¿Cuál es el ser vivo más longevo de Cuba? Acerca del tema indaga Kenia Flores, de Matanzas, y Le contesta Bohemia
En Varadero, en la península de Hicacos, se encuentra uno de los tesoros naturales más impresionantes y singulares de Cuba: un cactus gigante conocido como El Patriarca.
Científicamente llamado Dendrocereus nudiflorus, este majestuoso organismo alcanza más de 6 metros de altura con un tronco de 1.20 metros de diámetro y se estima tiene más de 500 años, esto lo convierte en el ser vivo más longevo del país.
Este gigante silencioso ha sido testigo de la historia cubana durante más de cinco siglos, no es solo un símbolo natural, sino un verdadero monumento vivo que nos remonta a la época precolombina.
El Patriarca crece en la Reserva Ecológica Varahicacos, un área protegida que conserva además de este tesoro botánico otras especies únicas de la región. Su robusto sistema de raíces le ha permitido resistir huracanes, sequías y la presión del desarrollo turístico que ha transformado Varadero en uno de los destinos más visitados del Caribe.
Aunque su aspecto asemeja a una ceiba gigante, es un cactus arbóreo con tallos gruesos y suculentos. Dendrocereus nudiflorus produce flores blancas, fragantes y nocturnas en forma de embudo, que luego dan lugar a frutos verdes y cilíndricos, parecidos al aguacate, razón por la cual también se le conoce como “Aguacate Cimarrón”.
Más que una especie exótica, El Patriarca es un verdadero símbolo de resistencia y conservación, ya que la urbanización acelerada de la costa norte ha reducido drásticamente su hábitat natural. Ha observado -desde la quietud- el paso de los aborígenes, la llegada de los colonizadores españoles, la evolución del paisaje y la transformación de Varadero en un polo turístico. Hoy, rodeado de hoteles y visitantes, sigue en pie, ofreciendo su sombra y belleza a quienes se detienen a contemplarlo y a reflexionar sobre el tiempo y la naturaleza.
El hotel Ocean Varadero El Patriarca, uno de los resorts más lujosos de la zona; lleva su nombre en reconocimiento a su importancia y singularidad.
Visitar El Patriarca es, sin duda, una experiencia que conecta al visitante con la historia viva de Cuba; un recordatorio de que, en medio del bullicio turístico, la Naturaleza guarda sus secretos más antiguos y valiosos.


















