Firme mástil (décima)

Camilo Cienfuegos Gorriarán


La patria agradecida, siempre guarda en su cumbre más alta el merecido homenaje a sus hijos, cuando ante su llamado, como un martiano empeño ven en ella “ara y no pedestal”.

Arribamos este 28 de octubre al año 65 de la inmortalidad del legendario guerrillero Camilo Cienfuegos Gorriarán, cuando el avión en que viajaba no regresó a su destino después de cumplir una misión encomendada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en Camagüey. Con su bien ganado prestigio, abortó la conspiración de un traidor sin que se disparara un solo tiro. El líder de la Revolución Cubana expresó entonces: “[…] seguirá viviendo en hombres como él y seguirá viviendo en hombres que se inspiren en él”. Y del entrañable héroe, escuchó un día de gesta combatiente: “Más fácil me será dejar de respirar que dejar de ser fiel a su confianza”.

Desde edad temprana, el futuro Héroe de Yaguajay forja su carácter junto a sus padres Emilia y Ramón, en un compromiso perenne con su tierra.

I

Se enfrenta al tirano cruel

en las calles, pecho y brío,

el Norte injusto y sombrío,

otra frontera y Fidel.

Se alista junto con él.

acude entre ochenta y dos;

hay balas con temple y voz,

daña la piel el manglar,

llegan, sí, van a triunfar

a romper el yugo atroz.

II

Es Camilo con cien fuegos;

Sierra Maestra, un confín,

combate, suena el clarín,

se unen obreros, labriegos.

Es el monte de amplios pliegos,

llano, trocha y montaña;

es la leyenda y hazaña,

sonrisa y sombrero alón,

la anécdota de un tirón,

heroísmo de campaña.

III

Cuando el Che lo describió

como el mejor capitán

en ese empeño van

talantes que demostró.

Y Fidel lo designó

en la vanguardia, de jefe;

entre combates se crece,

confianza, arrojo pujante

lo asciende a comandante,

un peldaño que merece.

IV

Marcha, columna invasora:

el lodo, los pies raídos

pero llevan los latidos

que el lomerío tremola.

Es adversa cada hora

por Camagüey al andar,

nada los va a doblegar

aún les faltan muchas millas,

besa el suelo, está en Las Villas,

van a enero hasta triunfar.

V

Hombre de firme oratoria

junto al clamor popular,

su verbo es un manantial,

de fuerte convocatoria.

En cada tribuna, euforia,

porque él es inspiración,

armonía, entonación;

es la sabia originaria

del pueblo, fuerza, un aria

cual himno en Revolución.

Una lectura al periódico Revolución, órgano oficial del Movimiento 26 de Julio. / Archivo de la Oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia

VI

Tonalidad guerrillera

un homenaje sin par,

flores atrapan el mar,

aroma de cordillera.

Van dibujando una estela

que la ola acoge en su filo,

amor en cada pistilo

por su epopeya notoria;

está sembrado en la historia,

héroe del pueblo, ¡Camilo!

Sentado, el jefe de la patrulla Alejandro Rodríguez Malagón. Lo acompañan, desde la izquierda: los comandantes Augusto Martínez Sánchez, Dermidio Escalona y Camilo Cienfuegos; el capitán de fragata Juan M. Castiñeiras, el comandante Raúl Castro Ruz y el capitán Antonio Núñez Jiménez. / Archivo de la Oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia

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