Foto./ Cortesía galería Habana
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Indelebles trazos en la memoria  

Inaugurada en la galería Habana exposición homenaje a uno de los referentes más notables del diseño gráfico latinoamericano y cubano: Félix Beltrán


Elogio de la simplicidad es la exposición que, hasta octubre próximo, se exhibe en la galería Habana, a modo de homenaje a uno de los más prolíficos diseñadores gráficos iberoamericanos: Félix Beltrán (1938-2022).

En la muestra coexisten obras de los años 60 y 70, del pasado siglo, con otras más recientes, también, repletas de concisión y fuerza conceptual. / Cortesía galería Habana

Considerado el padre del cartel cubano, este diseñador, pintor, dibujante y grabador concibió una excepcional obra artística que alternó con la reflexión teórica y la docencia en centros académicos de nuestro país y de otras latitudes, en particular, de México, Estados Unidos y República Dominicana.

Concepto y síntesis singularizan a esta muestra que agrupa una selección de reproducciones y algunos libros en los que desplegó su quehacer en el diseño editorial. Sin duda, deviene una propuesta retrospectiva de una obra hilvanada desde la coherencia, el sentido práctico y la funcionalidad para transmitir ideas, mensajes poderosos, de sólida consistencia en los ámbitos político-social, incluso, en distintas formas de activismo.

Más de un centenar de carteles desbordan los predios de la galería para revelarnos la diversidad de matices, el carácter innovador y la síntesis visual que experimentó y desplegó Beltrán a lo largo de su trayectoria artística, profesional y pedagógica.

La selección parece sobrecargar el espacio de la galería; sin embargo, esas formas básicas que se advierten, tan sencillas y repletas de abstracciones minimalistas, de símbolos, figuras, letras, trazos perfectamente delineados, portan conceptos asequibles a los públicos de cualquier época. Ahí radica la grandeza de su “simplicidad”, en no responder a fórmulas ni corrientes en boga para persuadir, convencer, comunicar.

En diálogo con la obra de Félix Beltrán se exhiben piezas de David Beltrán, Yonlay Cabrera, Reinaldo Cid, Felipe Dulzaides, Levi Orta y José Ángel Vincench, para quienes el eminente diseñador devino referente incuestionable. / Cortesía galería Habana

Coexisten en la muestra algunos de sus carteles más universalmente conocidos como los del Che, Angela Davis, los esposos Ethel y Julius Rosenberg, junto a aquellos que acompañaron campañas promocionales de bien público a favor del ahorro de energía eléctrica, de combustible; o que funcionaron para difundir eventos sociales o culturales, de trascendencia en determinados contextos y circunstancias históricas.

Acerca de la complejidad del cartel, como medio de expresión en la práctica del diseño gráfico, aseveró Beltrán en cierta ocasión: “Es el más cercano a la pintura y de los más apreciados por el público a pesar del acoso que enfrenta por otros medios. El cartel es un papel sobre la pared, […] no es un medio manual como lo es el libro que está en nuestras manos y que posponemos su lectura. El público transita frente a él y él tiene que atraer la atención involuntaria de ese público”.

Ese significado lo alcanza con creces esta exposición que sugiere una mirada aglutinadora, plural, diversa, del comunicador perspicaz, impenitente y siempre inconforme que fuera Beltrán. Cada pieza es un universo de grafismos y alusiones de evidente eficacia; por ello, armonizan en una única visión aquellas creaciones de las décadas del 60 y 70, del pasado siglo, en pleno auge del diseño gráfico cubano, con las más recientes, igualmente repletas de concisión y fuerza conceptual.

Sobre la vida y obra de Félix Juan Alberto Beltrán Concepción siempre será poco cuanto se exprese o exponga, pues sus aportes al diseño en América Latina, desde la praxis y la teoría, partieron de una sólida formación académica en instituciones de los Estados Unidos y Europa.

El potente cartel de la campaña por la excarcelación de la intelectual afronorteamericana Angela Davis figuran entre las piezas de esta selección. / Cortesía galería Habana
También se expusieron sus carteles contra el fascismo y la masacre de Hiroshima. / Cortesía galería Habana

A finales de los años 50 del pasado siglo, egresó de la School of Visual Arts, la American Art School y la Art Students League, todas ubicados en Nueva York. Igualmente, estudió en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y en la nación norteamericana fue becario en la New School for Social Research, del Graphic Art Center-Pratt Institute y en el Council for International Exchanges of Scholars.

A lo largo de su recorrido profesional, integró 456 exposiciones colectivas y cerca de 70 individuales. Varias obras suyas engrosan las colecciones de 60 museos. Desplegó una amplia labor como jurado en disímiles eventos nacionales e internacionales, y su inagotable espíritu creador lo llevó a organizar, proponer y fundar certámenes, muestras e instituciones vinculadas con el diseño, especialmente en las naciones azteca e ibera.

Hubo espacio además para el engranaje de grafismos y símbolos que acompañaron a las campañas de bien público por el ahorro de combustible y la prevención de accidentes de tránsito. / Cortesía galería Habana

Fue acreedor de cientos de reconocimientos y distinciones, entre ellos, los doctorados Honoris Causa conferidos por la International University Foundation, en Delaware, y la Universidad Autónoma de San Luis de Potosí.

Además de diversos artículos, escribió cuatro libros que constituyen valiosas fuentes bibliográficas para artistas, críticos, diseñadores y estudiosos en la región y el orbe. Entre los más sobresalientes se destacan Desde el diseño (La Habana, 1970) y Letragrafía (La Habana, 1973), primeros volúmenes latinoamericanos en las temáticas de diseño gráfico y tipografía, respectivamente. Asimismo, aspectos relevantes de su obra se referencian en enciclopedias y diccionarios europeos y norteamericanos.

Con Elogio de la simplicidad más que un tributo a una intensa obra y su creador, se salda una deuda de gratitud de varias hornadas de diseñadores, comunicadores y generadores de imagen.

Flor de Lis López Hernández, destacada profesora del Instituto Superior de Diseño Industrial, de La Habana, ha reconocido que “Beltrán, alejado del interés por modas y tendencias, logró una atemporalidad, una abstracción conceptual sintética, concisa y sin excesos, tan moderna como comprometida que desbordó los límites de nuestras fronteras y su contexto”.

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