La arrogancia de Trump

 El magnate reaviva la amenaza de Washington, con su habitual soberbia imperial


Unos días antes de finalizar su mandato, Joe Biden anunció la retirada de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, una decisión que parecía aliviar la asfixia económica padecida por millones de personas de este lado del estrecho de la Florida. Falsa ilusión. Pocas horas después de asumir su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, Donald Trump anunció que revertía esta y el resto de las medidas adoptadas por su predecesor.

Trump incluyó a Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo al inicio de este, su segundo mandato. / mprnews.org

La gestión saliente también comunicó la suspensión del Título III de la ley Helms-Burton, que legitima la demanda a quienes negocien con propiedades nacionalizadas tras 1959. Por su parte, nuestro país anunció la liberación de 553 personas sancionadas por diversos delitos.

El Ejecutivo de Ronald Reagan impuso por primera vez a Cuba en el listado en 1982. La Habana permaneció en ella hasta mayo de 2015, tras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la visita de Barack Obama, en 2016. Sin embargo, Trump la reincorporó en enero de 2021, al final de su primer gobierno y de nuevo al inicio del segundo.

Durante décadas, la justificación para considerar al país caribeño un Estado patrocinador de actos extremistas se basó en su apoyo a movimientos de resistencia en América Latina y África que luchaban por la justicia social, la liberación nacional o contra el apartheid.

En la actualidad, tres territorios más integran la enumeración: Siria, desde diciembre de 1979; Irán, desde enero de 1984; y Corea del Norte, desde noviembre de 2017. Sin entrar a analizar los motivos de cada una de estas inclusiones, parece evidente que la premisa para incorporar lugares tiene que ver más con intereses que con hechos en sí.

Estar en ese documento dificulta la ayuda humanitaria, limita el acceso de los ciudadanos a servicios financieros internacionales, incluidas cuentas bancarias, pagos online y plataformas fintech, banca digital, y la contratación de servidores y servicios online.

Tal como señala el Ministerio cubano de Relaciones Exteriores, el texto tiene un carácter “amedrentador”, porque disuade a terceros países y empresas de colaborar por temor a represalias estadounidenes, y evidencia la extraterritorialidad de las sanciones financieras.

La subdirectora general para Estados Unidos en la cancillería cubana, Johana Tablada, informó que las medidas comunicadas por Biden «mejorarían el acceso a las instituciones y servicios internacionales». Explicó que una treintena de bancos dejaron de operar tras la pasada inclusión y esa regulación obstaculizó depósitos, pagos, transacciones, créditos y cualquier movimiento de activos en moneda extranjera.

El presidente Miguel Díaz-Canel respondió al anuncio de Trump afirmando que este acto refleja arrogancia y desprecio por la verdad. «No sorprende. Su objetivo es continuar fortaleciendo la cruel guerra económica contra Cuba con fines de dominación».

Una treintena de gobiernos en todo el mundo respaldaron públicamente la decisión de Biden. Países como Brasil, Colombia, Venezuela, al igual que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América–Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y la Comunidad del Caribe (Caricom) celebraron el fin de esta «injusta consideración» y subrayaron el «carácter parcial e insuficiente» del anuncio.

Gobernar desde el odio

El nuevo gabinete presenta varios halcones neoconservadores, como Marco Rubio. / actualidad.rt.com

Junto con esta medida, Trump planteó otras que delinearon su carácter de monroísta puro con el refuerzo del control histórico de Estados Unidos sobre el hemisferio occidental y su olvido del resto del mundo: a la vez que revivió con virulencia la vieja doctrina de América para los americanos (es decir, el continente americano para los estadounidenses).

Así, por ejemplo, otorgó impunidad a alrededor de 1 500 participantes en el intento de golpe de Estado de enero de 2021, exaltó la xenofobia disfrazada de preocupación por la seguridad fronteriza, suspendió una plataforma web para tramitar las solicitudes de asilo, declaró una emergencia nacional en la frontera sur, volvió a atacar el otorgamiento de ciudadanía por nacimiento, retiró a su país de la Organización Mundial de la Salud y del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, abolió las políticas de combate a la discriminación e insistió en anexar a Groenlandia y reimponer el control colonial sobre la zona del Canal de Panamá, así como interferir en los asuntos internos de México.

Expertos no se ponen de acuerdo sobre si Trump estaba fantaseando y alucinando cuando lanzó sus amenazas contra tantos lugares o si estaba poniendo en práctica su estrategia de intimidación para obtener concesiones. Pero ambas interpretaciones pasan por alto el contexto más amplio, que sugiere que está en debate una estrategia más desembozada de intervencionismo norteamericano.

Algunos escriben que una Doctrina Monroe revivida comprendería asociaciones afines en la región con lugares que comparten objetivos comunes. En cuanto al enemigo más cercano, son los movimientos progresistas de América Latina. Y para su lucha contra ellos, el nuevo gabinete cuenta con la presencia de varios halcones neoconservadores, como Marco Rubio o Mauricio Claver-Carone.

Es claro, por otra parte, que para hacer frente a las amenazas de Donald Trump no se requiere de alarmismos, sino de serenidad y de sentido de unidad nacional de la sociedad en cada uno de los países y de trabajo intenso, eficiente y coordinado en todos los frentes.

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Un comentario

  1. La moneda SIEMPRE tiene 2 caras. Sí y No. Todo imperio decide qué hacer con el mundo. Siempre ha sido así y lo será también con el próximo imperio cuando los EEUU dejen de serlo, al menos militarmente no por el resto del presente siglo. En ese sentido, nada que objetar. Los Republicanos consideran que ellos son los llamados a poner orden al mundo. Rusia, China y todos sus aliados importantes militarmente (Irán y Corea del Norte), juntos aún no pueden contra los EEUU y sus aliados militares importantes (toda la Unión Europea, Inglaterra, India y Japón) básicamente porque aún no crean tecnología propia, la copian a los EEUU.

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