¿Qué ha pasado en Afganistán desde 2021?

Este 31 de agosto se cumplen tres años de la retirada estadounidense de suelo afgano. El control del Talibán regresó a la nación centroasiática para perjuicio de su población. La ONU, preocupada


Los mismos guerreros religiosos que le hicieron frente a las fuerzas soviéticas formaron en 1994 el grupo Talibán, cuya aspiración era crear en Afganistán un Emirato Islámico. Ostentaron el poder durante varios años y fueron “derrotados” en 2001. Unos 20 años después, el 15 de agosto de 2021, se reintegraron a la narrativa nacional y se hicieron, otra vez, gobierno.

¿De esa fecha a acá qué ha cambiado?

A pesar de la marginación, hay mujeres afganas, de la capital sobre todo, que salen a las calles a manifestarse por sus derechos. / es.ara.cat

En los tres últimos años las postales afganas parecen recuerdos amarillentos de décadas supuestamente idas para un imaginario colectivo que aspiraba a un Estado moderno en todo el sentido de la palabra, pero que nunca encaró las condiciones propias de la historia, reciente y pasada, de la nación centroasiática: las mujeres siguen sin tener acceso a la educación, al deporte y a distintas ocupaciones, porque su lugar es la casa; y, cuando salen, deben tener escolta masculina, con lo que el hogar se convierte en una prisión. En marzo de 2022, a las niñas de la enseñanza secundaria se les prohibió asistir a la escuela hasta nuevo aviso, situación aún en ascuas. En 2023, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), agencia de la ONU, lanzó un S.O.S por valor de miles de millones de dólares para poder suministrar al menos una comida diaria a 15 millones de personas, de 38 millones de habitantes, pues el pueblo afgano es de los más hambreados del mundo. (1)

La ONU enciende las alarmas

Otro dato tan inquietante como los anteriores refiere el masivo desplazamiento de almas hacia Irán y Paquistán, en un intento por encontrar mejores condiciones de vida. En ese sentido, la ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados) señaló que, a pesar de una ligera disminución de los movimientos migratorios en 2024, todavía son más los que salen que los que entran. Los que retornan llegan a un país que les garantiza muy poco. El Ministerio de Refugiados y Repatriación de Afganistán mostró su desacuerdo en una nota de protesta este 7 de agosto.

Además de este sensible asunto, los desastres naturales dejan huellas profundas en el difícil bregar afgano. La ONU estipula que en lo que va de año más de 145 000 personas se han visto afectadas por catástrofes meteorológicas en todo el territorio nacional, donde 33 de las 34 provincias han sufrido algún tipo de fenómeno extremo. El último se dio en junio, con fortísimas lluvias y repentinas inundaciones, provocando casi 500 muertes, más de 10 000 hogares destruidos o con daños, miles de familias desplazadas, infraestructura pública y agrícola perjudicada, incluidos caminos, puentes, instalaciones médicas y escuelas, así como servicios básicos hídricos y sanitarios. Todo este panorama, según la ACNUR, profundiza la crisis social, de las más pronunciadas del orbe, con 23.7 millones de personas que en 2024 necesitarán asistencia. La Organización de  Naciones Unidas, preocupada por la situación interna, presentó un informe de su secretario general, António Guterres, sobre los riesgos humanitarios, económicos y de seguridad. Documento que también fue rechazado como “calumnia” por el portavoz adjunto del Talibán Hamdullah Fetrat, quien declaró que las evaluaciones “son orquestadas por sectores específicos para ejercer presión contra nosotros”.

Abrir el camino a la democracia, reclamo mundial

El cúmulo de calamidades parece no tener fin y toca cada uno de los trozos que quedan de Afganistán. La nación antes de 2021 basaba su presupuesto nacional en un 40 por ciento de la ayuda financiera internacional, sin estimular un desarrollo propio. En la actualidad, Kabul encara sanciones económicas y carece de liquidez. Para contrarrestar el desfavorable escenario aumenta sus exportaciones; por ejemplo, las del carbón, aunque se especula que continúa, como antaño, de proveedor mundial de opio, droga obtenida del cultivo de la amapola, que resulta en una atractiva inversión del campesinado a falta de otras perspectivas.

El enfrentamiento con el ejército talibán provocó del lado de la coalición occidental unos 7 500 muertos y 200 000 del lado afgano. Así y todo, el Talibán entró en Kabul el 15 de agosto de 2021. / epimg.net

Y para colmo de males, la comunidad internacional, Occidente en particular, le reprocha al Emirato Islámico la ausencia de una nueva constitución que responda a los requerimientos de la democracia a semejanza de las “naciones civilizadas”, pedido ridículo, porque los actuales gobernantes se rigen por la Ley Islámica como doctrina de Estado. El país centroasiático, sin embargo, busca aceptación y legitimización a los ojos de los grandes poderes –Rusia y China, con vistas a investigar opciones de salidas; su viceministro de Justicia, Abdul Karim Haidar, informó el 9 de agosto que se trabaja en leyes subsidiarias, se analizan cientos de documentos, órdenes, reglamentos, estatutos, procedimientos, pero reconocen que una Carta Magna “es un tema importante”. Activistas de derechos humanos consideran que, de gestarse una Constitución, sería un soporte para intentar acabar con ciertas vulneraciones y salvaguardar necesidades elementales protegidas por Ley. Proyección de futuro en mi criterio demasiado optimista y un tanto ingenua. Habrá que esperar para otros juicios de valor; empero, parece que ciertamente se estudia la posibilidad de una mayor legitimación. (2)

El país centroasiático sigue siendo pieza mundial

Si bien tras la salida de los Estados Unidos y de la coalición occidental el mundo parece haber dejado en el olvido a los afganos, lo cierto es que hay una pléyade de organismos planetarios que aúnan esfuerzos. Estas labores, sin duda altruistas, optan más bien por dádivas. Beijing, en cambio, en una apuesta de alta política, aboga por abrir canales diplomáticos sustentables y llegar a acuerdos con Kabul tendientes a restituir en algo lo obtenido cuando la República afgana (2001-2021), por la cual se quebraron tantas lanzas. La injerencia militar estadounidense nunca deja ningún saldo positivo, el panorama actual lo demuestra: desató el pandemónium en las montañas rocosas afganas en su búsqueda de Bin Laden sin articular un gobierno local autosuficiente económica y financieramente. Ni siquiera pudo mantener un ejército firme y evitar lo inexorable a partir de las circunstancias invasivas creadas, cuando fomentaron un fundamentalismo islámico soberanista, amparado en sus inicios por la CIA, la cual creó una temida hidra, a la que le siguen naciendo cabezas. El Talibán regresó y jugará, más temprano que tarde, sus cartas geopolíticas; es solo cuestión de tiempo.

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2 comentarios

  1. Impactante revelación de un
    increíble panorama en pleno Siglo XXI, origen, desarrollo y terribles consecuencias.
    No existen hoy fuerzas políticas o populares capaces de luchar y forjar cambios progresivos ?

  2. Tengo en la memoria las loas en textos e imágenes que prodigaban los principales medios hegemónicos a los bellos soldados de dios, como denominaban entonces desde Occidente a los flamantes Talibanes esbeltos y enfundados de blanco, y quienes aupados y bien abastecidos por los servicios de inteligencia de EEUU combatían a las tropas soviéticas que acudieron a Afganistán a pedido de un gobierno aliado, finalmente derrocado, incluida la extremadamente costosa para la URSS que resultó su fallida incursión militar al vecino país centroasiático.
    Lo otro que involuntariamente prioriza mi pensamiento es la incalculablemente destructiva ocupación de ese sufrido país durante más de 20 años por EEUU y una coalición de aliados incondicionales al margen de la legalidad internacional, concluida con una vergonzosa huida en estampida y la aplicación de sanciones brutales.
    En la actual situación muy bien actualizada por María Victoria, tal vez el buen juicio que pudiera irse abriendo paso es el del presidente ruso cuando aconsejó que ante los conocidos desafíos que se enfrentan en Afganistán deberían tenerse en cuenta las realidades y establecer relaciones con quienes gobiernan ese país.
    Ojalá que las valerosas mujeres de esa atormentada nación pudiesen avanzar hasta el lugar que humanamente les corresponde, y que sería el único modo de encaminar la solución a la crisis interna.
    Gracias por esta interesante publicación.

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