Cuba se preparaba para la Copa América con la esperanza de participar en el Clásico Mundial
• NO SE CONOCÍAN nuevos detalles –al cierre de esta edición– con respecto a la “famosa” licencia para que Cuba participara en el próximo Clásico Mundial, previsto a efectuarse en marzo de 2026. La incertidumbre crece inevitablemente con el paso de los días. En un escrito anterior expresé: “¿Este pudiera ser el primer Clásico sin nuestra selección? Sería pisotear una vez más, de una forma muy burda, los compromisos adquiridos por la sede de un evento”. Y es que hasta octubre de 2025 la totalidad de las visas para eventos deportivos en suelo estadounidense habían sido negadas a nuestro país. Por tal motivo, el Clásico seguía estando en veremos. No obstante, el cuerpo de dirección del equipo que participaría allí fue dado a conocer junto con la preselección del elenco en preparación para la Copa América (del 13 al 22 de noviembre de 2025). Un anuncio importante, pues es muestra de que, a pesar de todo, se sigue trabajando con la mirada puesta en la magna competición. Acompañarán a Germán Mesa, mánager declarado meses antes, Humberto Guevara (entrenador/jefe técnico), Noelvis González (coach de banca), Omar Linares (entrenador de bateo), Jesús Bosmenier (entrenador de pitcheo), Pedro Luis Lazo (entrenador de pitcheo), Cecilio Javier Dreke (coach de primera) y Rafael Muñoz (coach de tercera). Sobre algunos cambios con respecto al ciclo anterior, el ex torpedero capitalino dorsal número 11 afirmó que le dieron licencia de elegir libremente a sus colegas. Y fue contundente al ofrecer su criterio en conferencia de prensa: “Estamos buscando resultados diferentes. Entonces tenemos que hacer cosas diferentes”.
• “OJALÁ HABLEMOS solo de pelota”, escribí en la anterior entrega de esta sección. Pero resulta imposible cuando de la Serie Nacional 64 se trata. Y es que sigue la epidemia de incidentes, algunos extradeportivos. Se han puesto de moda, por ejemplo, las violaciones del reglamento totalmente evitables, por uso de jugadores impropios. Se contagian, cual virus, los choques confiscados por ese motivo. Es increíble que las direcciones de los equipos caigan, a este nivel, en tal descontrol. A la sumatoria de males conocidos: pizarras abultadas, cuerpos de lanzadores extenuados, partidos postergados por problemas de transportación, hospedaje o las condiciones de los estadios; atletas, entrenadores y mánagers expulsados por indisciplinas, algunas graves; hay que agregar, además, a los jugadores impropios. Es frustrante para el aficionado ver ganar a su equipo en el terreno y que luego, sobre un buró, se cambie el resultado y se oficialice la derrota. Urge respetar un poco a esa gente que, a pesar de todo, aún sigue la pelota cubana.


















