La OTAN desbordada

En la región, terceros serviles rinden pleitesía al “excepcionalismo” yanqui contra los chinos


Demonizada una y otra vez, la República Popular China (RPCH) vuelve a encarar a los representantes del llamado mundo libre que se desdicen de sus propósitos pacificadores al evidenciar, por escrito, cuáles son las verdaderas motivaciones en el ingente juego de la Geopolítica. Hace unos días, el Ministerio de Relaciones Exteriores del gigante deploró y se opuso enérgicamente a la declaración final de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebrada en Washington, cuyo contenido exagera las tensiones en la región Asia-Pacífico. La indignación de Beijing mucho tiene que ver con los comentarios belicosos del documento, fiel reflejo de una insuperada mentalidad de Guerra Fría. La agencia noticiosa Xinhua difundió la postura del portavoz de la cancillería, Lin Jian, colocando las cosas donde van: “la incursión de la OTAN en Asia-Pacífico; el reforzamiento de sus lazos militares y de seguridad con los países vecinos de China y con los aliados de los EE.UU.; y con este para implementar la Estrategia del Indo-Pacífico, perjudican los intereses nacionales chinos, y perturban la paz y la estabilidad en esa zona”. China no se anda con rodeos. (1)

La incursión de la OTAN en Asia-Pacífico es un peligro para la paz: Lin Jian, portavoz de la cancillería china. / prensa-latina.cu

Situaciones que, en conjunto, han sido cuestionadas y rechazadas por los países de la región. El dato más sobresaliente del encuentro, publicitado con demasiadas fanfarrias, es convertir definitivamente a China en adversario estratégico. Se dirá que ya estaba implícito en la concepción belicista de la OTAN, lo que se ve en lo que sucede con el contencioso ruso-ucraniano. Pero lo novedoso es que a partir de aquí se pasa a planos operativos de coordinación más directa con los EE.UU., lo cual es de sumo agrado para el imperialismo, desasosegado al imaginar que la RPCH podría vencerle en “la carrera” por el poder mundial. De nada vale que el socialismo chino asegure que esas no son sus aspiraciones vitales, ni el insistir en que sus diferencias territoriales las dirime por métodos siempre dialogantes y pacíficos, a través de la ASEAN u otros mecanismos multilaterales.

Se espera que ahora la OTAN se gire con mayor frecuencia hacia el AUKUS (acuerdo político-militar entre Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos), hacia Nueva Zelanda y, lo que es peor, que eleve a rango de prioridad los nexos militares con otros dos actores sobresalientes de la zona: Japón y Corea del Sur. El sitio digital Voltaire señala otra preocupación muy extendida dentro del ámbito académico y periodístico: El gigante asiático sentirá con renovada fuerza la presión anglosajona en la disputa de espacios y aliados, así como una activación más resuelta del separatismo taiwanés. La misma fuente advierte que el acorralamiento de China enfrenta un problema de índole cultural, pues los países de Asia-Pacífico son a menudo excolonias de los miembros de la OTAN y lograron consolidar su independencia con un desarrollo a veces superior al occidental, por tanto aspiran a la estabilidad. En cambio, ¿qué se les promete?: “servir de carne de cañón en las guerras que se planean en Washington y Bruselas”.

No en balde Beijing tuvo a bien instar a la organización de marras a abandonar la mentalidad de la Guerra Fría, la confrontación de bloques y el enfoque de suma cero; dejar de interferir en los asuntos internos chinos y abstenerse de vilipendiar a la nación, así como no perturbar las relaciones entre China y Europa. En cualquier caso, el gran país asiático defenderá con firmeza su soberanía, su seguridad e intereses de desarrollo. Y para concluir, lanzó una certeza: “A través de su propio desarrollo y cooperación internacional, China inyectará más estabilidad y energía positiva a la paz y seguridad mundiales”.

Beligerancia desde lejos

Recientemente, los EE.UU. y Filipinas avivaron las tensiones en el mar de la China con ejercicios militares conjuntos. / diarioamanecer.com.mx

En 2011, la revista Foreign Policy Magazine publicó un artículo de la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, titulado “America´s Pacific Century”, en el que se introduce el término Pivote para insertar a la región dentro de la política yanqui. En consideraciones de Enrique R. Martínez Díaz, investigador del habanero Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), posteriormente este enfoque recibió la denominación de Rebalance, enmarcado en dos documentos fundamentales de la administración de Barack Obama: “Lineamientos Estratégicos del Departamento de Defensa del año 2012” y la “Estrategia de Seguridad Nacional del año 2015”. En ambos se puntualizaba la intención de concentrar los esfuerzos políticos, económicos y militares de los EE.UU. en la región del Pacífico, e -incluso- cambiar la proporción de fuerzas castrenses yanquis destacadas allí: del 50 por ciento que se tenía hasta ese momento en la correlación Atlántico-Pacífico al 60 por ciento de los principales medios de combate.

Y prosigue el también máster en Historia Contemporánea: La administración de Donald Trump, aun cuando ha evitado utilizar la denominación de Rebalance, continuó concentrando su accionar en la región, a la que rebautizó como Indo Pacifico; esto se confirmó en su actividad política. Por ejemplo, en febrero de 2017, el entonces secretario de Defensa, James N. Mattis, en su primera visita al exterior, se dirigió a Japón y Corea del Sur, no a los países de la OTAN. Según Martínez Díaz, en su estudio “Las tensiones internacionales en Asia-Pacífico”, los EE.UU., como principal potencia imperialista a nivel global, tiene intereses en todo el planeta, inclusive en el espacio exterior, pero en la actualidad es en la región que ellos denominan Indo Pacífico donde concentran sus objetivos estratégicos y sus principales contingentes militares. Esta tendencia se mantiene en 2024 con Joe Biden, puesto que es el escenario del Estado considerado su principal rival estratégico, la RPCH, la cual asimismo tiene fuertes lazos con otro adversario, la Federación de Rusia. Los EE.UU., además, azuzan sustanciales tensiones relacionadas con el área geográfica: en Afganistán y la Península Coreana. Con esta supeditación la OTAN pierde toda su autonomía, si la tuvo. (2)

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3 comentarios

  1. El cuento de nunca acabar, el imperialismo y sus vasallos siempre atentando contra la paz y coexistencia pacífica mundial, solo que tratándose de la RPCH les muy difícil sino imposible sus ambiciosos objetivos

  2. Excelente este lucido y bien fundamentado análisis de María Victoria, así como sus enjundiosas referencias. Habría sido imperdonable que se me perdiera entre los pendientes sin revisar. Con trabajos de este calibre. Bohemia está aportando sustancialmente a un mayor y más profundo conocimiento de las realidades y tendencias del entorno geopolítico en que vivimos.
    Al respecto me gustaría añadir aquí, para lectores interesados, una valiosa reflexión acerca de la Iniciativa Global de Seguridad, bandera de paz y desarrollo compartido que levanta China frente al guerrerismo de la OTAN y la cultura de hegemonismo supremacista ‘occidental.
    👇

    Las dos propuestas chinas que Orbán rescató en Pekín

    Maria Fe Celi Reyna

    Publicado:19 jul 2024 21:17 GMT  RT

    El primer ministro húngaro Viktor Orbán y el presidente chino Xi Jinping. Pekín, el 8 de julio de 2024.Vivien Cher Benko/Oficina de prensa del primer ministro húngaro/MTI vía AP

    Viktor Orbán está enfrentando intentos de sabotaje dentro de la misma Unión Europea por el gran «crimen» de tomar acciones concretas para alcanzar la paz en Ucrania.
    Su llamada ‘Gira por la paz’ tuvo cinco paradas que incluyeron Kiev, Moscú, Pekín, Washington y Mar-a-Lago, donde se reunió con Donald Trump. En Washington también se encontró con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dado que fue por la intermediación turca que Kiev y Moscú estuvieron muy cerca de firmar un acuerdo de paz.
    Días después de su gira, Orbán envió una carta al Consejo Europeo explicando sus observaciones y la lógica de su gira, cuyo contenido después empezó a circular en redes sociales. En el texto indica que sólo EE.UU., la UE o China podrían influir en la resolución del conflicto y que por ello los incluyó en su travesía.
    Asimismo, sugiere la necesidad de iniciar un proceso de negociaciones de paz, con conversaciones de alto nivel con China. Durante su gira, también dijo claramente que mientras EE.UU., seguido por la UE, tienen una política de guerra, China sí tiene un plan para la paz.
    Lo que hizo Orbán fue ir a Pekín a rescatar una propuesta que no es nueva. Fue publicada el 24 de febrero de 2023. A su vez, esta se sostiene sobre los principios de la Iniciativa Global de Seguridad (IGS), un documento publicado tres días antes en el cual China plantea al mundo una propuesta de seguridad global que busca la paz antes que la guerra. 

    Durante su gira, Orbán dijo que mientras EE.UU., seguido por la UE, tienen una política de guerra, China sí tiene un plan para la paz.

    Es una mirada distinta que, en estos momentos de decadencia occidental y con una OTAN cada vez más agresiva, es absolutamente necesario conocer.

    Los principios de la IGS

    La IGS plantea que la situación del mundo actual se debe a que hay déficits de paz, desarrollo, seguridad y gobernanza global. Asimismo, los intentos de solucionarlos no van a la raíz de los problemas. La IGS plantea seis compromisos para todos los Estados que se pueden agrupar en cuatro principios básicos.
    Los países deben comprometerse a una visión de seguridad común, comprehensiva, cooperativa y sustentable. Esto significa acordar que existe una sola seguridad que incluya los intereses de todos y respete las preocupaciones de seguridad de cada país. En este sentido, la IGS también recoge el concepto de seguridad indivisible planteada numerosas veces por el presidente Vladímir Putin.

  3. Excelente este lucido y bien fundamentado análisis de María Victoria, así como sus enjundiosas referencias. Habría sido imperdonable que se me perdiera entre los pendientes sin revisar. Con trabajos de este calibre. Bohemia está aportando sustancialmente a un mayor y más profundo conocimiento de las realidades y tendencias del entorno geopolítico en que vivimos.

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