Seis cubanos subieron y todos bajaron ganadores del cuadrilátero, pero no ilesos
La fiesta se armó con tiempo y a gusto en la Ciudad Deportiva para la Noche de Campeones. Las gradas se abarrotaron de gente. Aunque hubo puntos altos y otros no tanto.
Por ejemplo, Julio César La Cruz, que llegaba con palmarés de dos títulos olímpicos y cinco mundiales, pareció estar muy por debajo de su mejor forma deportiva. Ya el abanderado de París 2024 se había mostrado así en la recién concluida justa estival, de la cual se despidió temprano, justo en el primer combate, cuando le pronosticaban medalla de oro.
Aunque en la Noche de Campeones de este martes todos los jueces votaron a su favor y se alzó como campeón de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, por sus siglas en inglés), en más de 92 kilogramos (kg), su pelea no fue nada atractiva y no debió ser la única pactada a 10 rounds, ni tampoco la estelar del cierre del cartel. La joven promesa de Uzbekistán Madiyar Saydrakhimov, un oponente bastante asequible, fue el derrotado.
Arlen López (80 kg) fue todo lo contrario. Ampliamente superior al dominicano José Luis Tejeda. En el tercer episodio el guantanamero se convirtió en campeón de la IBA por nocaut técnico, tras dejar en malas condiciones a su rival, que sangró un buen rato por las fosas nasales y la boca. El doble monarca olímpico y bronce en París 2024 se adueñó inobjetablemente del otro cinturón que estaba en juego en la jornada.
Más adelante, en la zona mixta, se refirió al tipo de pelea empleado y declaró que, junto a sus preparadores, estudió minuciosamente al rival.
Y lo cierto es que casi todo fue desde la corta distancia. Arlen lo quiso terminar rápido y así lo hizo. No muchos pueden aguantar ese golpeo certero y potente.
Antes de las dos peleas estelares se disputaron otros cuatro combates. En la única riña de la velada que tuvo disputa de coros en las gradas, gracias a un pequeño sector poblado por rusos, Saidel Horta fue dominador de Ruslan Belousov, en los 57 kg. Unánime fue la decisión de los jueces y honestamente solo vi mejor al visitante en el cuarto asalto, de seis pactados.
Por su parte, Lázaro Álvarez guardó lo mejor para el cierre y fue contundente en el último capítulo ante el uzbeko Mujibillo Tursunov (60 kg). La decisión fue igualmente unánime para el nuestro.
Erislandy Álvarez me pareció que daba para más. Aunque el campeón olímpico de París 2024 ganó de forma totalitaria para los jueces, bajó el ritmo de pegada según avanzó el combate ante un rival que se vio siempre inferior, como el colombiano José Ignacio Muñoz (63.5 kg).
Luego, en la zona mixta, el antillano dijo que al aumentar el número de asaltos de tres a seis para este compromiso tuvo que hacer modificaciones en la estrategia; no obstante, intentó siempre buscar espectáculo por respeto a los aficionados. De paso, comentó que su próximo reto es ganar un título mundial.
En tanto, Roniel Iglesias venció al armenio Gurgen Madoyan (67 kg), pero por decisión dividida. Al finalizar comentó a la prensa que no pudo hacer la pelea que hubiera querido. Algunas lesiones -dijo- fueron la causa de su bajo rendimiento.
Pese a que no todo brilló como el oro, fue una excelente ocasión para celebrar el aniversario 50 del I Campeonato Mundial de Boxeo, efectuado del 17 al 30 de agosto de 1974 en esta capital y mostrar nuestro boxeo al mundo. Ojalá podamos volver a llamarle con orgullo: el buque insignia del deporte cubano.