BOHEMIA en sus 116 años: la espina y la rosa (+décima y video)

A 116 años, la revista continúa en el permanente afán de ser referencia del buen periodismo cubano actual


Cada 10 de mayo, en esa vuelta al sol, BOHEMIA está de cumpleaños, en conmemoración a aquel primer ejemplar inadvertido y del cual solo se conserva una reproducción del original. “Con más penas que glorias” –diríamos en buen cubano–, transitó en aquella ocasión la revista, considerada por esa data como la más antigua en circulación dentro de Cuba y para algunos la de mayor longevidad en Iberoamérica, y que ha sido testigo no solo de los sucesos nacionales, sino de hechos y ecos del orbe.

No pretendemos volver a cuánto ha significado para la historia de un pueblo y cómo evolucionó de ser simplemente un entretenimiento hasta convertirse, desde su emblemática sección En Cuba, a inicios de la década del 40 del XIX, en una revista necesaria desde la multiplicidad de perspectivas, variedad de páginas y el diálogo constante con la realidad, procesos imprescindibles para mantenerse en el gusto del público pasado más de un siglo.

Porque recordar lo que representó esa sección de antaño también constituye una forma de honrar a quienes hoy, desde otro contexto muy diferente, siguen con el compromiso en su haber reporteril, y en estas páginas se destacan innumerables ejemplos de grandes materiales que han abarcado temáticas sociales bajo el precepto martiano de que el periodismo debe ser examen.

Gracias a esas firmas, no solo cubanas, que la erigieron en el panorama cultural, político y social, es que su título se convirtió en sinónimo de revista y hace que, actualmente, incluso cuando ya no se consume con la avidez de otros tiempos, siga permaneciendo en la referencia del buen ejercicio de la palabra.

Quizás aquellos no familiarizados con las plataformas digitales desconocen su página web o que se “cuelgue” su versión impresa en formato de documento portátil (pdf), formas de acceder a estos contenidos que continúan abarcando la crítica cultural y el pensamiento, así como el abordaje de problemáticas como la violencia social, la emigración de profesionales hacia el sector privado, el fútbol en Cuba, los desbalances entre las producciones de las diversas editoriales e, igualmente, las debilidades en su promoción y comercialización… por solo enunciar algunos de los trabajos en profundidad que han marcado a BOHEMIA en sus últimas ediciones.

Con 116 años se piensa en ella con nostalgia, lo que –como dos caras de una moneda– representa orgullo mas también “peligro”, porque -quizás- podría atentar contra el empeño de que sigue siendo útil, pues su espíritu de apego a lo creativo y más audaz del periodismo revolucionario continúa latiendo dentro de estos muros, pese a que, sobre todo, determinadas prácticas en el sistema de prensa pública en la nación se vean condicionadas ante la presión de los peligros externos.

En ocasiones se puede notar que esa influencia persiste y que actúa como un obstáculo frustrante y, aunque existen esfuerzos por parte de la dirección del país por eliminar el silencio de los directivos, las puertas cerradas y trabas burocráticas de instituciones y organismos, no significa que haya desaparecido.

Los desafíos que debe hacer frente para recuperar su meritorio lugar en el pueblo cubano no son tan simples como enunciarlos: la frecuente escasez de papel y fallas en los recursos poligráficos han hecho que la publicación reduzca sobremanera su tirada, sin contar los complicados retrasos de que llegue a tiempo a los estanquillos.

Esperemos que parte de esas limitaciones puedan resolverse en el perfeccionamiento de su edición digital, donde en los últimos años ha existido un empeño de muchos por que así sea, con el reconocimiento de una estética visual no solo en su plataforma web sino también en los propios textos periodísticos. Alguna que otra vez puede haberse cometido el error de creer que es un sustituto de la impresa; no obstante, se respira el esfuerzo por convertirla en una alternativa moderna y actualizada.

Esperemos que sin renunciar al soporte impreso, Cuba camine hacia la posibilidad de comercialización de sus publicaciones electrónicas, aunque reconocemos que tiene su costo, además del económico, pues aún no todos tienen acceso a dispositivos móviles o conectividad.

Sí sobran ejemplos de quienes han asumido la complejidad multimedial con grandes resultados, un reto para la revista ante la escasez de recursos y, también, determinadas prácticas que poco favorecen a la agenda editorial. Todo esto se habla en este colectivo: fortalecer su estructura no solo en conformar una plantilla adecuada e imprescindible, sino revertir con dinamismo una estrategia informativa que tenga en cuenta, precisamente, las ventajas del universo digital.

Tal vez definirse nuevamente como la revista de la familia cubana podría considerarse una pretensión de quienes desde el lado de acá acompañamos el buen hacer de BOHEMIA, más ante la abundancia de información en este caleidoscopio de redes, pero sí nos rehusamos a perder ese título social bien ganado de ser una publicación de gran altura periodística.

– Ver AQUÍ video por los 116 años de BOHEMIA

BOHEMIA ha sido un sencillo

camino hacia la utopía

y su portada se erguía

cual reina del estanquillo.

Vintage mostraba su brillo,

daba avances de su trama.

Quien la colecciona ama

leerla de enero a enero

mezclarla en el revistero

o abrirla en el crucigrama.

Entre la espina y la rosa

y sin perder la ternura,

hay periodismo de altura,

un planeta Cuba en prosa.

En sus páginas se glosa

con la tinta extraordinaria

de una pluma necesaria

nuestro entramado social

y salía quincenal

esa impresión centenaria.

Pero los años, Bohemia,

no han arrugado tu piel,

es digital el papel

con que la lectura hoy premia.

Pese a la larga pandemia

de escasez y de otros daños,

nos das, en tiempos extraños,

historia, curiosidades

gazapos y realidades

en 116 años.

(Oralitura Habana).

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Un comentario

  1. Excelente texto que retrata una realidad que limita mucho los deseos de hacer de quienes en nuestro colectivo seguimos apostando por la calidad y los temas que verdaderamente interesa y necesita el pueblo cubano. ¡Pa luego es tarde! Bienvenidos todos los apoyos; Todas las ganas.
    Gracias a Tania Rendón Portelles, trabajadora incansable.

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