La patria de Chávez recibió el respaldo total de las naciones del ALBA, que ratificaron el compromiso con los principios de integridad, no injerencia y respeto a los asuntos internos de sus miembros
Duros azotes mediáticos a la integridad sufre la institucionalidad venezolana, propinados sobre todo desde las redes sociales y con el marcado objetivo de desacreditar los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) tras los comicios del 28 de julio.
Pero luego de que el Tribunal Supremo de Justicia —máximo órgano del sistema judicial de Venezuela—convalidara los resultados emitidos por el CNE y ratificara a Nicolás Maduro como presidente de la República, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) volvió a cerrar filas en favor de la hermana nación y reafirmó una vez más a ese bloque de países como un escudo de esperanza, unidad y fuerza.
Los pronunciamientos de los diez participantes salieron al paso a las acusaciones injerencistas y sin fundamento cacareadas por un sector derechista de la oposición venezolana para poner en tela de juicio las decisiones del pueblo y la victoria de la Revolución Bolivariana.
Ante tales distorsiones, la 11na. Cumbre Extraordinaria ratificó el compromiso con los principios de integridad, no injerencia y respeto a los asuntos internos de sus miembros. Este constituyó uno de los puntos medulares de la declaración final del encuentro, la cual lamentó que algunos gobiernos cuestionen esos resultados electorales y además emitan comunicados y pronunciamientos contrarios a la realidad en la patria de Bolívar y Chávez.
El texto también ratificó a América Latina y el Caribe como una Zona de Paz, y repudió la “brutal guerra comunicacional, cargada de odio, intolerancia, discriminación y desprecio” que se articula contra la institucionalidad venezolana mediante las redes digitales. Denunció asimismo el desconocimiento de los resultados electorales por un sector de la oposición al que calificó de fascista, el cual ya solicitó la intervención y nuevas sanciones contra su país en distintas ocasiones.
Los presidentes y primeros ministros encontrados el lunes 26 de agosto de manera virtual condenaron cualquier intentona golpista contra la República Bolivariana, al considerar que constituye una vía violenta, ilegal e inconstitucional, y es una amenaza a la democracia, la paz y la vida misma.
Tiempos de unión y firmeza
Junto con el reconocimiento de la altura política demostrada por la dirección bolivariana frente a la maquinaria desestabilizadora que agredió al país en las semanas recientes, los asistentes mostraron admiración por la respuesta serena, el alto sentido democrático e institucional, y la vocación de paz de Maduro y su equipo.
Así lo manifestó el presidente cubano, quien condenó el peligro de la agresión contra la nación bolivariana y su significado para el resto de los pueblos de Nuestra América. Díaz-Canel dejó claro que no es posible permanecer indiferente ante una calculada articulación de las oligarquías regionales, el imperialismo, los emporios de las comunicaciones y plataformas digitales contra Caracas. “Hoy contra Venezuela, mañana contra cualquiera de nuestros países y pueblos. Son tiempos de unión y de firmeza ante el imperialismo”, sentenció.
Desde Bolivia, el jefe de Estado, Luis Arce Catacora, enfatizó la necesidad de fomentar la unidad de los pueblos y la integración regional. Igualmente, impugnó la guerra híbrida contra Venezuela a través de una campaña de desinformación, y condenó la injerencia extranjera contra la democracia y las instituciones venezolanas. En ese sentido, llamó a defender la paz regional y a rechazar la violencia de los sectores extremistas contra la voluntad de los pueblos.
De igual manera, el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, expresó su apoyo al pueblo venezolano. “No hay paso atrás. Nicolás es el presidente legítimo, un continuador de la lucha de Chávez”, aseveró.
Los seis países caribeños integrantes del ALBA–TCP respaldaron nuevamente a Nicolás Maduro por su triunfo electoral validado, y el primer ministro de San Vicente y Las Granadinas, Ralph Gonsalves, exigió a Estados Unidos cesar el hostigamiento contra Venezuela, Cuba y cualquier otro país que se oponga al imperialismo.
En representación de Honduras usó de la palabra la embajadora de ese país en Caracas, Scarleth Romero, quien reafirmó el compromiso de fortalecer los lazos de hermandad y solidaridad con los pueblos hermanos, dignos y heroicos.
Crecimiento por encima de las sanciones
Las bonanzas que hoy ostenta Venezuela en medio de los efectos de las sanciones de Estados Unidos tienen lugar gracias a la acertada gestión del gobierno bolivariano. Sus atinadas políticas permiten que la nación sume 13 trimestres de crecimiento de la actividad económica, después de sufrir cuantiosas pérdidas desde 2015.
De acuerdo con informes del Banco Central (BCV), el PIB aumentó en 8,78 por ciento durante el segundo trimestre de 2024, mientras que en los tres meses anteriores, el incremento fue de 8,40 por ciento, con respecto a similar período de 2023.
No obstante, las medidas coercitivas unilaterales inciden en el dinamismo de la actividad económica, aun cuando se adoptan procedimientos y diferentes iniciativas que facilitan el sorteo de parte de la situación.
En julio pasado, Venezuela registró una inflación de 0,7 por ciento, considerada la más baja desde el año 2008, de acuerdo con el BCV. En abril, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe le proyectaron un crecimiento de cuatro por ciento del PIB para 2024.
Un nuevo y sólido gabinete
Inmediatamente después de que el Tribunal Supremo de Justicia ratificara a Nicolás Maduro como amplio ganador de las elecciones presidenciales, el mandatario anunció la renovación de su gabinete, un movimiento táctico que aseguró la actividad, control y consolidación del Gobierno bolivariano.
La incorporación de figuras históricas del chavismo, como Diosdado Cabello y Delcy Rodríguez, en posiciones clave —ministro del Interior y Justicia y del Petróleo, respectivamente— patentiza la cohesión del gobierno y lanza claras advertencias a la oposición, que intenta desestabilizar para echar mano al bien más preciado de esa nación: los recursos petroleros.
A ellos se suman la incorporación de representantes jóvenes en áreas del Deportes, Educación Universitaria y Juventud, las cuales revelan la disposición al diálogo y a la asociación de ideas renovadoras para el desarrollo.
Al anunciar los cambios para acoplar la fuerza del gobierno popular revolucionario y socialista de Venezuela a los nuevos tiempos, Maduro les dio la responsabilidad de comenzar a trabajar con inmediatez.
Venezuela avanza y no se detiene. En medio de todo el proceso, Nicolás Maduro, cumplió su primer mes como mandatario reelecto por tercera ocasión y adelantó una “megaelección” para el 2025, en la cual se renovarán la Asamblea Nacional, las 23 gobernaciones y las 335 alcaldías del país.
En tales comicios, advirtió, se podría prohibir la participación a aquellos que no reconozcan las instituciones del Estado, refiriéndose a la oposición que cuestiona los resultados del 28 de julio. Esa misma oposición atrincherada en un “lugar seguro”, según alega, y no acude a las citaciones de la Justicia venezolana.
El títere de María Corina Machado, Edmundo González, está investigado por difundir en una página web supuestas actas de las votaciones. Se le imputan, entre otros cargos, los delitos de “conspiración” e “instigación a la desobediencia”.
A pesar de los intentos de la ultraderecha por desestabilizarla, la nación sudamericana está en paz y en función del desarrollo, tal como recalcó Maduro en su discurso para celebrar el primer mes de la victoria.
