En América y Europa volverá a rodar el balón de fútbol
Cual felinos ansiosos, los amantes al más universal de los deportes añoramos con locura la llegada de este verano. Nos frotamos las patas (manos) y relamimos los bigotes.
Antes de los también muy esperados Juegos Olímpicos París 2024, que se inauguran el 26 de julio, habrá mucho fútbol. No es un simple deporte. Enciende los corazones como pocos, o ninguno.
Es imposible que pase inadvertido. No podemos quedarnos quietos en el sofá. Los gritos de gol todavía retumban en el ambiente desde la Copa del Mundo Qatar 2022 o de la reciente Champions League… Para ir matando un poco los deseos, en estas líneas trataré de adelantarme a los acontecimientos, aunque corra el riesgo de quedar en “fuera de juego”.
Desde el próximo 20 de junio arrancará la acción de este lado del planeta, con la celebración de la edición número 48 de la Copa América. El 14 –¡tan pronto como el próximo viernes!– el Viejo Continente comenzará a moverse cuando inicie la decimoséptima entrega de la Eurocopa.
Realmente no es del todo favorable que coincidan las dos lides en fecha. Pocas personas disponen de tiempo para dedicarle tantas horas a ver fútbol. Yo tampoco quisiera perderme nada, pero durante algunas jornadas habrá “maratones” de partidos, a veces hasta cinco, y -a la par- acechan los quehaceres cotidianos, algún que otro apagón…
Incluso, las finales de ambos torneos son el mismo día, domingo 14 de julio, en horarios diferentes. A las tres de la tarde Europa y ocho de la noche América, siempre para el caso de Cuba.
De cualquier modo, miremos el lado positivo. Será casi un mundial dividido en dos mitades por el océano Atlántico. Para redondearlo solo faltarían algunas de las vistosas escuadras africanas y asiáticas, que casi siempre nos sorprenden.
Entonces, sin más dilación, adelanto los que considero mis favoritos. Eso sí, pronosticar, y más en el fútbol, donde un pequeño error o ausencia puede darle la victoria al rival, es súper complicado.
La lectura de los partidos es diferente en cada caso. Lo mismo el estudio previo según los cruces en instancias decisivas. También el estado de forma de los atletas, algunos sobrecargados después de una larga temporada. Todo ello puede terminar influyendo en los resultados.
Obviando lo anterior, en el papel América tiene dos grandes elencos. No por gusto discutieron la última final continental. Argentina es uno de ellos. Nada menos que el actual campeón del mundo, con una generación mentalizada en el triunfo y que dejó atrás muchos años de sufrimiento. Pudiera repetir el cetro sin razones para el asombro en la Copa América.
Su rival en la anterior pelea por la lid continental, final efectuada en el mítico Estadio Maracaná en 2021, fue el entonces anfitrión, Brasil. Los del gigante sudamericano atestiguaron el reinicio del camino a la gloria de la albiceleste, 28 años después de la última conquista en estas competiciones, allá por la era de Diego Armando Maradona, en Ecuador 1993.
Fue sobre todo gracias a la perseverancia de Lionel Messi, los tapes de Emiliano Martínez y la sangre fría de Ángel Di María –definió con sutileza el único gol de ese partido– que regresó la alegría a sus parciales y, al mismo tiempo, desató la tragedia en el otro bando. Un año después llegó la cita del orbe en Qatar y la historia todos la recordamos. Argentina venció a Francia en una final electrizante que acabó en penales. Tocó la gloria como en 1978 y 1986. La gran pregunta ahora es si en el retorno a la Copa América pudiera continuar la racha feliz. Lo cierto es que la base de aquel equipo es la misma en la actualidad.
No olvidemos algo importante. El trayecto fue largo y oscuro. Con otras figuras de renombre, que en su inmensa mayoría ya no están, perdieron dos veces ante Chile en las finales de las ediciones previas del certamen continental por la vía de los penales; y la Copa del Mundo Brasil 2014 fue una pesadilla ante Alemania, que les anotó en los minutos finales del tiempo extra el gol decisivo.
Pero esta es una nueva etapa. Ya insinuamos que Brasil podría ser el principal encargado de poner freno a los dirigidos por Lionel Scaloni. Alrededor de un nombre girará gran parte del guion de la película verdeamarela: Vinícius Júnior. Depende casi todo de lo que pueda ofrecer a la canarinha la estrella del Real Madrid. Por cierto, escuadra campeona de la Champions League, tras derrotar al Borussia Dörtmund en la final con pizarra de 2-0, el segundo tanto precisamente a la cuenta del delantero brasileño. Se encuentra en el mejor momento de su carrera. Aspirante al balón de oro. Si él está bien, los pentacampeones del mundo pueden soñar.
¿Apuntamos un tercer país en la lista de candidatos al cetro? Ese sería sin lugar a dudas Uruguay. Sólidos, entregados, con figuras que terminaron la campaña como titulares en importantes clubes. Además, la nación más ganadora de estas competiciones junto a la propia Argentina, con 15 coronas en sus vitrinas. Y ojo también con Colombia, podría sorprendernos esta vez.
Novedades
Algunas características de la legendaria competición, con más de 100 años de historia, resultan llamativas en esta ocasión. Estados Unidos será la sede por segunda vez, después de la experiencia en la Copa América Centenario 2016. Participarán otros cinco equipos que se clasificaron como invitados por el área de Concacaf, más el anfitrión: la mayor cantidad registrada. Son Jamaica, México, Panamá, Costa Rica y Canadá, este último como único debutante.
Aunque sabemos que el nivel de Sudamérica es notablemente superior, sin duda esto eleva el techo de nuestra área geográfica, que igualmente ofrece una mayor cantidad de partidos. Serán 16 elencos distribuidos en cuatro grupos –usualmente son tres– durante la fase inicial.
Podremos ver en acción a varios habilidosos de la región. Referentes e ídolos. Jugadores con gran presente en sus clubes. Canadá: Alphonso Davies, Jonathan David. Costa Rica: Joel Campbell. Estados Unidos: Christian Pulisic, Giovanni Reyna, Weston McKennie. Jamaica: Leon Bailey, Demarai Gray, Michail Antonio. México: Hirving Lozano, Santiago Giménez. Panamá: Adalberto Carrasquilla.
Otra nueva. Se usará una tarjeta de color rosado en caso de que haya una sustitución ante sospecha de traumatismo craneoencefálico y conmoción cerebral. El cuerpo técnico avisará rápidamente del posible cambio con la entrega de la cartulina al cuarto árbitro. Ello indicará que se llevará a cabo la modificación y será independiente de las cinco convencionales permitidas (en caso de prórroga son seis).
Las juezas también harán historia. ¡Así es! Por primera vez varias mujeres actuarán como árbitras en una Copa América. ¡Enhorabuena!
¿Y Europa qué?
Hay dos equipos que sobresalen cuando analizamos el panorama en el Viejo Continente. Aunque el nivel es considerable en esas latitudes, son Francia, campeón del mundo en Rusia 2018 y segundo lugar en Qatar 2022; e Inglaterra, en deuda con su fanaticada, pero con una nómina de ensueño. De hecho, sería una gran final si pudiera darse.
Antes hay mucho camino por recorrer. El viernes 14 de junio comenzará a rodar el balón en Alemania. Diez ciudades teutonas serán la casa del balompié en ese continente durante 30 días. Un total de 24 selecciones -Georgia la única debutante- divididas en seis grupos, intentarán avanzar lo más posible.
Entre toda esa amalgama de buenos jugadores y planteles, algunos deben figurar por historia y nómina en los cruces. Si me apuran, elegiría con cuidado a estos: Alemania, España, Italia, Países Bajos, Bélgica, Ucrania, Portugal, Escocia, Turquía y Serbia. Además de los mencionados antes: Francia e Inglaterra.
¿Habrá Finalissima en 2025?
De momento el novedoso enfrentamiento no tiene una fecha exacta definida. Se debe realizar entre junio y julio del próximo año.
Recordemos que se enfrentarían, como ocurrió en 2022, los campeones de ambos continentes en un solo partido. Argentina goleó a Italia 3-0 en la primera versión y, por qué no, pudiera darse otra vez ese duelo, o a lo mejor otro Francia-Argentina, como en el Mundial de Qatar 2022, ¿quién sabe? Falta mucho aún para eso.
Y bueno. ¡Qué ruede ya el balón! Así nos calmamos un poco los gatos ansiosos. ¿O nos alteramos más?