Cautivó al público del Apollo Theater con su espectáculo “Libando las Mieles de la Solidaridad”, que denuncia las injusticias. Los niños cubanos lograron que los asistentes aplaudieran, tararearan y bailaran al ritmo de sus canciones y mensajes de esperanza
Es imposible quedarse inmóvil, insensible ante la magia de La Colmenita de Cuba. A donde quiera que llega, sea un teatro nacional, un paraje intrincado de la serranía cubana o un gran escenario internacional, quien tiene fibra humana, vibra. No es de extrañar entonces que la presentación esta semana en el Apollo Theater, de Nueva York, haya calado hondo en los asistentes.
El abrazo de los niños de Cuba es un gesto que trasciende fronteras y culturas. En cada actuación, se siente el calor humano y la alegría que irradian. Esta vez, al ritmo contagioso de Son de la Loma y otros temas cubanísimos, el público no pudo resistirse. Aplaudieron, tararearon y bailaron, dejándose llevar por la energía y el talento de estos pequeños grandes artistas.
Su nuevo espectáculo “Libando las Mieles de la Solidaridad” se presentó en un acto conmovedor para apoyar la causa del levantamiento del bloqueo a Cuba, denunciar el asedio a la República Bolivariana de Venezuela y la agresión al heroico pueblo de Palestina. Todo esto ocurrió mientras se celebraba el Segmento de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en la misma ciudad.
“Libando las Mieles de la Solidaridad” es un canto en verso, nacido del alma y el corazón de los niños cubanos, quienes agradecen las innumerables muestras de solidaridad de todos los pueblos del mundo hacia las causas justas.
Mientras los pequeños compartían sus sueños de un mundo mejor, sus voces se elevaron en pos de la esperanza y la unidad. El espectáculo culminó con la siempre inspiradora invitación del cantautor Silvio Rodríguez para juntos “andar, con todas las banderas, trenzadas de manera, que no haya soledad”.
“El público estaba muy emocionado. Me encantó su reacción cuando canté Vamos a andar y además lo hice con una bandera de Palestina en la mano”, cuenta con su gracia natural una de las integrantes más pequeñas de la gira, Valeria Savchenco Soto.
Algo que les impactó a todos fue la respuesta de los asistentes ante su propuesta artística. Así lo expresó la niña Amalia Lamazares Cornelio, otra de las más jóvenes: “El teatro estaba repleto. Me parecía que estábamos en Cuba, porque allá siempre todos los teatros están repletos. Me sentí súper bien, es un teatro por donde pasaron muchos artistas famosos y tocar ese escenario me encantó”.
El Apollo Theater, situado en el corazón de Harlem, en el Upper Manhattan de Nueva York, es mucho más que una simple sala de conciertos. Este teatro es un símbolo de la rica historia de la música afroamericana en Estados Unidos. A lo largo de los años ha sido el escenario donde legendarios artistas como Ella Fitzgerald, Duke Ellington, Aretha Franklin y Michael Jackson dieron sus primeros pasos hacia la fama. Su legado perdura como un faro de inspiración y talento, celebrando la diversidad y la creatividad que han definido la música popular en ese país.
Es la cuarta ocasión que La Colmenita llega a Estados Unidos a mostrar su talento. “Para nosotros, los mejores públicos son los de la solidaridad en todo el mundo y en el Apollo estaba reunida gran parte del movimiento solidario por las causas justas de los pueblos del sur –dijo Tin Cremata, director general de la compañía. Estaba nuestro ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, y personalidades de todas las esferas que sienten y luchan por la causa contra el Bloqueo, contra el asedio a la República Bolivariana de Venezuela, contra el genocidio en Gaza y en apoyo al pueblo palestino. Además, venimos de Tampa. Allá tuvimos el privilegio de inaugurar un edificio de 124 habitaciones dedicado íntegramente a José Martí, un gesto hermoso de los hermanos cubanos de Tampa”.
Al finalizar su estancia en Nueva York, La Colmenita se presentará en Washington DC, marcando la última etapa de su gira.