Las fuerzas populares cubanas lograron la amnistía de los asaltantes a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. BOHEMIA narra episodios menos conocidos sobre el respaldo mundial
Fidel Castro, al salir del Presidio Modelo el 15 de mayo de 1955, entre otras cosas, declaró: “Lucharé por la unidad de las fuerzas morales. […] Todos los que pensamos de una misma manera, todos los que tenemos un mismo pensamiento social y una misma ideología progresista debemos unirnos. […] Esta es la hora de unirnos porque se observa una fe nueva que surge y un despertar en la conciencia nacional que estimula a mejores determinaciones”. Su visión dio frutos. Sirvan estas líneas de homenaje al estratega del 26 de julio de 1953, y a quienes no dudaron en volverse hazaña por los anhelos emancipatorios de José Martí, guía de todos, también de los comunistas.
Justo el presente texto es un acercamiento sencillo, no exhaustivo, a una comunión ideológica muy poco estudiada del indiscutido líder de la Revolución Cubana en relación con el Partido Socialista Popular (PSP), muy especialmente con su ala joven, la Juventud Socialista (JS), los comunistas de la época. De ellos tiende a hiperbolizarse los errores tácticos (muchos, ciertamente), pero casi nada se escribe sobre su heroicidad en tiempos de tiranías, y mucho menos de sus lazos y apoyos a las distintas corrientes revolucionarias, y qué decir de los asaltantes al Moncada. Sobre las discrepancias hay una extensa literatura; en cambio, tan solo algunas publicaciones recogen demostraciones veraces sobre la afinidad existente entre Fidel y Raúl con los continuadores históricos de Carlos Baliño y Julio Antonio Mella. Como soporte historiográfico utilizamos dos libros: La otra cara del combate, de Luis C. García Gutiérrez (Fisín), el enmascarador del Che; y Una gota en el torrente, de Raúl Valdés Vivó, mi padre, a quien escuchaba con el aliento entrecortado cada vez que contaba acerca de sus peripecias clandestinas, sobre la amplia red creada con sumo cuidado por muchos comunistas, entre los que sobresale Blas Roca, puesto en 1959 a las órdenes de Fidel para, en unidad, edificar el socialismo, aspiración máxima.
Recuento útil
En su autobiografía, Valdés Vivó apunta que, al salir de prisión, Fidel solicita un encuentro con el PSP, para el cual él fue designado, debido al largo trayecto de luchas estudiantiles comunes en la Universidad de La Habana (UH). Se escogió la vivienda de Arita Herrero, en el Vedado, y Pedro Miret era quien vigilaba la puerta de entrada. Hasta el final de sus días el militante de la JS mantuvo la confidencialidad de la cita, a pesar de la insistencia de algunos medios noticiosos, como Reuters, agencia que, en la figura de Tad Szulc, se encargó de difamar con una versión falsa. Valdés Vivó confirmó que, al concluir la entrevista, se había profundizado la confianza mutua, reafirmándose la certeza en la victoria final. De igual manera, cuenta que hubo un segundo intercambio con Fidel, en el que explica que iría al exilio mexicano porque en Cuba no le perdían pies ni pisadas. Por ejemplo, en el momento de darse la cita, Raúl y Miret estaban detenidos.
Asimismo, el futuro Comandante en Jefe indicó que quedaba de enlace Ñico López, cuya doble militancia, en la Juventud Ortodoxa y en la JS –y luego en el M-26-7–, facilitaría muchas cosas. Es pertinente explicar que, por orientaciones de Blas Roca, ningún comunista activo debía proponer a nadie para integrar las ilegalizadas filas por lo riguroso del proceso de selección; téngase en cuenta que a los comunistas se les acosaba y vivían en semiclandestinidad. Los interesados debían dar el paso. Eso explica, en parte, porque Fidel nunca lo hizo, según Valdés Vivó. “Fue una excelente jugada estratégica de Fidel. De presentarse como comunista utópico, que se sentía ser, era imposible que el pueblo lo siguiera, incluyendo nosotros los comunistas iniciales. La revolución tenía que ser obra de otros comunistas”, plasmó en sus relatos.
Salvar a Fidel y a sus compañeros
El que fuera por 20 años rector de la Escuela Superior del PCC evoca que, posteriormente a 1953, fungía como secretario general de la JS en la UH, siendo su tarea principal organizar manifestaciones por la libertad de Fidel y los “moncadistas”. Con el abogado lo unieron sólidos vínculos al ser ambos marxistas-leninistas, pero Fidel lo era de manera autodidacta. Para Valdés Vivó queda claro que “cuando la pelea pasó a las armas, él lo volvió a colocar (el marxismo-leninismo) en el terreno de las ideas durante el juicio del Moncada. Esto permitió la gestación de un formidable movimiento de masas”. Preclara táctica y estrategia para vencer a Fulgencio Batista en el plano ideológico.
Para el PSP la amplia movilización cívica dentro de Cuba era esencial con vistas a proteger la vida del gestor del asalto militar; no obstante, se consideró que debían moverse los hilos que la filiación política tenía por el mundo y sumarse así a la excarcelación de aquella hornada de nuevos independentistas. Con ese propósito se designó a Valdés Vivó y a Jorge Risquet. Además, se les pidió a todos los cuadros comunistas cubanos representantes en distintas organizaciones mundiales que se pusieran en función de la tarea, la cual entrañaba no pocos riesgos, porque todos los comunistas estaban fichados por la policía secreta. Para el buen desenvolvimiento de la misión se contó nuevamente con la pericia de Fisín, dentista, y experto en labores de enmascaramiento, arte que protegió a muchos comunistas y a gente buena. El PSP a la sazón contaba con un completo andamiaje para esos trances, con una vasta red de apoyos –dirigida por Osvaldo Sánchez, jefe del grupo militar del Partido–, la misma que fue uno de los pilares de la actual Seguridad del Estado.
En su autobiografía, Valdés Vivó devela que, “al producirse la condena a los moncadistas, participamos del movimiento por su liberación, lo cual constituyó una demanda que surgía de cada hogar. El PSP comprendió que más que un asalto a un cuartel fue a la historia misma”. Entonces, Valdés Vivó en 1954 viajó, durante dos meses, por países de América Latina y el Caribe, Europa y Asia. Aparte de la elemental maleta de doble fondo, debió utilizar una ropa interior de nailon en donde se había estampado la firma de Blas Roca para certificar la autenticidad de la encomienda. Debía mostrarlo en París, Moscú y en Bejing, hecho sin duda embarazoso. El propio Chou En-lai (Zhou Enlai), primer ministro de la República Popular China (RPCH), lo recibió en sus oficinas, que todavía estaban en el Palacio de la Ciudad Prohibida. Rememora que, si bien enseñó su ropa interior, hubo empatía con la alta figura del gobierno de la nueva China, lo que derivó en soporte decisivo de la misión e incluso este le pidió escribiera un artículo para el Rénmín Rìbào (Diario del Pueblo), órgano de los comunistas chinos, al que tituló “Libertad para los heroicos asaltantes al cuartel Moncada”, reproducido en otros medios.
Dice el también periodista cubano que encontró comprensión durante el periplo, aunque se vio inmerso en situaciones tensas, como las discusiones con los comunistas venezolanos, pues en Caracas consideraban que Fidel había dado un putsch, criterio con el cual discrepaba el PSP, al estar convencido ya de una necesaria narrativa otra y de la imprescindible unidad revolucionaria. Momentos álgidos se dieron en Colombia y Guatemala, al ser detenido por sospechoso e interrogado por los servicios secretos, tentáculos de un Batista presionado en la región con protestas callejeras. Logró salir airoso al referir historias “tejidas” en Cuba sobre el propósito de los viajes.
Sentido de clase
Como señalamos anteriormente, otros compañeros del PSP y de la JS empeñaron esfuerzos en abrir las rejas de los asaltantes al Moncada y de evitar que Fidel pudiera ser asesinado, respaldando la causa en cuanta tribuna internacional y foro mundial progresista hubo. También se jugaron la vida, porque se movían en las coordenadas de la Guerra Fría. Así, debían evitar que se les pusiera el cuño de entrada en los países socialistas. Eso requería de apoyos fuertes, los cuales sí tenía el PSP, y ello significó una ventaja frente al tirano latinoamericano aupado por la CIA. La solidaridad de clases abre puertas.
A Jorge Risquet el PSP lo había enviado a Budapest, Hungría, para representar a la JS en la Federación Mundial de Juventudes Democráticas (FMJD). Él había conocido a Raúl Castro en Viena, Austria, durante la Conferencia Mundial de los Derechos de la Juventud, y luego coincidieron en Bucarest, Rumanía, durante la preparación del IV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes para el verano de 1953, al que, como es lógico, Raúl no asistió. Desde entonces tenían una fuerte amistad y por eso no dudó en sumarse a la riesgosa empresa, anticipo de otras por venir. Risquet, Flavio Bravo, (vicepresidente de la FMJD) y Lionel Soto (representante cubano en la Unión Internacional de Estudiantes) se entrevistaron con todas las delegaciones que asistieron al Festival, con las que se acordó por unanimidad lanzar la consigna “Libertad para Fidel Castro y sus compañeros”, afán mantenido hasta 1955, cuando tuvo lugar la excarcelación. Modelo de unidad entre los pueblos, tan cara para estos tiempos de derechización. Los “viejos” comunistas comprendieron que esa era su fortaleza, que Fidel era el líder, y que, con él, Cuba sería libre.
4 comentarios
Valiosísimo testimonio desconocido de factores para liberar los moncadistas presos e inicios de la ejecución de la unidad e integración decisiva en la lucha, toma del poder y.
gobierno revolucionarios podeyrevolucionario y
Valiosísimo testimonio desconocido de factores para liberar los moncadistas presos e inicios de la ejecución de la unidad e integración decisiva en la lucha, toma del poder y.
gobierno revolucionarios
Muy necesario y útil éste trabajo sobre la participación de los miembros del Partido Socialista Popular (Comunista) en la lucha por la definitiva independencia de CUBA, antes y después del Triunfo de la Revolución, y la decisiva labor de tu ejemplar padre en ella, una historia que me es muy cercana pues soy hijo de Comunistas, militantes hasta el fin de sus vidas. Por su activa participación en la Revolución los restos de ambos reposan en el Panteón de los Combatientes en el Cementerio de Colón!!! Muchas gracias Mary querida por tu excelente labor informativa.
Aunque este pertinente comentario de María Victoria se enmarca en la conmemoración por estos días del asalto a los cuateles batistianos en Santiago y Bayamo y la posterior campaña internacional para la liberación de Fidel y sus compañeros moncadistas presos, se puede leer y compartir con igual interés en cualquier fecha. Se trata de rescatar importantes hechos y circunstancias testimoniados por protagonistas en textos que circularon tiempo atrás con discreta extensión y de los que probablemente exista un conocimiento bastante limitado. Un mérito de Bohemia es mostrar estas imprescindibles páginas de una historia que nos enorgullece. También es relevante esta contribución a destacar la tradición unitaria de nuestras luchas revolucionarias por encima de diferencias. Eso, cuando Raúl nos llama a cuidar la unidad como las niñas de nuestros ojos. Sin duda, un acierto.