Ilustración. / cubadebate.cu
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Mil maneras de “darle” a un prepotente 

El cuerpo se ejercita; la mente atada a la realidad. Un gimnasio y la vuelta de Donald Trump


En los lugares más inimaginados y ante actividades supuestamente alejadas de la compleja telaraña de las relaciones internacionales nacen opiniones dignas de mención. Algunas las escuché mientras andaba en mis habituales ejercicios matinales, envuelta por esa determinación que se desboca cuando al mirarnos al espejo surge la aguda pregunta: ¿A dónde me fui? Así, con esa mezcla de inseguridad y deseos de comerse el mundo, una se encamina con sus ahorros al gimnasio del barrio.

Donald Trump volvió a colocar a Cuba en la lista de supuestos países patrocinadores del terrorismo, el 20 de enero 2025, el primer día de su vuelta a la Casa Blanca. / elchamuco.com.mx

El asunto no seré yo. Tan solo soy el vehículo narrativo para trasmitir los airados criterios de mis compañeras de sesión ante lo que varias llamaron “el pica-pica de Trump”. Sí, sobre el inefable hombre amarillo son estas líneas. El 21 de enero 2025 me encontraba en el salón de las bicicletas fijas, porque tal como me explicó el entrenador “bicicletear” es el ejercicio óptimo para fortalecer el corazón y tonificar los músculos del tren inferior, dígase piernas, muslos, glúteos; y del superior; los abdominales y la espalda. Sin ningún camino por recorrer que no fuera el de mi salud, andaba absorta en el anhelo de estar “buena” otra vez, cuando “La China” exclamó: “¿Terroristas nosotros?, terrorista él que impide que llegue el pollo. Caballero, hay que ser sinvergüenza”.

Para mis adentros rezongué: “Ni aquí me escapo de los dichosos problemas cotidianos”. Sin embargo, comprendí al punto que era obvio “volver sobre mojado”, porque pensar que el negociante trasmutado en falso emperador del planeta iba a dejarnos tranquilos era similar a creer que yo iba a volver a mis dorados 20 años. Suavemente seguí pedaleando guiada por el aliento del entrenador: “Aguanta otros cinco minuticos más”. Logré sostener el ritmo en tanto pensaba: “Ni un segundo le vamos a aguantar a quien se siente por encima de los pueblos”. Como prueba estaban ante mí Graciela, Inés y Yunisleydis, empeñadas en lucirse en el fitness como si se tratara de enfrentar al “Cara Pálida” de turno, conocido por la aberración de colocarnos (dos veces) en la lista de países supuestamente patrocinadores del Terrorismo.

Es increíble la cultura política alcanzada por los cubanos, en especial la de las cubanas, que, a golpe de desbaratar planes culinarios a falta de lo necesario para una buena alimentación, miden las consecuencias del bloqueo yanqui al sustituir la receta con lo que se tiene a mano. Es cierto, la gente no suele hablar de esos temas con los tecnicismos y precisiones de los discursos políticos, aunque sí existe conciencia sobre el alto porcentaje de responsabilidad de “los vecinos de enfrente”. Particularmente Donald Trump es antipático a nuestros ojos: “Por culpa de ese bicho, mi marido se quedó sin trabajo en Nao Paladar, allá en Obispo… al espantarnos a los Cruceros, el dueño recortó personal. Figúrense, adiós turistas”, recordó con rabia Laura, una mulata entradita en carnes. Sus palabras le sirvieron de impulso para acometer como si nada la cuclilla cincuenta.  

La miraba envidiosa y quise contagiarme con ese brío, imaginando las muchas cosas que se han dejado de hacer por culpa de un oscuro odio de parte de la nación norteña. No funcionó, de modo que decidí dejarme guiar por la voz del instructor, quien una y otra vez repetía: “Arriba, muchachitas, denle duro, que yo no hago milagros”. “¿Milagros? ese es el que nos hace falta, pero que sea de Changó, a ver si lo parte un rayo”, ripostó muerta de la risa alguien al fondo del salón de pesas.

Con resignación, y dando palmadas para anunciar el fin, el entrenador nos reunió a todas, unas 15 en el turno tempranero: “Como no practiquen flexiones en casa y se dejen de tanta bobería con el gallo ese, jamás le van a ganar a Ivanka” –una de las hijas del 47 presidente yanqui–. La bulla se generalizó. ¿Y el entrenador? Quería se lo tragara la tierra: “Calma, calma. Rectificó: sé que pueden”. Reímos: “Seguro vamos a joder a Trump”, me animé a decir. Aquello parecía un acto patriótico de los buenos; el gimnasio cerró a mil…

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3 comentarios

  1. Simpática y representativa anécdota ejemplo de la resiliencia y comprensión popular de inducida precaria situación del actual pseudo emperador. Cinica evidente muestra de la prepotente y oportunista intención imperialista que impunemente amenaza a la humanidad cada vez más preparada para enfrentarla.

  2. Chispeante humor criollo en los comentarios de las esforzadas culturistas empeñadas en mostrar que el aspecto tambien puede obedecer a la voluntad. Un muestrario aleatorio del justificado rechazo femenil al nuevo emperador que amenaza con otra perversa vuelta de tuerca anticubana.

  3. Para evitar la muerte por estos castigos de Dios desastres naturales incendios terremoto más mag 7 tsunami volcán meteoritos virus covid-19 Donald Trump los no musulmanes a convertirse al Islam y los musulmanes a aplicar el Corán al 100% en Estados Unidos en México en Cuba en Indonesia y en los 6 continentes el regreso de Jesús Imam Mahdi Anticristo de mentiras en islam.

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