inspector del barrio, después del municipio y más tarde de la provincia. Alcanzó la nobleza hereditaria en 1874.

Lenin a los nueve años en 1879, en su ciudad natal. / Tomada del Álbum sobre Lenin, Editorial Planeta, Moscú, 1963

El niño estudió el nivel primario de la enseñanza en Simbirsk; después el secundario. En su primera adolescencia se le veía leyendo libros.

Volodia creció y practicó la caza. A los 17 años, en 1887, se graduó en el nivel secundario e ingresó en la Universidad de Kazán para estudiar Derecho. Fiodor Kérenski, el director del Liceo de Simbirsk (padre de Alexander Kérenski, más adelante Premier del Gobierno Provisional de Rusia y en octubre de 1917 derrocado por la Revolución), redactó un informe sobre Uliánov en 1887, su último año en el centro, en el que consideraba al joven Vladimir “un alumno modelo que nunca había causado problemas de ningún tipo a las autoridades de la enseñanza”.

En los exámenes finales en el Liceo obtuvo notas de sobresaliente. La evolución del joven Ilich fue hacia las ideas revolucionarias. Su lectura en San Petersburgo de la obra de Georgui Plejánov lo llevó a sumarse sin reservas al marxismo y llegó a la conclusión de que no era necesario esperar a que se dieran condiciones objetivas para la revolución, sino que debían provocarse mediante la acción política.

En Kazán, en diciembre de aquel año 1887, fue detenido en una manifestación de protesta estudiantil y expulsado de la Universidad junto a cerca de 40 compañeros que también habían participado en ellas.

En una carta, Ilich pidió su exclusión como estudiante de la Universidad Imperial de Kazán. Se le dejó continuar sus estudios por correspondencia y se instaló en Kokúshkino, cerca de Kazán, donde era vigilado por la policía.

Ya licenciado en Leyes y siendo un lector voraz, en el verano de 1888 descubrió la literatura revolucionaria y, además de la obra de Plejánov, leyó la interesante e incitadora novela de Nikolái Chernichevski: ¿Qué hacer?, muy influyente en su rechazo al conformismo y a las concesiones.

En diciembre de 1895, fue nuevamente arrestado junto con otros dirigentes. No aceptaron de nuevo su entrada a la Universidad de Kazán, tampoco le autorizaron cursar estudios en el extranjero, ni su traslado a San Petersburgo o a Moscú. Solo permitieron que volviera al ámbito universitario, en octubre de 1888, donde se ocupó del estudio paciente de El Capital, de Carlos Marx e ingresó en el círculo marxista organizado por Nikolái Yeugráfovich.

En 1889 su señora madre heredó una hacienda en Alakáievka, cerca de Samara, en la que trató de que Ilich se asentara, pero no se adaptó a la vida de pequeño terrateniente. Durante los exámenes de 1891 murió de tifus su hermana Olga, quien estudiaba también en San Petersburgo y cuidaba de él. Su madre falleció en julio de 1916 y no pudo asistir a sus funerales porque estaba en el exilio; sin embargo, cuando regresó a Rusia, en la primavera de 1917, lo primero que hizo fue visitar las tumbas de Olga y de María Alexandrovna Blank.

En enero de 1892 defendió casos de campesinos en Samara. En agosto de 1893 regresó a San Petersburgo, entró en contacto con algunos marxistas y se vinculó más estrechamente a una de las organizaciones revolucionarias a la que pertenecían sus más allegados compañeros de lucha. En 1894 conoció a Nadezdha Krúpskaia y se fue a Moscú.

Durante su estadía en San Petersburgo Lenin refuerza la esencia de su pensamiento político; entre mayo y septiembre de 1895 realiza su primer viaje al extranjero. Primero visitó al padre del marxista ruso Gueorgui Plejánov, exiliado en Suiza y al resto de los fundadores del Grupo para la Emancipación del Trabajo, una de las primeras organizaciones verdaderamente marxistas rusas.

Plejánov le recordó al marxista alemán Wilhelm Liebnecht. Más tarde visitó a Pablo Lafargue, yerno de Marx y residente entonces en Francia, antes de pasar por Berlín y regresar a Rusia, el 19 de septiembre de 1895. De líder del sector bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata (POSD), Ilich pasó a ser el principal dirigente de la Revolución de 1917 en Rusia.

Al triunfar la conocida como la Revolución de Octubre, aplicó reformas que incluirían la transferencia al Estado o a los trabajadores el control de las propiedades y tierras que estaban en manos de la aristocracia; es decir, de la antigua Corona y los terratenientes. Frente a la amenaza de invasión del imperio alemán, firmó con esa nación el Tratado de Brest-Litovsk, mediante el cual puso fin a la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial, que no era más que un conflicto bélico imperialista por el reparto del mundo. De esa forma pudo centrarse en el establecimiento de un gobierno de construcción socialista que más tarde convertiría a la nación rusa en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas

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Fuente consultada: Yo vi el cerebro de Lenin, libro inédito del autor de este trabajo.

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