Erislandy Álvarez liquidó en 28 segundos. / Calixto N. Llanes
Erislandy Álvarez liquidó en 28 segundos. / Calixto N. Llanes

No olvidemos

 El progreso de un deporte popular está incompleto sin su gente


Cuando nuestros púgiles suban al cuadrilátero en la cita olímpica de Los Ángeles 2028 cargarán sobre sus espaldas un palmarés histórico de 80 medallas (42 de oro-19 de plata-19 de bronce), solo superado por los Estados Unidos (50-27-41=118).

El denominado buque insignia del deporte cubano, con la inclusión de las mujeres de manera oficial desde diciembre de 2022, debe tener mucho para aportar como espectáculo en el futuro. Y lo hizo siempre. La diferencia ahora radica en la posibilidad de recaudar fondos.

Siempre y cuando el dinero vaya a los bolsillos indicados estaremos en el camino correcto: el de los boxeadores y sus entrenadores; además, en la inversión en escuelas y combinados deportivos, que mucho lo necesitan.

Habría que pensar también en los que hubieran querido llegar al Hotel Meliá Internacional de Varadero: esos que, no olvidemos, repletaron el Coliseo de la Ciudad Deportiva la primera Noche de Campeones, el 27 de agosto de 2024, y ahora no pudieron.

Dirigir “fragancias” de moneda dura hacia lides domésticas podría ser una opción para con los seguidores de nuestros campeones. Tenemos la amarga experiencia de la Serie Nacional, en Camagüey, del 16 al 22 de diciembre de 2024. En su momento escribí “La sentida ausencia del espectáculo”.

El boxeo es fiesta en muchas latitudes. Imitar cualquier patrón exitoso es bienvenido. Sigamos en ese rumbo, pero miremos también hacia abajo. Muchos de los mejores púgiles han emergido del pueblo. Es importante recordar de dónde venimos.

Aquí la gente está ávida de entretenimiento. En el deporte de los puños –mucho menos costoso que otros– nuestro país ostenta una de sus mayores fortalezas.

Los hechos

A no ser que los apagones tengan otras cifras bajo sus “oscuros guantes”, quiero soñar con que millones de espectadores estuvimos pendientes al televisor este viernes 11 de abril para la Noche de Campeones desde Varadero.

El mejor momento lo protagonizó Erislandy Álvarez, en los 63.5 kilogramos (kg). El campeón bajo los cinco aros en París 2024 liquidó en apenas 28 segundos al dominicano Brainer Vásquez, quien a pesar de sus 21 victorias –13 de ellas por nocaut– y tan solo cinco derrotas, se llevó la sexta, tendido con un derechazo tempranero que dejó mal su pómulo izquierdo.

Julio César La Cruz, doble monarca olímpico, llevó ¡cuatro veces! a la lona, eso sí, después de caer él una primera vez, para remontar en menos de tres rounds el combate estelar, frente al montenegrino Dilan Prasovic (101.6 kg).

Lázaro Álvarez fue otro que, con un poco más de cordura, hizo de las suyas. Tras dos conteos de protección del referí, vio concluidas las acciones antes de que iniciara el octavo, una decisión tomada por la esquina del dominicano Miguel Santos (61.3 kg).

Punto y aparte para la dama Yakelín Estornell. Debutó como la primera mujer cubana profesional y doblegó a la dominicana Lina Tejada por nocaut técnico en el segundo. Nada menos que una ganadora de 13 combates, 10 de ellos por la vía del cloroformo, con solo cinco reveses y un empate.

Del bicampeón olímpico Árlen López hubiera querido ver más. Fue superior en los 10 rounds, pero creo que su potencia daba para liquidar antes al argentino Martín Bulacio en 79.3 kg. Todos los jueces votaron a favor del nuestro.

Son tiempos de cambio, pero necesitamos paridad en la báscula de pesaje. Hoy Varadero, mañana Cuba.

Comparte en redes sociales:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Te Recomendamos