Nos sorprenden universos multisensoriales de calidad artística en el cine, la televisión, las artes visuales, debemos interpretarlos con inteligencia y saberes incorporados en diferentes etapas de la existencia
Si ya no se escribe ni se habla como “antes”, pensemos en las complejidades y honduras de los mundos literario, conversacional, dialógico. En fin, hay que entenderse con el otro ser humano, ¿y si no? Ocurren silencios, tantos silencios inaceptables. El cine, el audiovisual, la televisión, la fotografía, la pintura, los nuevos medios “hablan” por doquier, pero no siempre las mayorías comprenden imágenes y palabras. La fusión entre el arte, la ciencia, las tecnologías por artistas atentos a las posibilidades creativas puede tener notable impacto durante la concepción de propuestas novedosas. En el escenario contemporáneo coexisten diversas vías para socializar informaciones; sin embargo, suelen olvidarse títulos clásicos de notable contribución al disfrute reflexivo de los públicos. Entre ellos, Una pelea cubana contra los demonios (1971) o La última cena (1976), ambos dirigidos por Tomás Gutiérrez Alea, baluarte de la cinematografía en Cuba. Apreciarlos en la gran pantalla o en la televisión favorece la lectura empática de las audiencias, esta implica los niveles racionales conscientes, la capacidad individual para identificarse con los demás, el desarrollo intelectual y la sensibilidad.
De ningún modo apelamos a elogiar por elogiar las palabras y las imágenes; sino al análisis de nuevas realidades que aportan creadores jóvenes y consagrados mediante diversos procederes, estos nutren las capacidades cognitivas al sentir y entrar en universos multisensoriales, de ellos somos cultores dado el contexto histórico y circunstancial del siglo XXI.
¿Se captan los mensajes, la riqueza simbólica, las intertextualidades mostradas en exposiciones, espacios televisuales, filmes, documentales, animados? A veces, el paso rápido de la mirada busca “algo” o intenta descubrir hallazgos, pero al ver, pensar, indagar, aumentan las experiencias y el gozo imprevisto.

¡Cuánto deslumbra el estilo singular de Flora Fong plena de riquezas cromáticas al enfocar su pintura cubana relacionada con la civilización oriental! Nunca olvida la palma en perenne movimiento; hermoso y perpetuo símbolo nacional.
La TV incluye en diferentes canales programas ilustrativos del acontecer en las artes visuales. Falta aún sistematizar visualidades diversas, estilos, ideas, pensamientos, que permitan enriquecer el gusto, el pensamiento crítico, el interés por conocer tendencias, preocupaciones, mitos, concepciones de otros tiempos quizás lícitas en la actualidad desde perspectivas transgresoras.
De ningún modo los saberes llegan por ósmosis, requieren estudios, lecturas, investigaciones, aprendizajes útiles en cualquier etapa de la existencia. Los medios de comunicación audiovisuales deben fomentar la cultura, el entretenimiento, el registro de lo particularmente sensible. Dudar ante fragilidades emocionales, comprender qué quiero decir, cómo lo quiero decir, para quién lo quiero decir; es fin, son certezas, azares; nunca dejan de sorprender. La vida suele complicarse alrededor. No obstante, seguimos buscando palabras e imágenes para entendernos mejor y nunca olvidar ser felices.
Un comentario
Hermoso trabajo que nos convoca a estudiar de manera incesante, pensar y hacer.