En el corazón del Caribe colombiano, la gastronomía no solo alimenta el cuerpo, sino que también preserva historias ancestrales y tradiciones que han trascendido generaciones. Entre los sabores que adornan la rica cultura culinaria de Cartagena, destaca un manjar que combina historia, sazón y alegría: el plátano en tentación.
Este delicioso postre, con raíces que se remontan a los pueblos indígenas de la región, refleja la fusión de culturas que han moldeado la identidad caribeña. Antes de la llegada de los europeos, las comunidades locales ya cultivaban plátanos y otros frutos, base de su alimentación. Sin embargo, la historia del plátano en tentación se enriqueció aún más con la influencia de los africanos esclavizados, quienes aportaron técnicas culinarias y especias que transformaron su preparación. Posteriormente, los colonizadores españoles introdujeron ingredientes como el azúcar, dando lugar a combinaciones únicas que todavía hoy deleitan paladares.
En Cartagena, este postre se ha convertido en un símbolo de la tradición popular. Consiste en plátanos maduros cocidos en una mezcla de azúcar, canela, mantequilla y la emblemática Kola Román, una bebida que nació en 1835 gracias a un inmigrante español y que aún hoy resalta en la gastronomía local. La Kola Román, más antigua que Coca-Cola, no solo acompaña los postres, sino que también se integra en recetas como el pan remojado en Kola y las malteadas, formando parte de la identidad culinaria de la región.

El plátano en tentación no solo es un postre; es un testimonio vivo de la diversidad cultural y la historia de Cartagena. Su sabor dulce y su aroma especiado evocan el pasado colonial, la influencia africana y la tradición indígena, fusionándose en una experiencia gastronómica que cautiva tanto a locales como a visitantes. Se sirve como acompañante de platos salados, especialmente las tradicionales carnes cartageneras, formando un equilibrio perfecto entre lo dulce y lo salado.
Hoy, en hogares y restaurantes de Cartagena, esta receta continúa viva, transmitida de generación en generación, manteniendo viva la memoria de un pasado que aún se saborea en cada bocado. La historia del plátano en tentación es, sin duda, un reflejo de la riqueza cultural del Caribe colombiano, un manjar que invita a saborear no solo su dulzura, sino también sus raíces profundas y su alma mestiza.
En Cuba, también lo tenemos como uno de los postres más degustados.
Ingredientes:
●5 plátanos bien maduros
●5 cucharadas de azúcar blanca
●5 cucharadas de azúcar prieta
●4 cucharadas de vino seco o vino blanco
●2 ramitas de canela
●2 cucharadas de mantequilla.
Preparación:
Pela los plátanos y colócalos en una cazuela llana. Introduce los pedacitos de canela. Cubre los plátanos con el azúcar, vino seco y la mantequilla.
Pon a fuego lento durante una hora o hasta que los plátanos estén cocinados y el almíbar amelcochado.


















